lunes, 29 de febrero de 2016

POLÍTICA DEMOCRATIZADA EN DEBATE

Dentro del proceso para el ejercicio ciudadano tuvieron que ocurrir una serie de momentos y hechos complejos para que la política sea democratizada, o asumida con una perspectiva inclusiva y participativa. En este sentido, existieron muchos sesgos que significaron el abismo existente entre una política elitista y otra real donde se genere mayor legitimidad, en este caso, para la elección de gobernantes. Entre las brechas existentes podemos encontrar el tema de la equidad donde se solía excluir a mujeres de este tipo de decisiones lo cual se fue superando progresivamente, esto no significa que el problema esté totalmente culminado. Así, en la actualidad el debate supera el hecho de simplemente elegir, sino que se requiere ser elegida, dentro de lo cual se maneja postulados como la paridad a partir de normativas que deben ser asumidas como una transversal en varios ámbitos que pasan por temas de lucha contra la violencia el machismo y la despatriarcalización, entre otros, donde el ejercicio del “poder” es fundamental a partir de la potestad en la toma de decisiones más allá del cumplimiento de la cuota obligada por ley.

Dentro de una realidad más propia, tenemos una problemática particular donde existe la presencia de los pueblos indígenas originarios, quienes solo fueron considerados como ciudadanos luego de la Revolución Nacional de 1952 mediante la aplicación del voto universal como un importante avance en cuanto a derechos políticos de la población. No obstante, este solo fue el primer paso que dejaría pendientes una serie de medidas necesarias para considerar a Bolivia como un país realmente incluyente y participativo que tuvo que pasar por el multiculturalismo, plurilingue, multiétnico, hasta complejizar el Estado, como un reflejo de la composición social, articulado a la cualidad plurinacional que imbrica una serie de factores logrados en esta última etapa de la historia, dentro del denominado proceso de cambio. También es importante decir que este momento constitutivo fue generado desde los propios movimientos indígenas para lograr establecerse como actores estratégicos y fundamentales de la política en el siglo XXI en Bolivia y países hermanos.


De esta manera, hemos abordado dos casos concretos de poblaciones, históricamente, vulneradas en sus derechos políticos y que son pilares primordiales para entender el ejercicio de la política actual, además de la práctica democrática. Cuando hablamos de forma general nos acercamos a la democracia participativa que tiene varios mecanismos como el referendo donde se toma decisiones de manera directa, dando legitimidad a la opción definida. Por tanto este es un avance de la democracia que era necesario en tiempos de inclusión y no discriminación. Sin embargo, más allá de este tipo de política, vinculada siempre al sufragio, existen otras maneras de incidencia donde la opinión y la libre expresión son prioritarias. En este sentido, durante los últimos años, las redes sociales han sido un medio por el cual se abre, casi, por completo este derecho y capacidad para todos y todas en general, siendo el único óbice el acceso a los medios tecnológicos que permitan acceder a la red. De esta forma, parece que este tipo de política es la más democrática posible la cual además permite la participación permanente, más allá del reduccionismo del sufragio que se concreta solo en el momento de la emisión del voto. Así, con este y otros mecanismos de participación se dice que incluso se puede vencer elecciones, o en nuestro caso un referendo. Por este y otros factores, desde el gobierno nacional, se plantea la regulación de las redes sociales, principalmente para evitar la especulación, el insulto, racismo, discriminación y otros aspectos que son responsables de generar y reforzar conflictos históricos vinculados al colonialismo interno, el sexismo y otras taras extremadamente perjudiciales para una comunidad nacional. Así, el debate sobre las redes sociales queda abierto y deberá ser asumido con un nivel de discusión seria y estructural porque un precedente para estas expresiones es la educación ya sea formal o alternativa, y en espacios familiares, escolares y otros. De esta manera, vamos considerando una pugna entre los líderes de opinión, la opinión pública y hasta el vox pópuli, válidos todos dentro de la democracia, pero los cuales no deben tener los lastres discriminatorios, racistas, excluyentes, sexistas y muchos otros que al final no tienen nada que ver con política o debate democrático y son ejercidos a partir de la cultura política de cada grupo poblacional junto a la carga de violencia simbólica junto varias otras problemáticas sociales.

lunes, 22 de febrero de 2016

NO, EL VASO MEDIO LLENO

A lo largo de las últimas semanas se llevaron adelante las “típicas” campañas preelectorales rumbo al referéndum modificatorio del Artículo N° 168 de la Constitución Política del Estado Plurinacional, abriendo la posibilidad de que el actual Presidente y Vicepresidente sean candidatos el 2019. Así, por un lado se presentaron argumentos sugerentes para las opciones maniqueas de este proceso electoral que nos llevaron a bifurcar nuestro camino entre los verdes y los colorados sin lugar a matices. Entre medio también encontramos aspectos considerados como guerra sucia con fuentes puestas en entredicho y en otros casos siendo confirmadas como mentiras en pleno. En este escenario lo más lamentable fue la falta de profundidad en algunas posiciones que se confrontaron a los logros y avances del denominado proceso de cambio, que no quedó exento de errores en el camino que fueron generando las críticas a la gestión oficialista.

Luego de conocerse los resultados de la votación en el referéndum a nivel nacional, lo primero que queda es la consolidación de la democracia directa e incluyente con la aplicación de este tipo de procedimientos electorales, formalizados luego de la Asamblea Constituyente, donde la población en su conjunto toma decisiones fundamentales para los derroteros del Estado boliviano en los próximos años. Lo segundo, es que los resultados muestran la diferencia tan estrecha entre el SI y el NO lo cual mantiene, todavía, un respaldo a la gestión actual que, en comparación, supera los porcentajes de los tiempos de la democracia pactada y el caduco sistema de partidos. En tercer lugar, es importante mencionar que la victoria lograda no es aplicable de forma automática a ningún candidato ni fórmula de la oposición por tanto no existe un líder visible de la opción roja en el mencionado referéndum. En el mismo sentido, tampoco debería ser una victoria del aspecto discriminatorio y racial de las visiones arcaicas existentes en otros tiempos y que fueron las que resistieron por mucho tiempo atrincherados en la mirada hacia el norte, donde se elegía, incluso, a un presidente que hablaba mejor el inglés que el castellano.


Quedan algunos años por delante y la unidad lograda para este proceso quedará polarizada y atomizada en muchos frentes y rostros desde las opciones de oposición el 2019. Para el actual partido de gobierno también queda una tarea pendiente fundamental para las elecciones generales próximas, donde la emergencia de nuevos cuadros y líderes o lideresas serán puestos a prueba en el amplio marco que se tiene dentro del Movimiento Al Socialismo. Sin duda, los cambios que se vayan a dar en este tiempo serán refrescantes en todo sentido, donde también habría que esperar una renovación dentro de la oposición que veía como la única alternativa de una posible victoria el alejamiento de Evo Morales como candidato presidencial. Hay mucho por hacer y mucho por reflexionar con retos complejos para verdes y colorados, donde la oposición se enfrenta a la necesidad de estructurar un proyecto de país coherente con la realidad actual luego de la emergencia y consolidación de los nuevos actores y actoras sociales y políticas del último tiempo, sobre todo en referencia a los pueblos indígenas originarios. Entonces, para la oposición se pone cuesta arriba hacia la búsqueda de un liderazgo y proyectos representativos e incluyentes, luego de los importantes avances del denominado proceso de cambio que solo requerirá nuevos aires que posiblemente refuercen y fortalezcan el proyecto hacia la consolidación de la agenda 2025.

lunes, 15 de febrero de 2016

LOS VERDES Y LOS COLORADOS

De manera llamativa, se han modificado los colores electorales enmarcados en el proceso que se llevará adelante el próximo domingo dentro del referéndum modificatorio del Artículo 168 de la Constitución Política del Estado. Así nos hemos alejado del popular azul, que incluso se conformó en la ola azul que “arrasaba” en gran parte del mapa electoral en Bolivia, hasta la pasada elección general. Por otra parte, han desaparecido también, o por lo menos se han minimizado, otros colores y siglas a las que nos habíamos acostumbrado cuando se trataba de política electoralista en el siglo XXI. De esta manera, ahora sí, nos encontramos en un escenario maniqueo donde se polariza las dos opciones del SI o NO, caracterizadas por los colores verde y rojo, al parecer, sin espacio para matices o tonos a medias tintas. Dentro de este marco, como las únicas alternativas solo se tendrá al blanco y el gris, del voto nulo, que podrán alternar entre estos verdes y colorados que sin embargo no resultan ser opciones pertinentes porque en un referéndum de este tipo cada vota será requerido y definitorio.

El 21 de febrero los y las ciudadanas de nuestro país estarán ejerciendo su derecho, obligatorio, al acudir a las urnas para definir su voto entre el verde o el colorado, con connotaciones que pueden alargarse por 5 años o una nueva gestión de gobierno para los actuales Presidente y Vicepresidente, los mismos puedan ser candidatos a las elecciones del año 2019. Dentro de este panorama resaltan elementos novedosos y otros reiterativos de los anteriores procesos electorales vividos en nuestro país. Primero, nos encontramos con la movilización del aparato humano estatal para realizar las campañas por el SI y el NO dependiendo de la tuición de cada nivel de gobierno, ya sea nacional, departamental o municipal para mostrarlos como las bases que respaldan a cada opción. En este sentido, el partido de gobierno además de esta movilización cuenta con el apoyo de las organizaciones sociales, ya tradicionales, que sostienen al proceso de cambio, y que fueron gestores del mismo, incluso antes de la existencia del MAS-IPSP con lo cual se tiene una verdadera base social organizada y con presencia nacional. Desde la otra vereda nos encontramos con las oposiciones que parecen haber encontrado un hito común para tener esa unificación añorada, desechando coyunturalmente la cabeza visible que es donde se suelen generar los quiebres para alcanzar, en otro contexto presidencialista, esa unidad que ahora existe de manera pasajera. Entonces los dos frentes se encuentran listos para llegar al día del referéndum ya sea reiterando las victorias, contundentes, que tuvo el partido oficialista en los últimos años de forma recurrente o más bien hacer el viraje que interpele los errores y retrocesos que pueden existir dentro del proceso de cambio.


Sin embargo, se presenta una tercera alternativa de los resultados que se puedan obtener donde el SI pueda ganar con mínimas diferencias, incluso sin superar el 50 % lo cual debería resultar en un proceso más complejo y reflexivo para el actual partido de gobierno que significaría una especie de un SI condicional que motive la autocrítica de la gestión de gobierno y retomar los lineamientos originales planteados desde el Pacto de Unidad. Frente a estas condiciones, volvemos a observar a las oposiciones articuladas en torno al NO pero sin plantear, todavía, una agenda de país que permita vislumbras alternativas a la propuesta del Movimiento Al Socialismo que incluso presenta la agenda 2025, origen del actual referéndum con la continuidad del gobierno rumbo a la celebración del bicentenario de la independencia de Bolivia. En medio de este complejo y definitivo referéndum hemos visto emerger a los verdes y los colorados que plantean una alternativa maniquea la cual deberá desaparecer después del 21 para continuar con las causas y azares de la política democrática una vez conocidos los resultados sin que los mismos nos conviertan en el País de los Cocos o alguna rama anexa.

lunes, 8 de febrero de 2016

‘TA(MAL) TUPICEÑO

Existen dichos populares que buscan mostrar “verdades” respecto de diferentes situaciones manifiestas en el día a día, ya sea en colectividades o individualidades; así, nos encontramos con el famoso “pueblo chico, infierno grande” aplicable a lugares donde la población tiene un número reducido y nos podemos conocer, casi, entre todos y todas. Así, se encasilla a cierta localidad dentro de este tipo de clasificación que no necesariamente es positiva y es aplicada sin una reflexión necesaria. Entonces, ingresamos a considerar el sentido crítico que deben tener las personas respecto de una serie de criterios que incumben a la vida personal y familiar, respondiendo a sus intereses, casi, inmediatos. No obstante, esta situación suele recaer en el ser criticón que busca siempre la paja del ojo ajeno y la falta que el otro y otra tienen. Esta situación nos introduce en una relación siempre conflictiva de encontrarse a la defensiva, y su consecuente ofensiva, que va en desmedro de la generación de una comunidad y la buena vecindad.

En toda la extensión territorial de la región de Los Chichas, además de otras regiones y países, encontramos un alimento común que caracteriza a nuestra cultura e identidad, a decir del tamal presente en espacio boliviano y también argentino, siendo uno de los más representativos y diferenciadores de la gastronomía chicheña. No obstante, esta vez nos referiremos al tamal tupiceño, en específico, que nos permita algunos juegos del lenguaje más allá de la simple palabra y su etimología; siendo Tupiza la región tradicional por excelencia en la elaboración de tamales, dentro de nuestro país. Asi, es sugerente la definición encontrada en diccionarios varios donde se define al Tamal, que proviene del náhuatl tamalli, y significa envuelto como: 1. m. Am. Especie de empanada de masa de harina de maíz, envuelta en hojas de plátano o de la mazorca del maíz, y cocida al vapor o en el horno. Las hay de diversas clases, según el manjar que se pone en su interior y los ingredientes que se le agregan. 2. m. Col., Cuba, Ec., El Salv., Guat., Hond., Méx., Pan. y R. Dom. Lío, embrollo, pastel, intriga. (http://dle.rae.es/). Entonces, asumiendo una posición relacional entre las definiciones y connotaciones existentes dentro de la palabra podemos indicar esta coincidencia llamativa con el alimento en sí y el figurado vinculado a embrollo e intriga.

“Pucha que chura es mi tierra/pucha que chura es mi tierra/ahura el tamal está mal/y no hay tambos de chicha, no” es una de las estrofas dentro del álbum de los Ovejas Negras Fuera del Corral donde se encuentra también un juego del lenguaje sin duda sugerente para realizar una lectura de la sociedad tupiceña. Así, de nuevo podemos vincular un sentido que daña nuestra comunidad con un sentido de crítica desmedida, y hasta injustificada, como un mal hábito de coexistencia entre vecinos de un mismo espacio que solo con un pretexto ilustrativo vinculamos al tamal como el alimento y la palabra, permanentemente presentes en lo cotidiano. Por tanto, habrá que adquirir el necesario sentido, primero, autocrítico para tratar de mejorar de forma individual y después generar opinión propositiva y en positivo para fortalecer los lazos y el capital social que mejore el tejido social y la concordia de una población de fuerte identidad y cultura que tiende a ser dividida por este tipo de sentimientos y formas de relacionamiento. Por último, habrá que convertir a nuestro entrañable y significativo tamal en un “tabien” considerando el sentido simbólico relacional entre hombres y mujeres de Tupiza para seguir avanzando dentro de una relación armónica y complementaria.