lunes, 19 de marzo de 2012

MORALEJA: CARNAVAL Y EL PACÍFICO

Desde lo acontecido con la Guerra del Pacífico, en 1879, donde perdimos la soberanía de la costa hacia el Pacífico, han transcurrido muchos años en los cuales Bolivia ha tenido que lidiar con este hecho que trae consigo una carga, sobre todo subjetiva, en el devenir de los tiempos y del acontecer de la historia. En este sentido la pérdida del Litoral ha significado uno de los mayores factores que influyen en la personalidad boliviana donde incluso se adjudica a esta situación el subdesarrollo que sufre nuestro país. Con seguridad que este y varios temas tienen un nivel de certeza, pero lo lamentable es que se caiga en el victimismo a raíz de lo ocurrido hace más de un siglo. Bajo este mismo argumento, los diferentes gobiernos han encontrado en el tema del mar un paliativo de distracción en momentos de conflictividad en cuanto a condiciones de gobernabilidad, para así desviar la atención hacia la deuda histórica a la cual se sigue prestando gran atención y poniendo las esperanzas de días mejores con esta panacea.

            Otro de los comentarios, anecdóticos y para pesar nuestro, es la historia de que el gobierno boliviano había sufrido esta invasión por estar más atento a la celebración de los carnavales; haciendo mención del dicho: “Bolivia danzando, Chile avanzando”, conocido en el comentario colectivo. Sin embargo, esta situación sigue en debate donde gran parte de historiadores van cambiando y rectificando esta postura hacia un análisis más profundo y analítico de lo sucedido en ese momento que estuvo muy influenciado por las mismas condiciones de la época. Así, la comunicación entre las capitales y esa región extrema del país tenían condiciones deplorables, teniendo que recurrir a vías peruanas o chilenas para que alguna noticia llegue hasta la Paz, lo cual conllevaba un tiempo en el traslado de la información. De la misma manera se tuvo que recurrir a geoestrategia para que desde el gobierno nacional se pueda dar una respuesta efectiva a la ocupación chilena porque la guerra ya estaba dada de hecho sin tiempo para mayores estudios. Con estas y muchas otras condiciones se tuvo que decidir por las acciones inmediatas a tomarse; para lo cual también tuvo gran influencia la alianza con el Perú donde se encuentran aun más recovecos que influyeron en los causes para la pérdida del Litoral.

            Actualmente, 133 años después de ser un país mediterráneo, seguimos en la búsqueda de recuperar este acceso soberano al mar para que por esta vía se tenga la traducción de mejores días para los bolivianos. No obstante este no es el único tema pendiente, sino que en el imaginario colectivo ha quedado esta secuela que, junto a otros factores, nos hace mirar con un cierto complejo habiéndose mellado la dignidad nacional, fundado en gran parte en la leyenda del carnaval y su relación con la pérdida territorial con Chile. De manera paralela, nos hemos acostumbrado a encontrar en la situación marítima uno de los pretextos para ubicar nuestras condiciones de vida pensando que con el regreso a la costa todo iría a mejorar. Desde el otro punto de vista, debemos profundizar nuestro análisis en cuanto a las causas de esta pérdida como ser la dejadez por parte de los gobierno de entonces por anexar y sentar presencia en ciertos espacios, dejados a su suerte sin que se tenga ninguna presencia estatal. De igual forma, es fundamental ir cambiando en las nuevas generaciones la perspectiva respecto de la Guerra del Pacífico para que se afronte esta situación de otra forma sin ningún victimismo que se arrastre históricamente que nos permita buscar nuevos polos de desarrollo y que se redignifique el ser nacional dentro de un nuevo contexto y coyuntura nacionales e internacionales.

lunes, 12 de marzo de 2012

OBRAS Y LA CONSTRUCCIÓN DE MUNICIPIO

La ejecución presupuestaria y realización de obras dentro de los municipios, en la mayoría de los existentes en territorio nacional, se han visto venidos a menos en los últimos años; claro con algunas excepciones. Para ello se presentan diferentes trabas que muchas veces están relacionados con temas de índole político por los intereses entre partidos, y en el peor de los casos por pugnas internas, entre niveles del Ejecutivo y Legislativo. A raíz de esta situación, los municipios tiene que seguir relegados de mejorar sus condiciones de vida y de mejorar en su Índice de Desarrollo Humano; adicionalmente como se ve en la presente gestión por las observaciones en el presupuesto el gobierno central tiene que congelar cuentas de los que presentan irregularidades con lo que se agravan las condiciones.

            Así ingresamos a considerar la forma de elaboración del Plan Operativo Anual o la programación de obras que se vayan a realizar durante la gestión; donde no se puede dejar de lado el aspecto participativo que se debe incluir en esta elaboración, buscando no dejar excluido a ningún Distrito pero que a la vez esto sea una proyección global de todo el Municipio. Entendiéndose este planteamiento porque se debe seleccionar entre obras focalizadas a sectores o las que promuevan una mejora en la calidad de vida de toda, o gran parte, de la población. Por tanto, estamos hablando de priorizar las obras que se vayan a realizar en la disyuntiva de presentarse obras inmediatistas o de largo plazo y con proyección. Dentro de este aspecto, debemos referirnos por ejemplo a obras de ornato o imagen del Municipio en contraposición con otros de índole vital como ser dar una respuesta al tema del agua potable como una necesidad vital y de salud pública para la ciudadanía. Entonces, se hace determinante realizar una priorización de las necesidades de la gente teniéndose que, aunque sea, no ejecutarse ningún otro trabajo y destinar todo el presupuesto posible para resolver la problemática de los servicios básicos donde el agua es fundamental; considerándose que se requiere mayores recursos que posiblemente requieran una contraparte de otros niveles estatales.

Respecto de la proyección a futuro de las obras, hay que incluir una visión de largo plazo y de perfil progresista en los trabajos que se realicen porque a veces parece que lo que se va realizando es pensado para la coyuntura; con el obligación inevitable de que cuando cambien algunas condiciones se tenga que volver a intervenir la misma obra, lo que además significa hacer un gasto insulso del presupuesto que podría ser destinado en otros trabajos. Aquí también se debe tomar en cuenta la proyección de ciudad, hablando del casco urbano de Municipio, que debe ir construyendo un perfil correspondiente a su rango de ciudad intermedia, importante en el tránsito nacional e internacional. Sin embargo, dadas las condiciones de vida actuales, no se debe dejar de lado un tema de integralidad y respeto de áreas verdes que contribuyan a promover condiciones de vida holísticas. Al respecto se debe incidir en una planificación urbanística que no permita un avasallamiento de todos los espacios sin importar sus características o el tipo de terreno existente en el lugar y simplemente se pretenda la urbanización. Por último, esta tarea se deberá dejar a profesionales técnicos que consideren diferentes visiones y manejos de los espacios sin discriminar otros conocimientos que resultan complementarios en la búsqueda de la construcción de ciudad que no vaya en detrimento del paradigma del vivir bien.

lunes, 5 de marzo de 2012

TERRITORIO PERTENENCIA E INTERESES

Abordar el tema de los límites territoriales significa introducirnos en todo un seguimiento al proceso histórico que haya recorrido un determinado lugar. Para el caso boliviano puede resultar aun más dificultoso por el complejo entramado que se dio con el paso del tiempo y los sucesos de conquista o colonización generada por diferentes actores que transcurrieron de manera consecutiva por un mismo espacio. En este cometido, la delimitación establecida en la República, que tuvo que pasar por varios momentos, ha definido los actuales límites con los que se encuentra el día de hoy la división político administrativa de Bolivia. No obstante, nuevamente emerge una situación conflictiva entre los habitantes de dos Departamentos (Oruro y Potosí) que se disputan la propiedad de una misma zona, lo cual ha generado incluso enfrentamientos violentos en los últimos días.

            Entre las aristas que podemos encontrar en este contexto se encuentran situaciones que van más allá de solo un límite divisor entre comunidades, o más aun Departamentos. Así, reaparece el fantasma de la propiedad privada, ya sea individual o colectiva, que va a potenciar los sentimientos de egoísmo o codicia por los recursos que se pueden aprovechar de este sector, por lo que el factor económico se convierte en la mayor motivación de pelear por la posesión de un territorio. Posteriormente, como un entorno a este núcleo, ya se expresan manifestaciones de pertenencia, puede ser geográfica o identitaria, con lo que se pretende justificar la defensa del espacio; sin embargo en el complejo proceso histórico de los pueblos esto puede ser cuestionado por los cambios permanentes que se dan con el paso del tiempo teniéndose a la actual división política como casi inmediata en la línea del tiempo. De esta manera, vamos aproximándonos a una lección que nos deja este largo conflicto de límites que se vienen arrastrando hace mucho tiempo, considerándose incluso un problema ancestral.

En una reflexión más coyuntural y contemporánea a partir de esta situación podemos hacer un acercamiento al tema autonómico y la administración de los recursos existentes en un territorio. Aquí encontraremos las explicaciones a diferentes momentos vividos hace poco tiempo, como ser la “Marcha por el territorio y la dignidad” de 1990, y dentro de esta línea a lo sucedido dentro del debate sobre las autonomías y el proceso constituyente. Con todo esto nos localizamos frente a uno de los principales factores que pueden generar escenarios conflictivos y todo esto dentro de un mismo territorio nacional. De la misma manera, haciendo una mirada más allá en la historia y las fronteras, logramos entender el sentido de las guerras e invasiones que son tan antiguas, como para nuestro caso la del Pacífico, y que seguimos viviendo en la actualidad aunque de manera menos protagonista. Entonces, los intereses económicos a partir de la propiedad y administración de los recursos deben servir para que el proceso de implementación de las autonomías y la nueva Constitución Política pueda realizarse de la mejor forma evitándose enfrentamientos entre conciudadanos con lo que se pueda disminuir la brecha de desigualdades sociales y económicas de nuestra población.