martes, 29 de marzo de 2022

LA NACIÓN CHICHAS ANTE EL BICENTENARIO

 


Luego de haber superado la crisis política del año 2019, que se extendió hasta finales del 2020, y teniendo de por medio a otra crisis sanitaria, ya de alcance mundial con el COVID-19 con la muerte de miles de personas a nivel nacional y millones en todo el planeta. El devenir nacional viene marcando un hito importante en el país que viene hablando y trabajando en torno al, cercano, aniversario de los 200 años de fundación del, actual, Estado Plurinacional de Bolivia. En este cometido, se ha tenido avances dentro de las algunas acciones, como ser la constitución de la Delegación Presidencial para el Bicentenario de Bolivia que junto al Consejo Nacional del Bicentenario deberán consolidar propuestas para el Plan Estratégico Nacional del Bicentenario 2020-2025 (Decreto Supremo N° 4457 del 21 de enero de 2021). De igual manera el Decreto, en su Artículo 7° consigna la participación dentro del Consejo, con derecho a voz, a Representantes de organizaciones sociales, instituciones privadas y de convenio siempre que su intervención esté relacionada a los fines y objetivos del Consejo; entidades e instituciones públicas y otras que el Consejo considere necesarias. Asimismo, el citado Decreto, en su Artículo 4°, menciona que el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización deberá destinar hasta un quince por ciento (15%) de los recursos del “Fondo de Fomento a la Educación Cívico Patriótica”. Como un plus a esta instancia, no podemos dejar de lado el importante aporte de la Biblioteca del Bicentenario, que ya lleva unos años de vigencia.

 

A partir de estas políticas nacionales es importante rescatar y resaltar el determinante aporte de los territorios locales dentro del proceso independentista del Alto Perú, para ver consolidada la nueva República de Bolívar, todavía con muchos bemoles y pendientes. Así, al circunscribirnos en territorio chicheño, nos encontramos con acontecimientos fundantes dentro de la emancipación como ser las Batallas de Cotagaita (1810), Suipacha (1810) y Tumusla (1825). Cuando revisamos la historia oficial de Bolivia, notamos que las batallas citadas no han sido consideradas en su real magnitud e importancia y quedan en un segundo plano, si es que han sido mencionadas. No obstante, al tratarse del Bicentenario de Bolivia, podemos concentrarnos en lo ocurrido el 1 de abril de 1825, con la victoria patriota al último representante de la corona, Pedro de Olañeta, a decir de la Batalla de Tumusla encabezada por Carlos Medinacelli. Este hecho dio lugar a la consideración de que en este lugar debería haberse fundado la República por su importancia histórica, quedando hasta la actualidad con la frase emblema de “Aquí nació la patria”.

 

Sin duda, este tipo de argumentos deben ser puestos sobre la mesa de debate de manera constante en un escenario nacional, lo cual debería haber sido trabajado durante la Asamblea Constituyente y que ahora es determinante en el reconocimiento de la nación Chichas a nivel constitucional. Sin embargo, aprestándonos a la celebración de Bicentenario, es importante ir construyendo propuestas integradoras del territorio ancestral chicheño para que el 2025 sea una oportunidad de visibilizar los aportes, arriba, mencionados. En este sentido, el pasado año, el Profesor Edgar Murillo Huarachi (Divulgador y Escritor de la Historia de los Chichas y Tupiza) publicó un sugerente texto bajo el título de “Propuesta: La Región de los Chichas rumbo al Bicentenario de la independencia de Bolivia” (https://www.facebook.com/tupiza.escribe.16/posts/347353226822328) donde se esbozan algunas sugerencias en aprestos a dicho acontecimiento. Estos planteamientos pueden ser el paso inicial para empezar un proceso de organización dentro de los municipios chicheños, lo cual además sería importante para profundizar en la integración histórica, todavía pendiente. Para ello se requiere de la iniciativa, organización y participación de toda la población chicheña ubicada en todo el país e incluso fuera de él. Con lo manifestado, es más que seguro que quedan varias tareas hacia adelante y que, parafraseando al colega Álvaro Careaga, volveremos sobre el particular…

lunes, 14 de marzo de 2022

BASE PLURINACIONAL CONTINENTAL

Fuente: https://www.facebook.com/gabrielboric

En algunos textos históricos y sociales, existe un dato muy sugerente que nos puede provocar más de una inquietud; a decir que en el actual territorio boliviano se hablaba más de 100 idiomas originarios, de los que hasta la actualidad han sobrevivido solo 36 según datos oficiales y constitucionalizados; aunque quedan otros pendientes por formalizar como, por ejemplo, los correspondientes a la Nación Chichas y Nación Yampara. Justamente, la plataforma idiomática es uno de los ejes alrededor de los cuales se centra el planteamiento de la existencia de varias naciones dentro de un territorio correspondiente a un Estado, denominado Bolivia. Por su parte, entendemos que el registro y vigencia de estos idiomas originarios dan paso a cosmovisiones y culturas que, junto a todas sus complejidades, han pervivido en el tiempo, superando etapas difíciles de persecución e intento de abolición por parte de diferentes coyunturas como la colonia, la república o el periodo neoliberal, junto a otros proyectos como el nacionalista homogeneizar y monocultural.

 

En la experiencia propia del contexto boliviano, conocemos los diferentes procesos que se tuvieron que superar, principalmente con la lucha y resistencia de los pueblos ya las mayorías de la población, teniendo como tarea pendiente la descolonización en todos los sentidos. Con este marco, existió siempre una contradicción entre los intereses de los grupos elite controlando la estructura estatal, esta vez bajo los márgenes del colonialismo interno y la patrimonialización del poder concentrado en pequeños grupos, incluso familias. A partir de estas condiciones, se mantuvo una lucha permanente por la reivindicación donde se vayan ampliando los derechos y la participación en la toma de decisiones y, por qué. no en la propia toma del poder. Fueron todos estos aspectos los que llevaron al avance de la recuperación del Estado para, desde ahí, convertir las reivindicaciones en políticas pública y leyes que vayan profundizando los cambios estructurales consolidando, mediante una, altamente participativa, Asamblea Constituyente para refundar el Estado.

 

La memoria histórica de los pueblos llevó a que, en Bolivia, así como en Ecuador, se impulse procesos sociopolíticos enmarcados en la plurinacionalidad, proveniente de varios elementos y fundamentos históricos y reivindicativos. Así, la propuesta plurinacional ha logrado permear los límites nacionales para avanzar hacia otras latitudes como, en este caso, la República de Chile, que actualmente se encuentra dentro de una Convención Constituyente que debate seriamente sobre la consolidación de, también, un Estado Plurinacional. En este sentido, es importante, además, el ingreso de un ala progresista al gobierno chileno, con sugerentes aires de renovación de la caduca política heredera del pinochetismo y que ahora propone cambios desde las vertientes ambientalistas y feministas, además de la presencia determinante de los pueblos indígenas originarios de ese territorio ancestral. De esta manera, parece ocurrir que dentro del continente se va ampliando un proceso de reencuentro con las identidades originarias que fueron gobernantes de los territorios del Abya Yala y vieron cortados sus propios desarrollos, sobre todo, con la llegada de los colonos ibéricos que pretendieron erradicar con la fuerza en una mano y con la biblia en la otra nuestra herencia endógena ancestral. No obstante, la resistencia de, los, denominados, 500 años ha logrado pervivir en el tiempo y ahora emerge nuevamente no solo en Bolivia sino con muchos ecos continentales.