lunes, 30 de octubre de 2023

COMITÉ CÍVICO POPULAR


Foto: Internet.

La Democracia ha cumplido cuatro décadas en nuestro país, pese al corte constitucional de 2019 y 2020, y en ese lapso ha logrado generar una serie de mecanismos que han buscado que la misma se profundice. En este sentido, actualmente hablamos de democracia intercultural que viene desde un marco plurinacional como pilar central de la construcción del Estado Boliviano. Asimismo, hemos avanzado de lo que se conocía como democracia representativa a la democracia participativa que busca tener una mayor legitimidad respecto de las decisiones que involucren al pueblo, mas allá del solo hecho de emitir un voto, sino que venga acompañada del control social, casi permanente. Asimismo, es importante considerar que se ha pasado de una lógica sectorial reducida a una ampliación en el ejercicio de los derechos ciudadanos y democráticos que fueron apropiados y liderados por las Naciones y Pueblos Indígenas, bajo una lógica indígena y popular de este ejercicio.

En este nuevo contexto, ha quedado en pugna el debate con estructuras elitistas que pretenden mantener el control y la toma de decisiones dentro de grupos colegiados, también llamados de “ciudadanos ilustres”, que responden a realidades y lógicas coloniales. Dentro de estas estructuras citamos a los decadentes Comités Cívicos, que incluso dentro de su denominativo incluye término como lo cívico y manejan sus discursos a nombre de la patria y la bandera, los cuales han sido cuestionados por su trasfondo patriarcal y chauvinista que busca conseguir objetivos políticos, pese a decirse cívicos. Entre estos casos emblemáticos podemos señalar al Comité Pro Santa Cruz y el Comité Cívico Potosinista que emergieron con más fuerza en los últimos años asumiendo posturas fuerte y abiertamente opositoras al gobierno del Movimiento Al Socialismo luego de haber sido relegadas de los espacios de poder nacional desde el 2006. Con este tipo de contradicciones, se pone en entredicho el carácter cívico de dichas instancias que parecen haber quedado aletargadas en el tiempo y que no concuerdan con los avances democráticos del siglo XXI en esta parte del mundo.

De similar manera, en un contexto regional tenemos al Comité Cívico COCIDEPRO CHICHAS que, entre ciertas irregularidades, tuvo una elección hace unos días atrás en el objetivo de renovar su directiva rumbo al bicentenario de Bolivia y, mucho más, rumbo a las elecciones municipales próximas. Así, no es novedad de que ocurrió en varias ocasiones una continuidad entre la dirigencia cívica y la alcaldía de Tupiza donde ex cívicos se convirtieron en Alcaldes, habiendo apelado a la instancia cívica como palestra política posterior. Sin embargo, mas allá de este detalle, no menor, resulta cuestionable el proceso eleccionario que se tiene, pese a la posibilidad de elección popular mediante el voto directo en urnas, ya que se ha visto hace varias elecciones que no existe una legitimidad real del bloque ganador ya que las/los votantes no superan unos cientos, lo cual no es representativo del padrón electoral real del Municipio de Tupiza. Por otro lado, peor aún, debemos observar que este sufragio solo se realiza en el ámbito urbano, ignorando por completo al voto rural, entre otros sesgos y exclusiones presentes en este proceso.

Con estas consideraciones, es necesario tener un replanteamiento de lo concerniente al Comité Cívico en Tupiza que además embandera a los Chichas, siendo que se ubica y representa a, una reducida parte de, un solo municipio. Entonces, es necesaria una actualización desde los estatutos que se enmarquen en el nuevo marco constitucional plurinacional. Por otro lado, se debe trabajar mecanismos que amplíen la representatividad de las mayorías que puedan identificarse con esta instancia bajo una lógica de pertenencia al pueblo, es decir debemos repensar un Comité Cívico Popular, acorde a los tiempos actuales.