En las maneras
de hablar en la población chicheña existen palabras y expresiones
características tanto de hombres como mujeres que han sido base para la
construcción de la identidad regional. En este sentido, encontramos
afirmaciones como “los bravos chicheños” y mucho más el decir “macho chicheño”.
De esta manera identificamos una problemática sutil muy presente en el
acontecer de nuestros pueblos como ser la inexistencia de una percepción
incluyente y equitativa respecto del género en los Chichas. Bajo este mismo
lineamiento, podemos realizar un repaso de las construcciones sociales de los
elementos que han conformado una identidad colectiva de las y los chicheños
donde se ha concentrado la atención en los roles masculinos dentro de un plano
principal y hegemónico de las maneras en que nos entendemos colectivamente
Sin duda, el
problema de género está presente en todos los espacios y grupos poblacionales y
en el último tiempo se viene trabajando desde varias instancias por erradicar
este tipo de aspectos que devienen, además, en manifestaciones
discriminatorias, excluyentes y en el peor de los casos el ejercicio de
violencia en todas sus formas (física, psicológica, sexual, económica y otras).
No obstante esta situación se agrava cuando toda una comunidad establece su
identidad a partir de esta característica marcada por el machismo dentro de un
sistema patriarcal, lo cual trae como resultado la reproducción irreflexiva
tanto por hombres y mujeres sin distinción. Así, con lo manifestado se hace
necesario generar espacios y mecanismos de interpelación a este tipo de
imaginarios y relaciones desiguales precedidos por la cuestión del género.
Pero
retomando el caso de la comunidad de los Chichas debemos comenzar este sumario
por un cuestionamiento del orden establecido y de las costumbres y tradiciones
que se vienen reproduciendo, con lo cual se viene normalizando cada vez más
estas relaciones y formas de pensamiento. Como un primer paso, debemos
remontarnos a los procesos históricos de esta parte, donde se ha relegado a las
mujeres en casi todos los hechos de importancia reduciendo nuevamente al
espacio doméstico-privado que suele ser considerado como muy poco determinante
o influyente en la sociedad. Asimismo, tratando de conocer a los personajes de
la historia solo se identifica a hombres resaltantes ya sea durante los
levantamientos insurgentes de la independencia hasta el ingreso de la
república. Posteriormente emergen nombres de mujeres ilustres que por propios
méritos lograron el reconocimiento colectivo, pero para esto tuvieron que
suceder varios hechos y levantamientos con esta demanda. Ya en la actualidad,
el tema de género y sus problemáticas tienen otras formas de manifestación
donde encontramos a la cosificación que nos lleva a elegir, por ejemplo,
durante el carnaval a la “reina” al igual que a la “cholita” donde además de la
carga sexista se tiene un sesgo clasista y discriminatorio ampliando la gama de
desigualdades. Igualmente, no se queda de lado el lastre de esa construcción
identitaria que se sigue arrastrando con una aprobación colectiva de reconocer,
nuevamente, a los “bravos chicheños” de esa historia ocurrida hace casi 200
años y que sigue siendo la base y estructura de nuestras maneras de entendernos
como colectividad, pero todavía no como comunidad.