lunes, 31 de octubre de 2011

LEGITIMIDAD CIUDADANA

Todavía esperando los resultados oficiales del Órgano Electoral Plurinacional, ya vienen saliendo a la luz resultados de las últimas elecciones para Magistrados del Órgano Judicial en nuestro país. Y esta vez vayamos abordando el debate que se desarrolla a partir de los porcentajes que alcanzaron cada uno de los, ahora, Magistrados para el Tribunal Agroambiental, Tribunal Constitucional Plurinacional y el Consejo de la Magistratura que entre otras cosas, para éste último, fue elegida la paisana Wilma Mamani Cruz autoidentificada como Chicheña dentro de su perfil presentado para las elecciones. Entonces, se viene poniendo en cuestión la legitimidad que pueden tener estos representantes, en el caso de la circunscripción nacional, por los porcentajes que alcanzaron pero que en cifras globales nos muestran datos sugerentes.

            A partir de lo antecedido, encontramos que desde antes de las elecciones estos porcentajes eran de esperar por el número de candidatos en cada instancia; así se tuvo una fluctuación entre 14 como mínimo y 28 el máximo en la segunda y tercera columna correspondientemente. Con este punto de partida se puede suponer que no se debería esperar que los ganadores alcancen un 50 + 1 %, que es lo óptimo en las presidenciales pero que en este caso solo requería la mayoría simple para conseguir ser electo. Entonces, de esta manera se consigue otorgar a los nuevos magistrados una legalidad que es una parte de los requerimientos para la aceptación de los resultados. Pero pese a ello se sigue cuestionando el tema de legitimidad el cual seguramente debió ser concedido por el voto ciudadano, que para fines cuantificables está, plasmado en los porcentajes del resultado final.

            De esta manera, y haciendo una comparación con las elecciones de gestiones anteriores o por el procedimiento antiguo mediante el Congreso Nacional, podemos encontrar la mayor legitimidad nunca antes alcanzada por el número de personas que participan en esta elección. Donde antes, teniendo un consenso de todo el Congreso, y todavía dejando a un lado el tema político y el cuoteo que pudo existir, el total de congresistas que elegían a las autoridades judiciales era 157 lo cual es superado sustancialmente por lo alcanzado por Cristina Mamani Aguilar, actual Magistrada, que fue la que obtuvo el mayor porcentaje, sumando un número absoluto de aproximadamente 421 mil votos directos de la ciudadanía. Con este mecanismo se aplica la democracia participativa, para este caso, dejándose atrás las malas o dudosas prácticas políticas del Congreso Nacional lo cual no evita un riesgo de que en algunos casos algo similar haya ocurrido en la elección preliminar realizada por la Asamblea Legislativa Plurinacional. Pero en última instancia se otorga a la población la decisión final por quién será el responsable de impulsar a la justicia en Bolivia en sus más altos cargos y responsabilidades. Con los resultados que se conocen, por lo menos ya se sabe los nombres de los electos como Magistrados donde resaltan datos inéditos como ser la presencia de indígenas en un Órgano Judicial que se plantea el reto de modificar su estructura misma, su forma de proceder ante la realidad nacional y sobre todo mantenerse al margen y sin condicionamiento de los Órganos Legislativo y Ejecutivo para dar fiabilidad a largo plazo de este proceso eleccionario; en el cual la ciudadanía en su conjunto es la única que puede exigir una rendición de cuentas por su accionar.

lunes, 24 de octubre de 2011

DETRÁS DEL VOTO NULO

Luego de haber trascurrido una semana de las elecciones a Magistrados en el Órgano Judicial se vieron diferentes formas de entender e interpretar los resultados. Dentro de estas expresiones tenemos los sensatos y a los triunfalistas que totalmente fuera de la realidad ingresaron en escenarios irrisorios que muestran un panorama político muy dañino en lo que representan las prácticas democráticas en nuestro país. Paralelamente, se dio la llegada de los marchistas del TIPNIS a la ciudad de La Paz donde se terminaron mezclando las prácticas y lo objetivos de la misma. En este contexto, un primer elemento es la manipulación que se realizó del conflicto del TIPNIS por parte de la oposición lo cual recayó en una parte, casi imposible de cuantificar, del voto nulo en las últimas elecciones, siendo una especie de precedente a los hechos posteriores.

            Entonces vamos analizando algunos de los accionares que fueron realizando, para este caso, sectores de oposición. Una de las principales es sortearse el voto nulo como si esto signifique la derrota de Evo Morales o del proceso de cambio, así vimos a Samuel Doria Medina festejando la noche del 16 de octubre como si hubiera ganado las elecciones y fuera el nuevo Presidente de Bolivia. Con este tipo de reacciones parece que se viene buscando cualquier pretexto para deslegitimizar al Presidente Morales y lo peor es que algunos se adjudican el resultado en su favor sin que ello esté ni remotamente cerca de ser cierto. Otro argumento es la falta de legitimidad de los elegidos, pero ese es otro tema con diversas aristas; que de manera comparativa con otros tiempos queda flotando al igual que las otras explicaciones que rebuscan los opositores detrás de ese voto nulo como el comodín electoral para derrotar a Evo Morales.

            No obstante, existen diversos mecanismos que potenciaron el voto nulo y dentro de ese porcentaje total. Como un primer factor se encuentra el fallido procedimiento de difusión y campaña que realizó el Órgano Electoral Plurinacional, que no logró tener el efecto de comprensión y los objetivos de estas elecciones por lo que con seguridad se dieron errores en la votación, considerando a los que apostaban por el voto válido. A esto se suma el tema TIPNIS que, fundamentada en la cultura política boliviana, encontró un asidero en estas elecciones para hacer entender al gobierno que se estaba equivocando en este asunto; es por ello que se presentó el denominado voto TIPNIS. Con todo esto retomamos un tipo de democracia conocida como la democracia del ch’enko donde diferentes asuntos se mezclan para enviar algunos mensajes que muchas veces se distorsionas en el camino. Ahora, días después seguirán los análisis y debates en torno a las elecciones judiciales y sobre todo del voto nulo buscando al gestor principal que logró “derrotar”, después de tanto tiempo, a Evo Morales en una lectura muy alegre de estos resultados. Y por último, agarrándonos de esta lectura, el actual Presidente del Estado Plurinacional más bien demuestra una vez más la capacidad política que tiene ya que viniendo de un coyuntura tan difícil, como la que se vivió y sigue viviendo, todavía supera el 40 % de aprobación, que en el marco de la Constitución Política (Artículo 166) le daría una nueva victoria en elecciones generales, suponiendo que los candidatos opositores fragmentarían el voto restante lo cual no les permite alcanzar ni el 30 %.

domingo, 16 de octubre de 2011

LA TRANSICIÓN JUDICIAL

Como ya es conocido, el Órgano Judicial viene sufriendo diferentes problemas estructurales que han llevado a que se cuestione la labor que realizan en beneficio de la justicia en nuestro país, al igual que en gran parte del mundo. Esta situación es un lastre que se viene arrastrando desde mucho tiempo atrás, por no decir por toda la historia, incluso la época colonial, hasta nuestros días. Por este motivo, desde hace años atrás, de manera integral a la interpelación al sistema vigente en el país, la justicia ingresó en la lista de necesidades que cubrir para mejorar su administración y que ésta vaya en beneficio de la población y no solo de los grupos de elite que pasan por las esferas del poder.

            De esta manera, dentro del denominado proceso de cambio se incluye esta exigencia de cambiar la estructura judicial de lo que resultan elementos sugerentes como el reconocimiento del pluralismo jurídico en la Constitución Política y la elección de magistrados realizada este pasado 16 de octubre. Estos son solamente unos primeros pasos a manera de aplicar modificaciones en este nivel que busquen una mejor administración y un alejamiento de los Órganos Ejecutivo y Legislativo. Así, se pretende brindar nuevas aristas en la forma de concebir al Órgano Judicial, para este caso, con la última novedad de realizar una elección directa de los magistrados con la participación mayoritaria de los ciudadanos bolivianos mediante el voto. Con estos parámetros se sienta un precedente muy significativo para los países de la región ya que se da inicio a una nueva forma de designarse a estas autoridades sin tenerse parangón, hasta nuestros días, en esta parte del planeta; donde se debe resaltar la madurez política de la ciudadanía al no requerir de la intervención de los partidos para el control de un proceso sin vicios.

            A partir de esta situación, se han escuchado diversas críticas al proceso llevado adelante sobre todo en la etapa legislativa donde se preseleccionó a los que fueron candidatos oficiales para el sufragio. Desde este punto de vista se critica al rodillo parlamentario que seleccionó a puro candidatos con supuesta afinidad política al partido de gobierno por lo que la independencia de poderes no será tal, tampoco en esta ocasión. No obstante debemos recordar que esta relación siempre existió, con cualquier gobierno de turno, porque se trata de una cuestión de poder y ya sea con los dos tercios del MAS o con las coaliciones para designar a dedo de anteriores gobiernos la interdependencia estuvo presente, tal vez de manera más descarada y frontal. Por otra parte, más allá de la forma en que se elijan estos magistrados parece muy difícil que la situación de justicia cambie porque alrededor de determinadas personas existe toda una estructura donde realmente se encuentra el meollo del problema. Así se debe tomar a esta elección como una emisión de criterios directos de los ciudadanos bolivianos más que como una panacea que vaya a cambiar, inmediatamente, el anquilosado sistema judicial de Bolivia. Seguramente, este es un paso importante dentro del proceso pero deberemos ir aplicando nuevos componentes, con el paso del tiempo, para que la justicia realmente asuma su verdadera función y se aleje de la visión elitista y sectorial que tiene como antecedente histórico donde las diferentes expresiones de poder siguen siendo los principales mecanismos para accionar su intervención en favor del que lo ostente.

lunes, 10 de octubre de 2011

RAZA E INTERCULTURALIDAD


En 1492, cuando las carabelas de Cristóbal Colón llegaron a tierras, que se denominarían, americanas se dio un encuentro entre razas. Lamentablemente este evento se realizó en condiciones desiguales donde además existían fuertes intereses que en el tiempo de la colonia se fueron incrementando con el saqueo de gran parte de los recursos existentes en esta parte del planeta. Por otra parte, se tuvo secuelas sociales y políticas que establecieron el conocido como proceso de colonización donde se terminaron de concretar las estructuras de exclusión y explotación. En este sentido los indios fueron obligados a cumplir roles conflictivos donde los mismos eran considerados simplemente como fuerza de trabajo o mano de obra que requería de un esfuerzo descomunal que muchas veces trajo consigo la muerte de un gran número de ellos. De esta manera, un hecho que podía significar un importante proceso de intercambio y reconocimiento entre culturas se convirtió en un desencuentro con las consecuencias que ya conocemos.

            Para la actualidad, hablar de esta fecha parece estar fuera de contexto pero no debemos dejar de lado en ningún momento el proceso histórico de nuestro país, y de Sud América, ya que estos hechos fueron causales de lo que se vive en la actualidad en la coyuntura sociopolítica. Así, después de la independencia sucedieron diferentes etapas que, para este caso, fueron incluyendo de manera progresiva a determinados sectores excluidos de la población boliviana. Contrariamente, se siguió fortaleciendo un imaginario de ignorancia respecto a la realidad en nuestro país inventándose barreras entre grupos sociales y pensándose que unos son más que otros lo cual repercutió en las estructuras de elite para dar permanencia al colonialismo interno, que actualmente se pretende dejar atrás. Pero lo que realmente importa, es modificar las percepciones de la población en cuanto a temáticas que repercuten en manifestaciones de discriminación y racismo, y así tener condiciones de igualdad de oportunidades donde el factor étnico racial no tenga ninguna incidencia.

            A raíz de un largo proceso de luchas sociales y de reivindicación se fueron generando características donde se comienza a hablar de la interculturalidad que busca esa convivencia entre culturas en términos horizontales. Entonces aquí ya no cuentan las diferencias como factores de segregación, sino de inclusión y complementariedad para desde ahí fortalecer lo lazos de convivencia para generar una comunidad intercultural. No obstante, esto no significa que los problemas y conflictos queden olvidados sino que es un reordenamiento con la igualdad de oportunidades como punto de partida. Así se busca que este intercambio sea una forma de enriquecer a los grupos sociales conociendo y reconociéndose, también, en el otro; para así tener un verdadero encuentro entre culturas. Para ello, otro factor determinante es el cambio de mentalidad que ha sido implantado en todos nosotros para ver al otro como ajeno y no como complementario, de esta forma podremos conformar una sociedad mas equitativa y alejada de prejuicios inútiles para el siglo XXI. De manera adicional, se tendrá que trabajar el aspecto intracultural para rescatar y profundizar en lo propio y desde esta posición ir al encuentro de los pueblos fortalecidos y potenciados, y así potenciar el ser boliviano desde la pluralidad y el respeto por las diferencias.

lunes, 3 de octubre de 2011

EL CONFLICTO Y SUS DESEMBOCADURAS

La represión policial ocurrida en cercanías a Yucumo hacia los marchistas del TIPNIS, ha desatado diferentes reacciones y repercusiones al respecto, aunque días después de lo sucedido parecería que el gobierno logró bajar la efervescencia del conflicto. De esta manera, se ingresó en una etapa latente para este tema donde las partes se vienen reorganizando y revisando su accionar de frente a los próximos días. Para el gobierno también se tuvo consecuencias como el alejamiento del Ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, precedido por el de la Ministra de Defensa, Cecilia Chacón, aunque ésta última por motivos diferentes. Al mismo tiempo se dieron algunas contradicciones internas y renuncias o destituciones de otros puestos jerárquicos.

            A partir de esta situación se genera la ocasión para abordar el tema del conflicto en la sociedad boliviana, tan recurrente en el transcurso de los años, sobre todo en etapa democrática haciendo uso de la libertad de expresión como derecho ciudadano. En este sentido, el conflicto debe ser entendido como intrínseco a la realidad y que está presente en todas las sociedades representando una oportunidad de resolver las diferencias a partir del diálogo y la negociación que converjan en un mismo escenario y con la participación de los actores involucrados. Por otra parte, este mecanismo democrático es el que establece las condiciones para evitar el uso de la fuerza y la violencia como respuesta a los problemas y necesidades de la sociedad civil. Desde este punto de partida, con una perspectiva positiva, la sociedad boliviana utiliza esta estrategia para darse a conocer frente al Estado para que el mismo atienda sus exigencias.

            Luego de lo acontecido, la marcha de los indígenas se está rearticulando para retomar su objetivo de llegar hasta la ciudad de La Paz, realizar un diálogo con el gobierno y dar solución al conflicto latente. Nos obstante se ha establecido un nuevo escenario que permite a los diferentes involucrados realizar un análisis de los sucedido para tomar nuevas decisiones al respecto. Pero, en especial, para el gobierno, encabezado por el Presidente Morales, este hecho ha representado una dura interpelación respecto del lineamiento y dirección que lleva del proceso de cambio; es por ello que se debe revisar las políticas impulsadas desde el Estado para consolidar este proceso. El conflicto del TIPNIS solo ha sido un detonante de una problemática aun mayor como es un desvío de los objetivos planteados en las luchas sociales que cerraron el ciclo, duro, del neoliberalismo en el país. A partir de esta situación se abre la oportunidad de reencauzar el derrotero que comenzó desde el 2005 lo cual requiere que los diferentes sectores sociales tengan un acercamiento con el Estado, y por tanto con el gobierno, para que en el escenario del debate y el diálogo se de respuestas y soluciones a esta situación. De lo contrario, existe la posibilidad de dar pie a sectores opositores pertenecientes al viejo orden político para que éstos canalicen e instrumentalicen las demandas sociales para retomar el poder en el país. Por último, nuevamente se hace necesario recordar que el proceso de cambio fue una lucha de los sectores sociales que superaron a un partido político, como tal, siendo la articulación de movimientos en la búsqueda de mejores días para el país; es por ello que este conflicto debe ir más allá de la demanda del TIPNIS evitando así una mayor crisis política que signifique el retroceso del cambio social boliviano.