Llega el fin de
semana, y a la par se acuerda un cuarto intermedio en el diálogo, que ha sido
tan esperado por la población boliviana. Seguramente se requiere de un descanso
de fin de semana para volver el lunes y seguir trabajando. Parece que se
trataría de decisiones poco determinantes para el país, ya que aparte de darse
el lujo de ampliar los plazos, se pretende modificar la agenda de dialogo, como
plantearon los Prefectos de la “media luna” (que está en etapa menguante) y así
tocar temas que no les competen, pero si les interesan.
Resulta paradójico que los puntos
agendados en una primera instancia, y que fueron demandas legitimas de las
regiones autónomas, se acercan rápidamente a una solución satisfactoria, como
ser el de la distribución de los recursos del IDH; habiendo sido éste, uno de
los que generó más conflicto en estos departamentos en contra del Gobierno Nacional.
Ahora las comisiones se encuentran analizando el tema de las autonomías, de lo
que se ha informado que ya se zanjaron, en gran parte, los desacuerdos a cerca
de la autonomía departamental, indígena y municipal, de la propuesta de la
Nueva Constitución Política del Estado (NCPE). Eh aquí el punto clave para
nosotros, y es que uno de los temas que siguen pendientes y que no tiene
acuerdos, es el de la autonomía regional, que corre el riesgo de ser eliminada
de la propuesta constitucional, lo que traería nuevamente un retraso para nuestra
región, ya que seguiríamos en un statu
quo, como lo estuvimos hasta ahora. La autonomía departamental nos
mantendría en la dependencia, ya sea del Departamento o del Gobierno central;
la autonomía municipal, nos reduce a quedarnos en la proyección de obras poco
trascendentales en el desarrollo local y regional; y la autonomía indígena solo
compete a jurisdicciones de los pueblos indígenas. Por ello estamos en manos de
las propuestas de los prefectos opositores y solo queda esperar que no se anule
a la autonomía regional de la propuesta de Constitución.
Lamentablemente confiar en estos
prefectos es algo riesgoso, ya que ven a la autonomía regional como un peligro
del control que tienen sobre sus departamentos, y este puede ser uno de los
motivos por los que mantienen latente este nivel de autonomía. Peor aún,
mostraron ejemplos concretos de que sus intereses están sobre intereses comunes
de la población, primero cuando dejaron solo y derrotado a Manfred Reyes para
el referéndum revocatorio; después a Savina Cuellar al no tomar en cuenta dentro
de la agenda al tema de la Capitalía (mostrando así que este conflicto fue gestado
y maniobrado desde la media luna en contra de la Asamblea Constituyente y no
fue un reivindicación legitima de Sucre); y por último a Leopoldo Fernández cuando
es detenido por la masacre de El Porvenir; aclarando que no pretendo decir que estos
tres “traicionados” hayan sido o sean unos políticos ejemplares. Vemos
entonces, que los que eran aliados políticos, cambian preferencias dependiendo
de los intereses del momento, y la fuerza y poder que tengan sus aliados sobre
sus departamentos. Pero en fin, el anhelo de la Departamentalización de los
Pueblos del Sur, esta más cerca que nunca, aunque no como se lo planteó hace
años atrás, y en una nueva coyuntura y contexto socio-político. Por tanto, estamos
en el momento oportuno de manifestarnos de diferentes maneras y ser participes
de la refundación de Bolivia, con inclusión y oportunidades equitativas para el
desarrollo de todo el territorio nacional, y que volvamos a este escenario
consolidando la Gran Región de los Chichas.