lunes, 29 de octubre de 2012

INFLUENCIAS CULTURALES EN LOS CHICHAS


Cuando nos habíamos referido a una estructuración identitaria para la Región Chichas manifestamos que dentro de este proceso existía, también, aspectos culturales muy importantes en esta construcción y deconstrucción permanente. En este sentido, ahora vayamos identificando algunas vertientes culturales que han permitido delinear las características de los pobladores chicheños expresados en una cultura viva y actual que sin embargo absorbe estos elementos que datan de mucho tiempo atrás, en algunos casos, y se complementan con la contemporaneidad del quehacer cultural. Asimismo, hay que dejar en claro alguna puesta en duda de la herencia y vigencia de la Nación Chichas en un plano actual; por lo que con seguridad la cultura originaria no se encuentra presente en su totalidad pero esta visión caería en una miopía analítica cuando se pretende hacer estas menciones y devaluar un proceso de reconstitución que articule aspectos históricos y coyunturales en la visión de Nación Chichas.

            Desde esta perspectiva, comencemos hablando de los Chichas originarios y precolombinos de los cuales no se tiene todavía información estructurada de manera contundente sin embargo a partir de los vestigios encontrados vamos conociendo su presencia en el territorio del sur de Bolivia que también se extendió a otras latitudes que ahora cruzan límites internacionales. Así, habría que identificar la herencia dejada desde este periodo histórico donde se encontraría fundamentalmente un territorio y un idioma propio determinantes en la caracterización de una Nación. Desde este punto de referencia tendríamos que sustentar el dejo particular que diferencia a los pobladores oriundos de la región y que se extiende hasta el Departamento de Tarija y el norte argentino. Posteriormente, con el proceso de expansión, principalmente, de los incas es seguro que se generaron modificaciones que empero no lograron extinguir las particularidades más representativas y que permanecen hasta la actualidad, haciendo hincapié en los normales cambios que se producen en el encuentro de culturas.

            Desde la vertiente colonial, se introducen instrumentos musicales como ser los de cuerda que se articulan a los de la caja y el erke, junto a muchos más, que demarcan una tradición musical inspirada en el entorno y potenciada en el siglo XX. También, en esta arista, se encuentra la caballería que distingue hasta hoy a los jinetes chicheños situación adaptada también con el advenimiento de los españoles y complementada por la habilidad de los pobladores y su espíritu luchador expresada en gestas como las de la independencia. Así llegamos a la República que luego de delimitar los países independientes y sus acervos culturales junto a los procesos migratorios trajeron consigo influencias como la costumbre de tomar el mate y una asimilación de jergas y dejos gauchescos que ahora son normales en el lenguaje regional; por tanto estaríamos refiriéndonos a procesos de relacionamiento por la proximidad a la República Argentina. En un último momento nos encontramos en tiempos de globalización y de las nuevas tecnologías que nos ponen enfrente retos para que la cultura y sobre todo la identidad de los Chichas sigan manteniéndose algo asépticas con una barrera impermeable que permita tener vigente esta particularidad de las poblaciones del sur boliviano y que ahora buscan su potenciamiento mediante su reconstitución como Nación que partiendo de lo cultural debe rescatar y articular aspectos más estructurales como ser los políticos y económicos propios que definan el horizonte de la Nación Chichas en el relacionamiento dentro del escenario Plurinacional.

lunes, 22 de octubre de 2012

LOS CHICHAS Y SU IDENTIDAD


En nuestra región es muy reconocida y diferenciada una muy peculiar identidad y cultura que la diferencia de las demás en el país, siendo fundamentada por todo un proceso de mantenimiento y vigencia histórica hasta nuestros días. En este sentido, cabe realizar algunas menciones y formas de entendimiento de la identidad desde un perfil conceptual y en su aplicación a nivel de la realidad. Así, en una instancia la identidad es entendida fundamentalmente desde dos perspectivas la primera que pasa por el reconocimiento desde adentro como una forma intracultural que se valida a si misma rescatando todos sus aspectos y formas, y se proyecta hacia fuera. Después, se encuentra el relacionamiento que se establece hacia fuera donde es fundamental el reconocimiento desde el otro a partir de lo cual se puede proyectar el proceso intercultural. Entonces, así se desarrolla un doble efecto tanto interno y externo que mediante estos mecanismos termina por entender una identidad validada por el autoreconocimiento y la forma en que el otro (desde afuera) te identifica y reconoce.

            Así, con esta apostilla, podemos incluir el tema cultural que no significa una relación directa o un sinónimo de identidad sino que puede llevar consigo elementos que permiten configurar y establecer la misma. Entonces, la identidad puede manejarse desde la pluralidad en la que se presenta a nivel individual donde cada persona lleva consigo una diversidad de identidades que se manifiestan dependiendo del contexto en que se desarrollan como una forma de adaptación al medio. Por otra parte, está una identidad colectiva que tiene puntos de encuentro y de acuerdo normado procesualmente en el devenir de los hechos concretos; a partir de estos elementos se van demarcando los aspectos característicos que permitan contrastar una diferencia en el relacionamiento entre culturas. Con todo esto ingresamos a entender la identidad de los Chichas que presenta formas, sobre todo, simbólicas que le permiten llevar adelante el primer paso de un autoreconocimiento que al parecer supo mantener vigentes estos aspectos del “ser chicheño” hasta la actualidad. Sin embargo, queda pendiente la otra parte del proceso identitario donde nuestra identidad tenga la capacidad de ingresar en el plano intercultural donde desde afuera se haga vigente la existencia actual de los Chichas, alejándonos de una autosegregación dentro de nuestros límites territoriales.

            Dicho esto, ingresamos nuevamente al tema práctico donde para llevar a los hechos concretos este proceso identitario se hace necesaria una manifestación viva de los habitantes autoreconocidos como Chichas; que sobre todo vienen de una tradición precolonial diferenciada permanentemente. A partir de este antecedente, en la actualidad los procedimientos formales son un requisito para proyectarnos como chicheños, en este caso, a nivel nacional. Por ello se asume al Censo Nacional de Población y Vivienda de noviembre próximo para validar nuestra condición en el escenario Plurinacional. Por tanto, el necesario debate a cerca del tema indígena, cultural, histórico y otros seguirá vigente por mucho tiempo; sobre todo cuando a estos se suma una implicancia política que se pretende articular en desmedro del proyecto hacia el Censo 2012 y la identidad de los Chichas. No obstante ahora se requiere asumir acciones colectivas más allá de acuerdos consensuados o discrepancias individuales. El proceso identitario y cultural se modifican día a día de forma normal sin embargo la calidad y condiciones de vida de toda una región pueden seguir agudizándose como problemáticas sociales frente a lo cual no podemos seguir planteando debates, polemizados, fuera de momento. Y por último aprendiendo y recordando la historia, hace muchos años los anhelos de todo un pueblo canalizados hacia una departamentalización se vieron truncados por una falta de compromiso y visión de los habitantes perdiendo así grandes oportunidades de la historia; que esta vez no ocurra lo mismo.

lunes, 15 de octubre de 2012

LA OPOSICIÓN EN OCTUBRE

A solo un año de recordarse los 10 años de los hechos de octubre en el 2003 han sucedido muchas situaciones, dentro de las cuales todavía no se consigue esa mentada justicia contra los principales autores de este evento que demarcó un momento de cambios en la estructura del Estado y la misma sociedad civil boliviana. Sin duda, con esto se logró uno de los cambios más esperados y luchados por las organizaciones y gran parte de la población excluida del país para interpelar al modelo neoliberal. Ahora, al encontramos en un nuevo octubre y bordeando estas fechas, para el oficialismo es muy fácil elaborar sus discursos en referencia a esta momento porque el gobierno actual fue quien canalizó esta crisis de Estado manteniéndose por dos gestiones consecutivas en el poder, legitimado por la ciudadanía que sumó más del 51 % requerido electoralmente. En contrasentido, se encuentra la oposición, o tal vez las oposiciones, muy golpeadas y reducidas en diferentes niveles y aspectos hasta la actualidad que simplemente deben adoptar el término justicia en su alusión a octubre negro.

            Entonces, con lo ocurrido en 2003 se marcan dos caminos, políticamente hablando, de un sector mayoritario que de una u otra forma accede al poder y donde, esta vez, de manera interna pugna por su espacio y su influencia en este poder. Por el otro lado, una variedad de grupos de oposición que a la fecha no logran tener una representatividad nacional o estructurar un proyecto de país coherente con las condiciones actuales y sobre todo que convenzan a la población para que les puedan otorgar su confianza nuevamente. Asimismo, esta oposición se ha polarizado en una variedad plural donde se encuentran posiciones desde las más radicales y conservadoras hasta otras que pueden llegar a acuerdos con el oficialismo, pero solo anecdótica y esporádicamente. Así esta oposición lleva consigo la sombra de octubre a lo que se suma un contexto internacional en nuestra región donde sigue vigente una ola progresista que marca a los gobiernos en gestión, donde se tiene como último antecedente la reelección de Hugo Chávez en Venezuela. Con esto podemos proyectar una mirada más amplia a nivel geográfico donde se ve en diferentes países una situación similar al referirnos a la oposición, que en este caso a la cabeza de Capriles todavía no consiguen esos resultados buscados y trabajados, fundamentalmente desde los escritorios de planificación.

            Con seguridad llegará el momento en que la oposición, actual, se vuelva oficialismo porque es el ciclo normal de la política en democracia, pero la clave se encuentra en la capacidad que ésa tenga para encarnarse en las grandes mayorías de la población y que no sea simplemente parte de la pugna por el ansiado poder. Hasta nuestro días, los sectores conservadores no han logrado comprender la realidad de nuestro país es por ello que esta situación se ha agravado hasta las condiciones actuales, y por tanto se deberá bajar hasta la base social y desde ahí proyectar y estructurar propuestas conectadas con la vivencia cotidiana. La política, y mucho más el ejercicio del poder, son el mecanismo apropiado para relacionar al Estado con la sociedad civil que logre establecer este puente de encuentro que sea complementario en la búsqueda de establecer una comunidad de vida eliminando diferencias y desigualdades las cuales también son la consecuencia de esta relación, algo, surrealista.

lunes, 8 de octubre de 2012

MADURANDO LA DEMOCRACIA


Tomando en cuenta un análisis etáreo de la división de los grupos sociales hacemos una relación con el proceso por el que ha recorrido la democracia en Bolivia que desde esta perspectiva estaría cumpliendo sus 30 años y consiguiendo su madurez al encontrarse en el límite de la juventud y la etapa adulta. A partir de este análisis se debería suponer que atrás se quedaron los momentos de incertidumbre y conflicto que son característicos de la adolescencia o el tiempo de ir sentando las bases del porvenir y el futuro, en la juventud, para su próxima consolidación. Sin embargo, este parangón no es tan simple ya que los tiempos que tiene la historia de un país no cuentan con las mismas características de las personas además de que éstos son más largos e incluso cíclicos por lo cual no se puede establecer una secuencia lineal de su devenir y sobre todo porque la madurez no es un sinónimo del ser adulto.

            Con todo ello, Bolivia ingresa en sus 30 años de régimen democrático recordando, o tratando de comprender, lo que fueron los días difíciles de lucha y resistencia por recuperar la democracia de las ataduras a las que habían sido sometidas por las dictaduras que se presentaban como una periodicidad casi normalizada en una sociedad llena de diferencias e inequidades. De esta manera, los que no fuimos testigos presenciales de estos tiempos tratamos de construir imaginariamente estos escenarios que pese a todas las adversidades lograron aglutinar en un objetivo común a una gran mayoría de la población, el cual giraba en la búsqueda de la libertad y el respeto de los derechos humanos. A partir de este antecedente se integraron una diversidad de sectores muy plurales que eliminaban otras banderas y solo levantaban la de la democracia como objetivo principal de la causa y el día a día. Lamentablemente, luego de esta victoria colectiva se logró retornar a la democracia que progresivamente se fue enviciando de diferentes errores y necedades que solo conseguían afianzar pequeños grupos de poder llenos de beneficios y privilegios en detrimento de gran parte de la colectividad la cual en su mayoría había sido parte importante del retorno al régimen democrático.

            Contradictoriamente, en estos mismos días se recuerda lo sucedido en octubre de 2003 durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, obviamente enmarcado en la democracia, que paradójicamente ha representado uno de los peores hechos de este periodo que deja mucho por meditar a cerca del verdadero espíritu democrático y la forma de entenderlo para el modelo boliviano. Este suceso también representó el fin del periodo neoliberal que vino de la mano de políticas públicas aplicadas en los países de la región y que en su paso tuvo diferentes reacciones y efectos. Para nuestro caso nos introdujo en una crisis estructural y la búsqueda de la consolidación de otro modelo que adoptó el denominativo de proceso de cambio, y que en el nivel macro Boaventura de Sousa llama democracia de alta intensidad. Pero una vez superado este momento lleno de bonanzas, el actual gobierno, que se encuentra en un segundo mandato, enfrenta otras condiciones que conflictúan la gobernabilidad en el país por lo que se demuestra que incluso dentro de uno de los momentos con mayor legitimidad gubernamental y control de los Órganos estatales la democracia se va reconfigurando a  cada instante y parece encontrar su sentido solo en la capacidad de los mandatarios para otorgar mejores condiciones de vida a la población. Así, han transcurrido 30 años de aprendizajes y la búsqueda de maduración; pero lo que queda claro es que no existen recetas sacramentadas, sino que para poder tener una democracia coherente los que deben buscar la madurez son los ciudadanos por que al fin de cuentas la sociedad es su reflejo al igual que su democracia.

martes, 2 de octubre de 2012

LOS CHICHAS EN EL DEBATE

Dentro del acontecer de los pueblos se van desarrollando diferentes facetas correspondientes a las formas de autoentenderse en relación con los demás. En este sentido nos encontramos ante una construcción colectiva, y mejor aun comunitaria, de resignificar una identidad fluctuante entre los resabios y las construcciones e influencias contemporáneas. Asimismo desde esta perspectiva, hace algún tiempo atrás, se viene trabajando y potenciando un perfil novedoso para los Chichas que ahora se entienden como una nación que complementariamente viene muy acorde con la coyuntura sociopolítica de nuestro país, representado por el Estado Plurinacional. Desde este enfoque se han establecido las condiciones para que las poblaciones puedan tener nuevas formas de desarrollo enmarcadas en las modificaciones estatales en curso, principalmente las autonomías.

            Sin embargo, nuevamente se contrastan cosmovisiones y percepciones a cerca de una misma realidad pero observada desde diversos perfiles. Por tanto, a partir del planteamiento de la reconstitución de la Nación Chichas se levantan voces diferenciadas expresando sus posiciones que en algunos puntos puede ser disonantes pero que en el fondo tienen un lugar de encuentro para dejar de lado diferencias relativas y encaminarse hacia un solo fin en beneficio de la región. De esta manera, la identidad de los chichas es uno de los mayores antecedentes que se proyectan para ir madurando ideas como el de Nación que de lejos supera esta mirada identitaria y culturalista para abordar otros espacios más complejos y estructurales del ser chicheño. Pero hay que reconocer que para lograr restablecer estas características se debe seguir estudiando e investigando en las raíces precolombinas donde se encuentran los elementos fundantes de esta colectividad. Así, para poder reconstituir esta Nación existen aspectos claves que va a determinar esta situación como ser el territorio, historia, idioma, población y una estructura institucional entre otros; donde la mayoría de estos elementos se encuentran presentes y en vigencia dentro del actual territorio Chichas lamentablemente dividido en provincias.

            De esta manera, nos encontramos en una etapa muy rica e interesante dentro del debate de la identidad en lo Chichas que se perfila hacia una reconstitución histórica la cual debe ser plasmada en políticas públicas de beneficio para la población y el territorio. A partir del cumplimiento de los “requisitos” especificados en la Constitución Política para ser Nación debemos ir aplicando diferentes iniciativas que nos permitan influir en las relaciones con el Estado por ser el nivel oficial en cuanto a términos jurídicos y políticos. Por tanto, de forma paralela a este debate conceptual y de gabinete, quedan las acciones masivas de toda la colectividad manifestándose en el escenario nacional mediante una expresión incluyente con un mecanismo técnico de medición demográfica y estadística como es el Censo Nacional de Población y Vivienda a realizarse en noviembre próximo. Aquí tendremos una oportunidad histórica de potenciar nuestra identidad en el entorno nacional donde es ser chicheño se visibilizará primero en datos cuantitativos mostrándonos el porcentaje poblacional autoidentificado como Chichas (pregunta 29) y posteriormente quedará por delante apoyarnos de este aspecto para proyectar políticas para nuestra región basados en fuentes estadísticas como otro argumento válido de planificación.