miércoles, 27 de mayo de 2009

HOMENAJE A LAS HEROÍNAS DE LA HISTORIA

27 de mayo de 1812, el Ejército Realista de Goyeneche, después de derrotar a las tropas de Esteban Arze, se acerca hacia Cochabamba exigiendo que se entregue a los cabecillas del levantamiento, a lo que la población Cochabambina se niega, y para ello salen las mujeres que luchan contra los realistas. Es así como se dan lo hechos para que este grupo de heroicas y valientes mujeres, atrincheradas en la Colina de San Sebastián sean recordadas por la historia como las Heroínas de la Coronilla, con la expresión: “si no hay hombres, aquí estamos las mujeres para luchar por nuestro país”, a la cabeza de Manuela Gandarillas. Con lo acontecido, posteriormente se declararía este día como el Día de la madre boliviana durante el Gobierno de Hernando Siles, un 18 de mayo de 1927, mediante la Ley del Día de la Madre como un homenaje más a la gesta libertaria.

 

Este es un reconocimiento que se hizo de la participación histórica de las mujeres en el proceso independentista, que sin embargo no fue el único, porque ahí tenemos muchos más ejemplos como a Bartolina Sisa, Juana Azurduy de Padilla, y muchas otras madres que supieron luchar cuando les llegó esta responsabilidad pero que a partir de los sesgos de la historia fueron invisibilizadas en muchos de los casos. De la misma manera fueron y son muchas las madres y mujeres que combatieron defendiendo sus ideales, con lo que nos damos cuenta de que esto no ha cambiado, ya que hasta nuestros días siguen presentes estas madres que día a día luchan por salir adelante y por dar lo mejor a sus hijas/hijos y a su familia. La madre es el símbolo de lucha y sacrificio, que lleva consigo la maternidad como uno de los mayores fundamentos de la vida y brindándolo todo para los suyos. La maternidad, va más allá de la concepción y tiene ver con la capacidad de asumir este rol primordial de todas las sociedades, que ponen el pilar fundamental de las mismas sobrecargando a las mujeres respecto de responsabilidades de cuidado que deberían ser compartidas y que por el contrario son eludidas en complicidad central del machismo y las paternidades ausentes.

 

Entonces, va un reconocido homenaje, sobre todo, a las madres que trabajan y luchan cada día, a estas heroínas de la historia que se cuentan por miles y millones, y que estuvieron presentes desde el origen de los tiempos, poniéndole una sonrisa a la adversidad y fuerza al trabajo. Un homenaje a esa artesana de sueños que va trabajando y construyendo el futuro, convirtiendo y transformando estos sueños en realidades. Un homenaje y un reconocimiento que no requiera de un solo día, sino que sea un sentimiento permanente hacia las dadoras de vida, amor y felicidad. Un homenaje hoy y siempre a las que lucharon y seguirán luchando sin importar fechas ni reconocimientos sino, simplemente, la virtud de ser madres.