En tiempos precolombinos y preincaicos, el territorio
de los Chichas se extendía por muchos kilómetros abarcando a tres países,
actuales, a decir de Chile, Argentina y Bolivia. No obstante, es pertinente
reconstruir en detalle este territorio a partir de herramientas técnicas y
especializadas vinculadas a la geografía y otras que nos brinden un recurso
visual importante más allá de lo que conocemos con las referencias espaciales
que tratan de hallar consensos en cuanto a lo que fue esta extensión. Como es
conocido, junto a los procesos de división administrativa y política realizada
en periodos coloniales y, sobre todo, republicanos, la Nación Chichas se vio
reducida a territorios menores circunscritos en los tres países antes
mencionados. Bajo la misma lógica, la reducción ubicada en la novel República
de Bolivia con el paso del tiempo fue, otra vez, segregada (en varias
provincias) junto a las consecuencias en cuestiones identitarias y culturales,
que se arrastran hasta la actualidad en detrimento de la unidad e integración
de la milenaria sociedad de mujeres y hombres chichas.
No obstante, los lazos de hermandad entre un pueblo
proveniente de una misma raíz no se extinguió por completo y los procesos
históricos e influencias culturales no anularon características y
particularidades, más allá de los límites y fronteras nacionales o estatales.
En este sentido, el pueblo de los chichas mantuvo vigentes muchos aspectos
culturales similares con lugares ubicados en la Argentina, principalmente, lo
cual permitió seguir intercambiando vivencias, costumbres y tradiciones con
esos rasgos y continuidades culturales. Así, se puede percibir el uso de la
caja y el erke, el canto de la copla, formas de hablar y comidas típicas, entre
otras cosas, compartidas en este espacio entre Bolivia y Argentina. La historia
y sus procesos, previos a la independencia, también fueron cooperados y
protagonizados por guerrilleros provenientes de todo el territorio de los
Chichas, que más allá de banderas particulares, establecieron al sentimiento de
la independencia como horizonte y motivación de unidad junto a otros pueblos
emancipados contra la opresión y sometimiento colonial centenario.
9 de julio de 1816, se declara la Independencia
de las Provincias del Río de la Plata, también denominadas provincias unidas en
Sud América, donde el Congreso de Tucumán rompe todo vínculo o dependencia de
la monarquía española. En este importante suceso también se tuvo la
participación de un diputado por la provincia Chichas, junto a diputados de Buenos
Aires, Córdoba, Catamarca, San Luis, San Juan, Mendoza, La Rioja, Santiago del
Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, y del Alto Perú: Mizque y Charcas. Con todo este
marco se pretendía unificar una sola patria que vincule a pueblos del Alto Perú
relacionados en el proceso independentista, como la conocida Batalla de
Suipacha de 1810, para el caso de los Chichas. No obstante el proyecto se fue
debilitando por diversos factores y ahora conocemos la distribución espacial y
territorial entre varios países independientes. Con lo antecedido, para la
Nación Chichas, solo fue un hito más en el devenir histórico que nos permite
leer un poco de la historia y los procesos culturales e identitarios que nos
vinculan con otros estados, que son superados en el marco de un territorio
ancestral que nos heredó una serie de cualidades propias. En la actualidad,
seguimos vinculados a las y los Chichas argentinos con quienes compartimos y
nos fortalecemos en el rescate de una identidad dispersada en el tiempo pero
con una matriz común y vigente. En el día del Bicentenario de la Argentina, la
Nación Chichas saluda fraternalmente a un país vecino en cual viven hermanos y
hermanas chicheñas con quienes compartimos, antes y ahora, las vertientes de un
pasado y un futuro común más allá de los límites imaginarios.
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