El día 20 de octubre
pasado, al estar de paso por la ciudad de La Paz, tuve la oportunidad de ser
partícipe de un evento que seguramente quedará en la historia de Bolivia, ya
que este día llegó a la Sede de Gobierno la marcha nacional de sectores
sociales y pueblos indígenas, para la aprobación de la Ley de Convocatoria a
Referéndum Aprobatorio y dirimitorio. El arribo de esta multitudinaria marcha
hizo que el corazón de La Paz palpite más fuerte de que nunca, ya que aparte de
ser la metrópoli del país, recibió en cuestión de unas pocas horas a
aproximadamente unos trecientos mil marchistas, llegados de todas las
latitudes, pero incluso se pudo percibir la presencia de extranjeros apoyando
al actual gobierno. Fue de esta manera como se construyó una gran comunidad
nacional e internacional, logrando el reencuentro y reconocimiento entre
hermanos, anteriormente desconocidos u olvidados. Simplemente fue un hecho
histórico en el que se pudo notar el aspecto plurinacional y la riqueza de la
diversidad cultural que tenemos, y mostrándonos así la otra historia concretada
en nuestra realidad actual.
Lamentablemente los políticos, sobre
todo de oposición, necesitaron que el pueblo se movilice y marche por muchos
kilómetros y por varios días para recién dar el visto bueno al pedido de gran
parte de la población boliviana. A la llegada de la marcha a la Sede de
Gobierno, se comenzó con una gran fiesta que a la vez esperaba la aprobación de
la Ley de Convocatoria al Referéndum. Esta fiesta se tuvo que prolongar por
muchas horas más para que por fin el día martes 21 la Ley sea aprobada y
promulgada pasado el medio día. Pero de todos modos la lucha de los sectores
sociales consiguió el objetivo de darnos
la oportunidad de refundar el país, pero esta vez con la participación de todos
nosotros, y no simplemente de un grupo de doctorcitos iluminados, o un grupo de
políticos que decidan por todos.
Nuevamente se nos ha dejado en las
manos el futuro de Bolivia, lo cual lo haremos con el voto directo para decir
si o no a la Nueva Constitución Política del Estado. Pero esta decisión debe
ser responsable y haciendo a un lado la dejadez y la ignorancia, es decir debemos
darnos a la tarea fundamental de ir conociendo el contenido de esta propuesta
constitucional. El 25 de enero del 2009, los ciudadanos bolivianos iremos a las
ánforas y estaremos depositando ahí el destino de la Bolivia que queramos,
habiéndosenos devuelto el papel del soberano, que concientemente tome las decisiones
y que vuelva a retomar su papel como sujeto histórico de los derroteros que
vaya a seguir el país. Es así como va avanzando el proceso histórico que
comenzó hace tanto años atrás, pero que hoy más que nunca va avanzando de
manera progresiva; en resumen, consolidando el Proceso de Cambio y de construir
el país que todos queremos.
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