lunes, 28 de agosto de 2023

ESBOZOS PARA EL TERRITORIO Y LA INTEGRACIÓN

 


El Estado Plurinacional de Bolivia se encuentra en un proceso de preparación rumbo a la celebración del Bicentenario, que inicia con la firma de la declaración de independencia en 1825 luego de la guerra de los 15 años donde se habían movilizado una diversidad de grupos independentistas, bajo lógicas y banderas de integración entre pueblos. En ese marco, el pueblo chicheño tuvo una participación determinante en forma permanente habiendo destacado en momentos emblemáticos como noviembre de 1810 y abril de 1825, entre muchos otros. En este sentido, a nivel nacional e internacional, esta participación es reconocida hasta nuestros días, pero recién se viene posicionando de manera formal, por ejemplo, en los libros de la historia, la cual suele ser escrita desde espacios de poder y en base a intereses de grupos determinados.

 

No obstante, si nos retrotraemos a tiempos más antiguos, pre republicanos, resulta importante identificar documentos y mapas donde los Chichas son identificados y descritos con sus diferentes características y potencialidades en diferentes momentos de la historia. Así, podemos encontrar la Guía histórica, geográfica, física, política, civil y legal del gobierno e intendencia de la Provincia de Potosí escrito por Pedro Vicente Cañete y Domínguez en 1791. Aquí encontramos varios aspectos que hacen a la constitución de esta parte de la provincia mencionada y como parte de la estructura colonial, con un fuerte aporte a la minería de aquel tiempo. Pero en esta ocasión nos interesa particularmente el tema territorial donde, en la noticia primera (De la extensión y naturaleza del terreno de Chichas), se describe: “El Partido de Chichas, llamado así desde el tiempo de la gentilidad en el Reino del Perú, tiene de largo, de Norte a Sur, cuarenta y ocho leguas, desde el arroyo de La Quiaca, que lo divide de la Provincia del Tucumán, hasta Quirve que confina con Porco; y de ancho, de Este a Oeste, cuarenta y cinco leguas, que son, desde tres leguas de Esmoraca para adelante que confina con el Partido de Lípez, hasta junto a Livilivi, que está sujeto en lo civil a Chichas, y en lo eclesiástico a Lípez, como anexo del Curato de San Pablo, que es de su distrito”. Con este dato inicial, el documento señalado continúa siendo un importante referente para contar con un detalle del espacio identificado como Chichas, y que, contradictoriamente, llegada la independencia comenzó a ser segregada en base a otros criterios e intereses del denominado colonialismo interno.

 

Ya entrada la estructura republicana, se tuvo un primer documento elaborada con criterios técnicos a decir del Informe sobre Bolivia escrito por Joseph Pentland 1827, donde los Chichas aparecen dentro del Departamento de Potosí y son mencionados en palabras cortas y pasajeras en una breve descripción “en los distritos orientales de las provincias de Chichas y Chayanta, cuyos valles descienden por debajo de los 10.000 pies, el clima se vuelve templado y saludable, y el suelo rico en producciones agrícolas”. Entonces con el advenimiento de la República de Bolivia, empieza el proceso de escisión territorial interna, luego de una primera afectación con la división de estados soberanos, quedando una parte en el norte argentino y la otra en región atacameña de Chile. Así encontramos, primero al 26 de agosto de 1863 como la creación de la Provincia Sud Chichas y luego el 18 de septiembre de 1958 con la creación de la Provincia Modesto Omiste.

 

Con lo mencionado, queda pendiente un trabajo del análisis de definición territorial de los ancestrales y preincaicos Chichas que permita tener un panorama cabal del alcance e influencias del espacio perteneciente a este pueblo de características guerreras. Asimismo, y retomando el derrotero que no acerca al bicentenario, debemos trabajar en base a criterios de reintegración territorial que se basen en los datos antes mencionados y recuperando a lo correspondiente a la Nación Chichas lo cual puede repercutir en los años posteriores en términos de desarrollo sostenible e integral planificado desde el propio territorio y con las y los actores llamados a esta labor. Así, el marco constitucional y normativo actual, plurinacional, nos permite contar con insumos como las autonomías las cuales pueden ser una estrategia de rearticulación en diversos niveles, reconstituyendo la Nación Chichas que se proyecte hacia el siguiente centenario en beneficio de las nuevas generaciones y el propio territorio con todas sus potencialidades, respetando a la madre tierra alejándonos de aspectos explotadores, consumistas y capitalistas.

lunes, 7 de agosto de 2023

NACIONALISMO Y ETNOFAGIA


El 6 de agosto de 1825, luego de 15 años de lucha por la independencia se fundaba la República de Bolívar y con ella el colonialismo interno. Este proceso inicia, según la historia “oficial” un 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca a la cabeza de grupos de elite criollo mestiza, muchos de ellos herederos de sectores privilegiados de la colonia que, mediante un cambio de camiseta, cooptaron el poder dentro de una nueva estructura estatal que dejó de lado a las mayorías poblacionales que involucraban a indígenas y mujeres, entre otros. Así, junto al denominativo de colonialismo interno empezó una nueva etapa de etnofagia contra las naciones indígena originarias que venían resistiendo por tres siglos al régimen español, el cual pretendía la eliminación de las grandes mayorías a las que habían sometido y explotado desde su llegada en un proceso equívocamente llamado colonización, normalizando una lógica vertical para justificar las desigualdades sociales, políticas y económicas.

198 años de Bolivia, resulta prudente realizar una revisita al devenir de nuestro proceso sociopolítico que se mueve en medio de un tiempo complejo lleno de amenazas y pugnas, externas e internas, las que pretenden retomar el poder, incluso más allá del apoyo popular y el respeto a los principios democráticos, amparados por la Constitución Política del Estado. Cerca al bicentenario, cada vez más, es menester cuestionar los periodos históricos y el papel que jugaron, y juegan, las/los miembros del sujeto social que es la base organizativa de este país, acertadamente constituido como Estado Plurinacional con el aval de legitimidad otorgado por las urnas donde se definió el cambio del horizonte para una anquilosada y devaluada república. El inicio del siglo XXI llegó como el momento de quiebre para derrocar el último periodo republicano dominado por una lógica neoliberal que profundizó una crisis estructural, indicador ineludible de la necesidad de un cambio de viraje en la forma de entender al país, transformando el Estado aparente en un Estado integral.

Para llegar a concretar una estructura plurinacional, tuvimos que aprender de los resabios del nacionalismo el cual pretendió una perversa homogenización anulando las identidades, idiomas y, en resumen, todo principio de pluralidad, el cual sigue siendo la base social de nuestro país. Así, no podemos dejar de mencionar el intento revolucionario de 1952 que bajo una bandera campesina, minera y popular plantearon sugerentes cambios en la estructura estatal y social de Bolivia pero que, los sectores políticos tradicionales, terminaron traicionando ante la incapacidad de leer y comprender con mayor profundidad la realidad de nuestros pueblos y naciones originarias, mayoritarias de nuestra población. Cerca de los dos siglos de existencia, han pasado muchos hechos que no podemos dejar de lado para entender el acontecer actual que, con el proceso de cambio y la revolución democrática y cultural, han logrado cambios profundos en el relacionamiento que tenemos entre sectores sociales mediante el respeto de las identidades habiendo superado miradas folklorizantes de la cultura para transitar hacia el entendimiento de las naciones, junto a toda su estructura y componentes, que se interrelacionan y siguen aportando a la descolonización pendiente del Estado Plurinacional vigente hace poco más de una década.