lunes, 26 de agosto de 2013

NPIOCs EN DEBATE

Con los resultados del censo pasado, el país en su conjunto centró su atención en los números y porcentajes poblacionales correspondientes a cada entidad territorial (municipios, departamentos, regiones y otras) de acuerdo a sus conveniencias e interés en términos político-electorales y económicos. En este sentido, esté será un asunto que se resolverá por vías institucionales, matizadas con algunas movilizaciones sociales y/o cívicas que busquen reivindicaciones o la defensa de sus recursos al igual que sus representaciones, por ejemplo, dentro de la Asamblea Legislativa Plurinacional. No obstante, desde una perspectiva, plenamente, política se encuentra el referido al porcentaje de población autoidentificada y/o perteneciente a una de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos (NPIOCs) donde se presenta una reducción desde el 2001 cuando se contaba con 62%, dentro de este grupo poblacional, y en el 2012 un 40,58%. A partir de este dato, se maneja la victoria o derrota de diferentes corrientes políticas que buscan sus propios réditos en cuanto a legitimidad de su proyecto político y visión de país.

            No obstante, las Ciencias Sociales, y la demografía específicamente, nos enseñan a no leer los números muertos sino que es necesario hacer la interpretación con todos los bemoles que puedan existir en torno a una información estadística. A partir de este elemento, no podemos caer en el facilismo de sacar conclusiones con los simples datos sino que debemos ir considerando otros aspectos que pueden haber influido en esta situación. Por una parte, nos encontramos frente a preguntas diferentes donde en la de 2001 se plantea como autoidentificación mientras que el 2012 se habla de pertenencia, términos con connotaciones diferentes que, además, son planteados en contextos contrarios. Así, en una línea cronológica se debe entender que para el año 2001, y los previos, Bolivia se encontraba en una coyuntura sociopolítica con una fuerte decadencia neoliberal y en contraparte un movimiento indígena fortaleciéndose a lado de otros movimientos sociales en la construcción de un proyecto político alterno y propio. Para el 2012, el antecedente más resaltante se encuentra en la victoria del Movimiento Al Socialismo, por dos gestiones consecutivas, y que este mismo todavía se encuentra en función de gobierno, lo que conlleva una serie de eventos a favor y en contra del proceso donde lo indígena es una de las principales banderas. A partir de lo manifestado, nos encontramos con lineamientos diferentes en torno a entenderse como indígena en el proceso de cambio donde el mismo gobierno parece haber subsumido, y tal vez debilitado, a este movimiento en los últimos años. Así, es posible que antes del 2005 el ser indígena fuera una bandera de lucha y reivindicación política para la toma del poder y así cambiar las condiciones y desigualdades en el país.

En otra línea, encontramos al término “identidad” el cual connota un proceso complejo en su construcción que además es cambiante en relación con los roles que se pueden desempeñar, pero siempre bajo el marco de una identidad más articulada con estas otras menores. En última instancia debemos referirnos a la mención del Estado Plurinacional y su construcción con esta autoidentificación como uno de sus sustentos, que para este caso no necesariamente entraría en cuestión. Para ello, debemos alejarnos de las concepciones esencialistas del ser indígena sino que se debe tomar en cuenta los procesos de modificación que se pueden seguir a partir de una forma de autoidentificarse y que lleva consigo mecanismos de adaptación, inclusión y, hasta, evitar una posible discriminación. En todo caso, el Estado Plurinacional no se pone en duda porque es un proyecto macro muy bien estructurado a partir de diversas realidades que principalmente no se encontraron identificadas dentro de un Estado nación y más bien lucharon por la reivindicación como naciones diferenciadas pero interactuando entre si dentro de un mismo territorio. De esta manera, habrá que seguir escudriñando en medio de los resultados de la pregunta 29, de la boleta censal, para que a partir de estos cambios y cuestionamientos podamos seguir avanzando en la deconstrucción, y construcción, de país en el marco del respeto por las diferencias y la integración boliviana.

lunes, 19 de agosto de 2013

VIGENCIA DE LA NACIÓN CHICHAS

El proceso de integración de los pueblos del sur, pertenecientes a la Gran Región de los Chichas, resulta muy llamativo en los últimos tiempos ya que luego de una separación imaginaria entre las ciudades más importantes ahora se realiza el proceso contrario donde todos apuntan hacia la unificación para, desde este perfil, buscar objetivos más grandes y agrupados. En primera instancia, se debe definir una historia en común para los Chichas que permita seguir una misma vena acercándonos al tronco común y más aun bajar hasta las propias raíces. Desde esta perspectiva, Tupiza ha sido la que más ha trabajado en este aspecto, aunque se debe reconocer que lo que se hizo fue cargado de un sesgo donde se prestó mayor atención a una línea de investigación seudo aristocrática que intentó conformar la identidad desde esas características. En contrasentido, las historias de las comunidades y pueblos fueron minimizados sin entenderse que la identidad fundamental de los Chichas se encuentra ahí, todavía vigente en la historia y tradición oral que irradia su herencia hacia las ciudades en algunas fechas específicas, lanzando puntadas estratégicas que conforman de manera sutil la subjetividad colectiva permanente.

Al igual que con una historia regional común, se debe profundizar los estudios e investigaciones concernientes a otras aristas fundantes de la identidad chicheña donde tiene un lugar central lo que conocemos como manifestaciones llenas de particularidades que se diferencian de gran parte de culturas del país. Como trabajo paralelo y complementario, es necesario un reencuentro y anulación de las diferencias que nos hacían ver como el otro, a partir de discrepancias muy superficiales para colectividades que provienen de una misma comunidad. Así, entra en cuestión un tema social y político donde las reivindicaciones van asumiendo una nueva bandera generalizada en pro del desarrollo y progreso de sus pueblos, aclarando como una forma de progreso propia y no la importada desde otros países o las cooperaciones extranjeras. Con todo esto, el pasado año se dio un paso más dentro de este importante proceso, donde se hace necesario tener un dato estadístico, oficial, para cuestiones como el conocer el número de personas adscritas en esta perspectiva y por otra parte poder definir y planificar estrategias futuras a partir de antecedentes cuantitativos concretos. Así, los meses previos a la realización del Censo 2012, en la Región de lo Chichas se impulsó una iniciativa con participación de instituciones públicas en coordinación con organizaciones sociales y originarias. En este sentido, se diseñó y desarrolló una campaña para la autoidentificación con la Nación Chichas (pregunta 29 de la boleta censal) habiéndose logrado gran aceptación y apertura dentro de la población, al igual que en los residentes de otras capitales del país.

Después de esta importante campaña, algunos meses después, se lamentó que dentro de los resultados, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Nación Chichas quedó agregada dentro del rubro “otros” sin conocerse la cifra exacta de esta población. Sin embargo, luego de haberse cursado cartas desde diversos espacios e instancias el INE hizo llegar una misiva, con fecha 12 de agosto de 2013, a las autoridades originarias donde se certifica que el número de habitantes bolivianos(as) que declararon pertenecer a la Nación Originaria Chichas son los siguientes: Población total Nación Originaria Chichas a nivel nacional: 58.651 habitante (28.259 hombres y 30.392 mujeres). A partir de lo mencionado, para toda la comunidad chicheña a nivel nacional, esta información genera expectativa para seguir trabajando en este cometido, además de hacer conocer que la Nación Chichas está vigente en la actualidad manteniéndose con características identitarias propias desde tiempos precolombinos, en un momento estratégico en cuanto a la búsqueda de su integración y reconstitución, que se debe seguir profundizando para incidir en todos los espacios bajo la bandera de la Nación Chichas.

lunes, 12 de agosto de 2013

COMPLEMENTANDO GÉNEROS MUSICALES


El jueves pasado, se presentó en la ciudad de La Paz la nueva producción de Martín Castillo Gamboa bajo el nombre “Tincho Castillo cuarteto en vivo” donde se realiza la interpretación de varios temas que corresponden principalmente al género de jazz. En este mismo evento se realizó la entrega gratuita de un CD con las interpretaciones realizadas y grabadas hace algún tiempo en un espacio con público, ahí precisamente la referencia del “en vivo”. Pero esta presentación y las diferentes actividades dentro de la música que lleva adelante desde muy joven, Tincho Castillo, nos generan otras reflexiones para entender procesos culturales e identitarios, en nuestro caso particular, dentro de los Chichas, ya que en este cd existen algunas composiciones del cantautor Willy Alfaro, de manera provocativa, también adaptados hacia el jazz. Así, se presenta una nueva alternativa de música para el acervo regional desde una novedosa perspectiva que viene de otros espacios de origen pero que no quedan muy lejanos para irlos asumiendo como parte del amplio repertorio para los Chichas.

            Dentro del programa presentado en esta ocasión se contó con la participación de grandes representantes de la música nacional, en distintos géneros, como ser Freddy Mendizabal y el Grillo Villegas, entre otros, que le otorgaron un matiz muy sugerente conformándose un escenario ecléctico a partir de la motivación de este nuevo cd presentando. Por otra parte, desde una perspectiva visual destaca el diseño donde se presenta al tamal como la imagen central lo que le brinda una exclusividad muy resaltante de una identidad y una identificación de esta producción, al igual que la de sus componentes, con lo que representa Tupiza, esta vez, con una proyección de alcance nacional y en espacios musicales sui generi. En una misma línea es interesante la convocatoria que genera Tincho Castillo ya que se pudo tener un lleno completo del Cine 6 de agosto en La Paz con una heterogeneidad de público entre residentes tupiceños y los propios de la ciudad al igual que visitantes de otras capitales del país. Con este fenómeno se logra romper con algunas limitaciones locales, o regionales, que se producen en torno a la música del sur de Bolivia, lo que puede tener secuelas a nivel cultural en cuanto a la búsqueda de una proyección en los procesos que se viven a nivel nacional además de ser un nexo estratégico con las nuevas subjetividades de las generaciones actuales con su identidad.

            Volviendo al contenido de esta producción, encontramos una diversidad de composiciones que superan el 50% con temas de compositores tupiceños bajo los títulos: “Aires de tu orgullo”, “Chuncululosis”, “La colorada” y “León de los cerros” que se matizan con otros del amplio listado nacional como ser: “Conservación”, “Niña camba” y “Soledad” (y el bonus track de “El regreso”), todos ellos llevados al jazz. Con este trabajo Tincho Castillo hace un importante aporte a la cultura chicheña que se ve complementada en cuanto a la música; interpretada de manera magistral en su guitarra al igual que la de los otros miembros del cuarteto. Este cd también fu presentado en otras capitales departamentales para hacer conocer lo que las nuevas generaciones vienen desarrollando, ahora, en contextos fuera de la región de origen. En este sentido, el reconocimiento que se hace a Tincho Castillo es merecido por llevar en alto el nombre de Tupiza en los escenarios más exigentes de la música, como los de La Paz, siendo entendido como uno de los mejores interpretes de guitarra, enfocada principalmente hacia el jazz como la primordial vena artística.

lunes, 5 de agosto de 2013

LOS CHICHAS, OTREDAD O IDENTIDAD

Las Ciencias Sociales, y sobre todo la Antropología, plantean el concepto de “otredad” en referencia del otro, básicamente, que se interrelaciona de diferentes maneras. Así, la otredad no implica, de todos modos, que el otro deba ser discriminado o estigmatizado; por el contrario, las diferencias que se advierten al calificar al prójimo como un otro constituyen una riqueza social y pueden ayudar al crecimiento de las personas. Desde esta perspectiva, perecería que para las instancias técnicas involucradas en el procesamiento de la información del Censo se concibe al otro como una amenaza por lo cual se prefiere reducir la existencia de las Naciones o pueblos indígena originarios lo más que se pueda, sin permitir la validación formal de las que fueron subalternizadas y discriminadas de forma directa o indirecta. De esta forma, nuevamente se genera el riesgo de un etnocentrismo que otorga una mayor jerarquía o importancia a algunos pueblos originarios que pueden resultar más favorables a una u otra corriente política en el país. En este sentido, la noción de otredad está muy ligada a las identidades nacionales, porque las prácticas de admisión y segregación pueden formar o mantener las fronteras y el carácter nacional que para Bolivia debería ser vista como una complejidad de identidades relacionadas de manera complementaria y con una lógica intercultural. Con todo lo mencionado, se puede percibir que existen algunas inconsistencias en la construcción del Estado Plurinacional que debería ser favorable al fortalecimiento de las Naciones originarias pero en los hechos no se cumple este lineamiento.

Tiempo después de realizado el Censo Nacional de Población y Vivienda, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los resultados del mismo donde se presentan cifras interesantes que se deberán analizar con detalle y que generarán muchos debates, y polémicas. Así, entre estas, se presenta el concerniente al porcentaje de población autoidentificada con algún pueblo o nación indígena originaria porque la misma lleva implícitas varias aristas de análisis y sobre todo para el caso específico de los Chichas donde se ha excluido, minimizado o, tal vez, incluido dentro de la difusa categoría de otros en los resultados de la pregunta 29 del pasado Censo. Es aquí, donde deberemos prestar atención a la cifra de 42.188 habitantes ubicados dentro de la categoría de “otros” que pueden ser una aproximación de la cifra a los autoidentificados con la Nación Chichas, luego de la importante respuesta favorable, en toda la región y otras capitales, para la autoadscripción realizada antes del Censo en noviembre del 2012. En este sentido, se debe entender que esta información detallada otorgaría un fuerte impulso a la lógica de la Plurinacionalidad como pilar fundante de nuestro país y nuestro Estado, que de lo contrario dejaría de tener vigencia y coherencia. Por otra parte, este fue el sendero que se siguió hace muchos años en la lucha sociopolítica de reivindicación y autodeterminación de los pueblos que culminaron, en el mejor momento, dentro de la Asamblea Constituyente que sin embargo todavía no logró los avances esperados, por diferentes, motivos y circunstancias entre estos por la incapacidad de los representantes.

Los habitantes y oriundos de los Chichas están cursando un complejo proceso identitario en el hecho de autoreconocerse con una identidad de fuente originaria precolombina, frente a una imaginario diferente que más bien fortalecía el etnocentrismo y regionalismo adverso a los intereses de integración. Así, la identidad Chichas resulta el percutor del sentimiento de unidad; primero regional, con un sesgo intracultural, y después otro a nivel nacional rompiendo con el estereotipo ajeno a lo indígena originario minimizado por considerarse como el otro inferior. No obstante ahora se ha configurado una coyuntura favorable en este cometido articulador y complementario que nos permite potenciar esa visión en el sentido de Nación Chichas como una identidad fortalecida que nos proyecte a nivel macro con capacidad de relacionarnos en un escenario sociocultural complejo. Con todo ello, es lamentable lo ocurrido con los resultados del Censo pero el proceso iniciado en la Región va a continuar donde, luego de este fortalecimiento identitario interno, ahora corresponde lograr la formalización y constitucionalización de la Nación Chichas para seguir avanzando. Desde otra perspectiva, con lo sucedido, se fortalece también una lucha política de los Chichas que trasciende la lírica culturalista y nos permitirá ahondar otros elementos de nuestra identidad que pese a las adversidades parece estar más fuerte que nunca en el horizonte constitutivo del “yo también soy chicheño”.