Posibles viviendas construidas por los Liliputienses, Provincia Modesto Omiste.
Como en todos los orígenes, y dadas algunas
circunstancias y condiciones históricas, es posible en esta ocasión relatar a
manera de mito la aparición de un pueblo guerrero en medio del, que alguien
denominó, Planeta Rojo. Un lugar rodeado por cerros colorados que asemejan a un
paisaje fueguino, sin pretender pertenencia chilena ni argentina. Así hace
miles de años, en medio de un espacio gobernado por el fuego llegó la humanidad
manifestada por dos formas de vida en primera instancia los gigantes que
emprendieron una lucha acérrima contra este panorama y que fueron forjando un
hábitat para permanecer ahí. (Con referencia a este comentario, hace algunos
años en la comunidad de Villa Pacheco, a 65 kilómetros al sudeste de la ciudad
de Tupiza, se encontró tres esqueletos gigantes que medían aproximadamente tres
metros cada uno. Estos restos se encontraban dentro de una caverna donde
también se pudo reconocer pinturas rupestres zoomorfas de animales idénticos a
los canguros, es decir pinturas de canguros en el sur de Potosí.
Lamentablemente, por dejadez o descuido de autoridades y pobladores, estos
restos desaparecieron sin habérseles realizado un estudio a profundidad de
ningún otro tipo más que las breves imágenes aficionadas que se habían
publicado. Por otra parte, Mario García (2001) también habla de estos gigantes
en referencia a la leyenda de los Chichas: “Cuentan que en los inicios del
mundo, Tupiza era un hermoso valle, la tierra de promisión, donde reinaba la
más inaudita armonía entre los dioses, los gigantes y los hombres, tierra de
ensueño, de luz y de paz. […] Los gigantes que eran hijos de las mujeres más
hermosas con los dioses”).
Por otro lado, estaban los
Liliputienses, o pequeños seres, que trataron de adaptarse en este lugar
primero desde las alturas y aferrados de las montañas donde establecieron sus
comunidades. (Respecto a la mención de los diminutos seres, existen registros
fotográficos que muestran las pequeñas casitas de estos personajes que en su
mayoría están aferrados a rocas montañosas. La localización posible de estas
construcciones es referida a la región de Sud Lipez a lo que el autor de estas
fotografías no quiso dar más detalles por el riesgo de destrucción y pérdida de
este valioso patrimonio. La denominación que se hace como Liliputienses viene
de otra fuente más afín al esoterismo, pero que sin antecedente alguno hizo
mención de la existencia de estos seres, conocidos bajo este nombre, en esta
parte del país, aun en nuestros días). De
esta manera, el suelo comenzó a ceder para que estos dos grupos se asentaran de
manera fija y en sedentarismo dentro de este terreno. Así con el enfriamiento
de la tierra quedó plasmado este panorama que rodea a varios lugares de la
región mostrándose los cerros de color rojizo con formas extrañas que parecen
mostrar el movimiento de las olas gigantes anteriormente existentes. Asimismo,
junto al fenómeno ocurrido sucedió la aparición de un extraño material dorado
ubicado, sobre todo, en la aguas de un rio muy caudaloso; el mismo muchos años
después ya en tiempo de la colonia sería conocido como el San Juan del Oro. Por
otra parte, hasta la actualidad permanecen los mudos testigos de lo ocurrido
ahí en esos tiempos; son figuras petrificadas tanto de animales, hombres y
mujeres que parecen estar vigilando desde las lejanías lo que los residentes
actuales hacen día a día.
De
esta manera enigmática y mítica aparecieron los reyes del Planeta Rojo que
fueron construyendo una sociedad diferenciada y llena de características
marcadas que perviven, pese a todo, hasta nuestros días en sus descendientes.
En la actualidad, poco se conoce de lo acontecido desde su aparición hasta la
expansión incaica pero la tierra se sigue escarbando en la búsqueda de
encontrar rastros fiables de esta línea ascendiente del legendario pueblo
chicheño. Sin embargo, en una historia, relativamente corta, quedan los
elementos suficientes para considerar a los Chichas como una gran Nación que
fue desarticulada y que en la coyuntura actual lucha y trabaja por
reconstituirse.
2 comentarios:
Grata sorpresa!! Buena iniciativa la de José Yañez. Hay todo un "trabajo de campo" que efectuar en suelos chicheños. Todo un pasado colmado de enigmas y de preguntas inquietantes.Ahora que recuerdo, mi abuela Doña Segundina Gallo de Villegas solía hacer mención que en tiempos de su juventud solía ver en las inmediaciones de Portugalete (Sur o Nor Chichas?) diminutas construcciones junto a cerámicas extremadamente pequeñas. A mi me parecían cuentos de hadas. Y es cierto, a tono con el espíritu de la época podemos ver que, en efecto, la realidad supera a la ficción. Una arqueología y una antroplogía "Liliput" se perfila como otro ángulo de visión al panorama Chicheño. E incluso, como contrapolo están ahí los gigantes que, a decir de un "buscador de tesoros", como fue el tupiceño Adalberto Barrientos Oviedo, son los "Tomatas", una comunidad de gigantes que en tiempos primigenios habitaban estas enigmáticas tierras. Pero ya sabemos cuál es la versión de la Antropología oficial acerca de los gigantes, en especial de aquellos cuyos restos han sido hallados en la Patagonia.
Mis congratulaciones al amigo Yañez, ¿quizás pariente de Don Luis Yañez, meritorio profesor de música del Colegio Suipacha?
Muchas gracias por el comentario Fernando, sin duda esta perspectiva de los Chichas es casi inexistente, más allá de algunas voces que plantearon la posibilidad. No obstante, ahí estan las pruebas de poblaciones diminutas y gigantes que se complementan dentro de un mismo territorio en la legendaria y ancestral tierra chicheña...
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