lunes, 28 de marzo de 2016

GESTIÓN PÚBLICA MUNICIPAL

El gobierno local es uno de los más cercanos a la población y por tanto está al corriente de las principales necesidades y demandas de la misma. Esta situación tuvo que superar un proceso histórico, político y administrativo para que en la actualidad los municipios tengan un rol importante respecto del desarrollo de cada comunidad con características propias en una gran variedad dentro de todo el territorio nacional. Así, en sus orígenes, se tenía una gran dependencia de los gobiernos nacionales comenzando en la designación de las autoridades locales que progresivamente fueron cobrando autonomía luego de muchos decenios, donde la Participación Popular tuvo un papel importante y también el actual proceso donde se pretende consolidar la autonomía de los gobiernos municipales, junto a su estructura y su capacidad de toma de decisiones, contando con un órgano ejecutivo y un legislativo para llevar adelante la gestión elegida cada cinco años. Asimismo, es importante la división entre estos órganos de manera independiente, cada uno, lo cual es fundamental en cuanto a la fiscalización e independencia entre instancias y una gestión más efectiva, en el mejor de los escenarios esperados.

No obstante, esta situación trajo también algunos conflictos de ingobernabilidad, desde el plano netamente político y circunscrito a esta división entre órganos que en algunos casos suelen conformarse en espacios de oposición no propositiva ocupándose solo de obstaculizar al ejecutivo. Desde este punto de vista, lograr una gobernabilidad deviene en una relación compleja y conflictiva desde adentro del gobierno municipal. Este ha sido, en algunos casos, uno de los motivos para tener gestiones ineficientes y poco relevantes por los conflictos internos que suelen producirse en la pugna entre ejecutivo y legislativo donde los mayores perjudicados son los y las habitantes del municipio. Otro de los factores para una gestión poco efectiva viene de los mecanismos y formas de distribuirse el presupuesto que por lo general es repartido o dividido entre distritos donde nuevamente se generan conflictos, esta vez desde la sociedad civil organizada, por lo cual los montos asignados al municipio se van diluyendo en esta repartija, posiblemente legítima pero, que incide en la inexistencia de obras de magnitud, las cuales deben ser canalizadas con otros recursos y mediante la coparticipación del gobierno departamental y nacional, lo que resulta en cierta dependencia hacia estas instancias mayores para poder contar con obras de relevancia y de beneficio generalizado para el municipio.


En otra arista se encuentran los funcionarios y funcionarias del municipio donde se puede tener un problema muy complejo cuando se establecen pugnas de poder que confrontan, por lo general, con el ejecutivo aportando un importante porcentaje a la ingobernabilidad desde adentro y que puede recaer en varias formas de boicot a la gestión. Así, cuando se realiza el cambio de autoridades se ingresa en un proceso forzoso para la negociación entre la dirigencia y el ejecutivo para que la gestión no se vea truncada de forma recurrente, pese a que las autoridades hayan sido legítimamente elegidas por voto directo, frente a funcionarios y funcionarias atrincheradas en organizaciones, muchas veces intransigentes y con muy poco sentido propositivo y proactivo. De esta manera, la capacidad y competencias que deberían tener los y las funcionarias municipales deberían ir en concordancia con las exigencias profesionales y técnicas de cada puesto para contar con mayor eficiencia en los procesos y la ejecución de los POAs, evitando que al final de gestión se vean revertidos los recursos programados. Entonces el proceso de especialización dentro de los municipios debería ser una constante para funcionarios y funcionarias, y otras figuras de trabajadores municipales, para que los cinco años de gestión de cada autoridad pueda resultar beneficiosa para la comunidad en su conjunto. El trabajo en el municipio sin duda es uno de los más exigentes y requiere de un esfuerzo y compromiso con la comunidad más allá de horarios, porque tenemos de por medio el Desarrollo Económico Local como un horizonte al que debemos acercarnos con un trabajo acorde desde adentro de los municipios, mucho más con funcionarios oriundos del municipio.

lunes, 21 de marzo de 2016

PATERNIDADES

En la actualidad los roles, tradicionalmente, establecidos y heredados por varias generaciones comienzan a ser desmontados  a partir de una serie de avances, reflexiones y, hasta, políticas que pretenden cambiar estas formas de pensar y entender el mundo. Así estos roles de género establecidos como presupuestos respecto de lo que se entiende por ser mujer o ser hombre parecen encontrarse en una historia contradictoria de un imaginario social frente a una realidad de desigualdades entre sexos y géneros construidos e impuestos dentro de estructuras patriarcales. En este sentido, se abren al debate, nuevamente, lo concerniente al espacio público y privado o doméstico, los cuales se han adscrito a hombres y mujeres respectivamente en una perspectiva totalmente arcaica y retrograda que parece tan incongruente con los tiempos en los cuales vivimos hoy en día. Así se sigue asociando a lo público y la productividad con los hombres lo cual los aleja y vuelve tan ajenos de lo doméstico, llegándose a extremos como la naturalización de esta condición y estructuración social de roles.

Así, las paternidades se encuentran en una relación compleja y contradictoria en cuanto a las maneras de entender el ser padre en la sociedad boliviana, esto a raíz de la influencia y hasta determinación de esa estructura patriarcal junto a otras peculiaridades históricas. Bajo esta perspectiva nos enfrentamos a una forma, siempre, inconclusa de ser padre y que más bien está marcada por el ejercicio de violencia (psicológica, física, económica y simbólica entre muchas otras) como una de las características de este rol de la paternidad. De igual manera está el abandono la falta de cariño y amor hacia hijos e hijas como ejes sobre los que gira la paternidad. Con estas y otras características se ha establecido, y hasta normalizado, esta concepción de paternidad en nuestro país donde la carga, casi completa, del cuidado se lo deja a las mujeres en la mayoría de los casos. Por otra parte, si bien existen avances significativos todavía se mantienen vigentes aspectos tan sutiles que siguen reproduciendo estas relaciones dentro de lo que conocemos como los micromachismos en prácticas tan simples como la asignación de colores diferenciados para hombres y mujeres, llegando al extremo ridículo de la censura y discriminación por este hecho.


Bajo estos lineamientos, queda mucho por deconstruir y desmontar a nivel social e individual para ir superando estas taras mentales que afectan en varios sentidos a la estructura social de forma recurrente y cotidiana. De por medio está erradicar la violencia, el sexismo, machismo, homofobia, gorilismo y hasta el chauvinismo, entre otros, que asociados pueden tener consecuencias complejas al generar una reproducción tanto en los hijos e hijas, estructurando nuevamente futuros hombres violentos y padres solo de nombre, pero sin ninguna práctica real respecto de una paternidad activa y comprometida. Necesitamos padres que puedan cocinar, lavar, jugar y expresar algo de cariño, aunque con seguridad esto implica un desmontaje de toda la carga subjetiva que quedó de los ascendientes, pero estos son quiebres necesarios y urgentes para continuar en el camino de la equidad, la complementariedad y una convivencia más armónica, en este caso desde el rol de padre, teniendo como objetivo mayor e ineludible el interés superior de niños y niñas, hijos e hijas, y a partir de la relación intrafamiliar poder incidir en las relaciones sociales.

lunes, 14 de marzo de 2016

HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE…

Dentro de una estructura social arraigada por la “moral y las buenas costumbres” se suelen utilizar, de manera casi mecánica, máximas que demarquen lineamientos y objetivos de vida. Así, el dicho de hasta que la muerte los separe parece no tener asidero en los tiempos en que vivimos por todos los importantes y rescatables avances que se han logrado en varios sentidos. En primer lugar está el de los derechos humanos, con énfasis en las mujeres, donde con la lucha permanente y vigente a lo largo del tiempo por el respeto a los derechos humanos de este sector poblacional se pretende generar una aplicación real de los mismos en todas las instancias pública, privadas y, obviamente, domésticas. Segundo, nos encontramos con la lucha contra la violencia en todos sus sentidos, con el énfasis en la razón de género, y que nos obliga a tomar medidas para aplacar el ejercicio de violencia (en todas sus formas pasando por la psicológica, física, sexual, económica y otras) contra niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y adultas mayores. Los dos avances antes mencionados nos llevan a visibilizar el trabajo de organizaciones y personas activistas, apoyadas por instituciones, también, comprometidas con estas luchas del día a día. No obstante queda, como tercer elemento, la incidencia en política desde instancias estatales que son plataformas por las cuales se pueden lograr avances significativos pero donde se presentan mayores trabas y conflictos para conseguir avances efectivos.

Pero volviendo a nuestra frase, cuasi, célebre del hasta que la muerte los separe, debemos retomar también los “buenos” usos y costumbres de sociedades tradicionales donde la permanencia de una familia nuclear biparental era observada como la familia normal, quedando detrás toda la carga de vulneraciones, sometimiento, privaciones, violencia y otros factores que eran la base para una familia modelo (modelo Ingalls). Sin embargo, con el avance de las sociedades enmarcadas en los derechos y la búsqueda de equidad o complementariedad se van deconstruyendo estos imaginarios sociales a partir de la develación de este tipo de trampas perversas para mantener intacto al “núcleo” de la sociedad, la familia. Entonces aparecen las interpeladas familias “disfuncionales” con presencia solo de la madre, en mayor número de casos, o de otros miembros familiares incluyendo abuelas principalmente. Por otra parte, están las mujeres cuestionadas por su negativa a casarse y tener descendencia lo cual recae directamente en un etiquetamiento sobre la base del prejuicio y la estigmatización.


Bajo este imaginario social, basado en las supuestas tradiciones y costumbres, solía reproducirse esta estructura familiar que ocultaba relaciones complejas y conflictivas invisibilizadas por aspectos tan triviales como “el qué dirán” manteniendo vigentes por muchos años, llegándose a terminar solo con el fallecimiento de uno de los miembros de la pareja. Dentro de esta perspectiva, en la actualidad se conoce que el número de separaciones y divorcios han ido incrementándose, lo cual se explica a partir de estas condicionantes antes descritas y que están muy vinculadas a una ampliación y conocimiento de los derechos y la no violencia como un principio fundamental de la vida en pareja, además de las otras instancias como la violencia que se ejerce contra niños y niñas, entre otros grupos poblacionales. Así, con otro ejemplo cotidiano observamos que procesos complejos a nivel psicológico y social que se vive cada día en nuestra realidad y que lamentablemente suelen tener como un refuerzo a dichos populares o máximas que pueden determinar formas de relacionamiento en medio de la vulneración de los derechos de las personas, avalados por la doble moral de las tradiciones y costumbres. De esta manera, en el peor de los casos el círculo de la violencia va creciendo hasta que esta recurrencia se convierte en el asesinato, bajo la figura de feminicidio como una de las consecuencias más lamentables que pueden comenzar con un simple “hasta que la muerte nos separe…”

lunes, 7 de marzo de 2016

PROCESOS DEL CURRÍCULO REGIONALIZADO

La educación se constituye en uno de los principales pilares de la sociedad desde donde se comenzará a estructurar los elementos subjetivos de la misma y la construcción de imaginarios en su población. En este sentido, la educación es centro de los debates y los intentos por aplicar uno u otro modelo de acuerdo a los intereses y, a veces, necesidades reales de la sociedad. Así, se pasó por varias etapas donde se fueron planteando y replanteando los modelos educativos donde se pretendía modificar estos perfiles y contenidos en las denominadas reformas educativas. En sus orígenes se tuvo una educación elitista y segregada donde solo algunos sectores minoritarios eran receptores de la educación oficial, dentro de lo cual los pueblos indígenas eran relegados e ignorados por completo. Posteriormente, luego de la Guerra del Chaco, enmarcada en la Revolución del ’52 se logró alguna inclusión con la aplicación del Código de Educación donde, no obstante, se caía en sesgos como el intento de castellanización y la monocultura en este modelo con la pretensión de anular conocimientos y aprendizajes propios de cada pueblo y Nación. Como es sabido este modelo homogeneizador fracasó de forma irremediable, donde el modelo educativo también naufragó al no lograr responder a la realidad compleja del país, mucho más dentro un tema tan complejo como el educativo.

Posteriormente, en la década de los ’90 se produjo una importante marcha indígena, con una incidencia de temas educativos, a raíz de la cual se avanzó hacia el reconocimiento de esta necesidad para incluir los conocimientos con la aplicación del modelo educativo intercultural bilingüe conocido como EIB, dentro de la Reforma Educativa de la Ley N° 1565. Así, posteriormente se profundizaron las propuestas junto a los mismos procesos sociales donde se encuentra el proceso constituyente desde el cual emergió la nueva Constitución Política del Estado que después fue complementada por la Ley N° 070 Avelino Siñani-Elizardo Pérez, con los parámetros de la “Revolución Democrática y Cultural”. Dentro de esta ley, Artículo 70, se hace el reconocimiento de los currículos regionalizados como una parte complementaria al currículo base plurinacional, establecido desde instancias nacionales, teniendo como actor principal al Ministerio de Educación. De esta manera, los currículos regionalizados se abren como una plataforma inclusiva de construcción, a partir del rescate, de los saberes y conocimientos propios dentro de cada pueblo y nación indígena originaria. Entonces en este nivel, cada Entidad Territorial Autónoma (ETA) toma la dirección de su propio currículo que deberá cumplir con los objetivos priorizados en cada ETA.

La Nación Chichas, dentro de su proceso de Reconstitución también requiere de la elaboración del currículo regionalizado donde se plasmen elementos constitutivos de su identidad así como complementar al marco educativo nacional con un aporte propio desde sus saberes y conocimientos en el enfoque intra e intercultural. Así, el aporte que se puede realizar desde la Nación Chichas para los aprendizajes en otros espacios es fundamental por todos los contenidos y trayectoria que existe en este territorio ancestral, como una de las naciones más importantes de esta parte del país, y que comparte lazos de hermanamiento con poblaciones habitantes en otros departamentos y países como ser Argentina y Chile. Por otra parte, la construcción participativa del currículo regionalizado de la Nación Chichas permitirá fortalecer el proceso reconstitutivo mediante la articulación y estructuración de estos conocimientos y otros elementos que permitirán, a su vez, el fortalecimiento de la identidad chicheña en las nuevas generaciones con un mayor énfasis en características históricas, culturales, idiomáticas y otras de lo que fue y es la Nación Chichas. De esta forma, dentro del proceso de elaboración participativa se logrará un encuentro entre diversos sectores y actoras(es) sociales de la Nación Chichas generando un diálogo necesario con ejes para el debate y el consenso de lo que debería ser este currículo lo cual signifique una generación de comunidad dentro de este cometido.