Después de 183 años de vida
republicana, Bolivia llevó a cabo un hecho que va a resaltar en la historia
nacional como uno de los eventos más importantes, sobre todo de los últimos años.
Simplemente lo acontecido este 25 de enero era una necesidad para todo el
pueblo boliviano, frente a un periodo político caducado donde fracasó el
anterior modelo de país. Es así que luego de un largo proceso previo para una
Constituyente, ahora de manera legítima y con la participación directa de
millones de bolivianos se toma una decisión que define el sendero que seguirá
nuestro país a partir de este
referéndum.
Con la aprobación de la Nueva Constitución Política del
Estado, se pone la piedra fundamental para ir construyendo la casa de todos los
bolivianos, donde cada uno de nosotros deberá aportar de una u otra manera
desde el lugar en el que nos encontremos. Solo de esta manera iremos aportando
en esta refundación de Bolivia con compromiso con el país y con participación
de todos los sectores dejando de lado las desigualdades y diferencias que
hicieron mucho daño hasta nuestros días. Sin duda no debemos actuar con dejadez
a partir de este día histórico, sino que hay que considerarnos como actores y
sujetos históricos en un nuevo periodo de nuestra historia que no se detiene,
sino que sigue avanzando a cada segundo, donde los únicos responsables somos
nosotros con las decisiones y acciones que tomamos de instante en instante.
Seguramente ahora se presentarán
algunos problemas por parte de los sectores de la oposición, pero el pueblo es
el soberano y no se le puede quitar ese poder, además de la legitimidad que otorgó
a esta nueva Carta Magna, es así el acontecer político democrático. Pero más
allá de la discrepancia de visiones que se pueda tener, lo que queda es
respetar la decisión del pueblo tratando de buscar el dialogo y la concertación
para evitar sucesos trágicos como los que sucedieron hace poco tiempo atrás; ha
llegado el tiempo de que lo político vuelva a lo político para construir el
vivir bien. Es el momento propicio para el reencuentro y el reconocimiento
entre bolivianos, luego de un luctuoso proceso constituyente que ahora llegó a
un punto cumbre; que sin embargo es un punto de partida que todavía falta por
avanzar. Ahora se viene un trabajo profundo en todos los sectores: por un lado
desde el Congreso para ir elaborando diferentes leyes que vayan fortaleciendo
la nueva Constitución; por el otro lado esta la sociedad civil que, dejando de
lado el fanatismo electoral, debe ir reflexionando a cerca de la nueva
Constitución tomando en cuenta todas las oportunidades que se presentan en este
periodo político e histórico. Para todo ello se hace necesario que vayamos a
releer la Constitución
y hacerla parte de nuestra cotidianeidad, porque el compromiso con Bolivia no
terminó con el si a la
Constitución , sino que debe seguir cada día, fortaleciendo
nuestro sentido democrático y reafirmando nuestro compromiso con Bolivia.
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