
27 de mayo de 1812,
el Ejército Realista de Goyeneche, después de derrotar a las tropas de Esteban
Arze, se acerca hacia Cochabamba exigiendo que se entregue a los cabecillas del
levantamiento, a lo que la población Cochabambina se niega, y para ello salen
las mujeres que luchan contra los realistas. Es así como se dan lo hechos para
que este grupo de heroicas y valientes mujeres, atrincheradas en
Este es un
reconocimiento que se hizo de la participación histórica de las mujeres en el
proceso independentista, que sin embargo no fue el único, porque ahí tenemos
muchos más ejemplos como a Bartolina Sisa, Juana Azurduy de Padilla, y muchas
otras madres que supieron luchar cuando les llegó esta responsabilidad pero que a partir de los sesgos de la historia fueron invisibilizadas en muchos de los casos. De la misma manera fueron y son muchas las madres y mujeres que combatieron defendiendo sus
ideales, con lo que nos damos cuenta de que esto no ha cambiado, ya que hasta
nuestros días siguen presentes estas madres que día a día luchan por salir
adelante y por dar lo mejor a sus hijas/hijos y a su familia. La madre es el símbolo
de lucha y sacrificio, que lleva consigo la maternidad como uno de los mayores
fundamentos de la vida y brindándolo todo para los suyos. La maternidad, va más allá de la concepción y tiene ver con la
capacidad de asumir este rol primordial de todas las sociedades, que ponen el
pilar fundamental de las mismas sobrecargando a las mujeres respecto de responsabilidades de cuidado que deberían ser compartidas y que por el contrario son eludidas en complicidad central del machismo y las paternidades ausentes.
Entonces, va un
reconocido homenaje, sobre todo, a las madres que trabajan y luchan cada día, a
estas heroínas de la historia que se cuentan por miles y millones, y que
estuvieron presentes desde el origen de los tiempos, poniéndole una sonrisa a
la adversidad y fuerza al trabajo. Un homenaje a esa artesana de sueños que va
trabajando y construyendo el futuro, convirtiendo y transformando
estos sueños en realidades. Un homenaje y un reconocimiento que no requiera de
un solo día, sino que sea un sentimiento permanente hacia las dadoras de vida,
amor y felicidad. Un homenaje hoy y siempre a las que lucharon y seguirán
luchando sin importar fechas ni reconocimientos sino, simplemente, la virtud de
ser madres.