lunes, 20 de agosto de 2018

UN DECENIO EN EL OFICIO DE ESCRIBIR


Fotografía que acompañó mi primera publicación el 11 de agosto de 2008 bajo el título “Por el reconocimiento y consolidación de la Gran Región de los Chichas”.


Agosto de 2008, eran otros tiempos. La coyuntura y devenir de la socio-historia hizo que el país se encuentre en un momento complejo, con política de alta intensidad, enmarcado en el, denominado, proceso de cambio con apenas 3 años de vigencia en la primera gestión de gobierno de turno. Dentro de ese marco, se había observado un vacío de participación de los Chichas como pueblo precolombino y con todo el aporte que dio a la construcción del país. En ese sentido, con un grupo de paisanos (eramos solo hombres) se pudo concretar la participación en la “Gran Marcha Nacional de los Pueblos Indígenas Originarios Campesinos” sentando un precedente de la vigencia de los Chichas en esa coyuntura, entendida incluso como un momento constitutivo, de la cual no podíamos quedar exentos. Más o menos, esa fue la sucesión de hechos ocurridos en ese tiempo que paralelos a la formación académica en la que estaba inmerso, el pregrado en Sociología, junto a procesos propios vinculados a la lectura y, la necesidad urgente de la, escritura lograron tomar la decisión de elaborar un primer artículo de “opinión” para ser lanzado para la consideración de ser publicado en un periódico regional de los Chichas. Ese fue el primer paso de enfrentar a la hoja en blanco, dejando siempre los puntos suspensivos que ahora celebro y homenajeo, cómo no, escribiendo.

Luego de realizar esta publicación, sucedió una “saga” mayor al pretender publicar artículos mensuales, luego bi-semanales hasta ser columnista permanente, semanal, en ese medio; ingresando al oficio de escribir. Entonces, la coyuntura demandaba emitir “humildes” criterios desde la lógica de una columna de opinión a partir del acervo de un estudiante universitario, inmigrante, con imaginarios socialistas, con ideas todavía embrionarias pero compromometidas con su región de origen “los Chichas”, algo bohemio y así por el estilo. Con toda esa carga subjetiva, y temas de motivación, surgieron artículos y columnas semanales enmarcadas en todas esas temáticas, producción que hasta la actualidad llega a poco más de 400 escritos publicados de los cuales más de la mitad corresponden a la temática de los Chichas. Asimismo, gran parte de estos textos se encuentran plasmados en un blog personal “Apostillas” en la dirección http://yanezapostillas.blogspot.com que funge de repositorio virtual de estas ideas, y algunas creencias.

Han pasado diez años desde ese momento, casi una vida, como un reto permanente de escribir lo cual demanda, siempre, algún pre-texto que con el paso de los años se fue direccionando a prestar mayor fuerza a la temática de los Chichas, que en su proceso interno fue moviendose desde su entender como Región hacia un complejo y serio proyecto de Reconstitución como una Nación, proyección todavia en desarrollo. En este lapso también ocurrieron otros eventos como la obtención del título profesional en pregrado y la recta final como candidato hacia la Maestría y en este último tiempo la decisión de visibilizar mi “otredad” en la transfiguración de José a Augusto, todo ello en medio de nacimientos y muertes. Desde la apacible vida en el valle cochabambino ahora estoy fluctuante en las tierras del Jach’a Tata Illimani, como un caminante de la vida o capaz un inmigrante eterno y hasta un apátrida simbólico y honorífico.

Un decenio después, que sea solo el primero, queda toda esta producción (ojalá que no solo como archivo) y consecuentemente se fueron abriendo otros espacios sugerentes como ser la publicación de artículos en libros donde destaco al Centro de Estudios Superiores Universitarios, de la Universidad Mayor de San Simón, donde se publica parte de mi tesis de licenciatura. También formé parte de revistas especializadas como colaborador y por último están un importante número de publicaciones en medios nacionales como ser La Esquina, Animal Político, Tendencias, La Época y otros medios regionales de Potosí y Tarija. Con lo antecedido, debo reconocer diferentes momentos inmerso en altibajos junto a las pinceladas de la vida de los seres comunes y simples mortales; por otra parte la escritura me permitió conocer muchas personas de gran valía así como algunos reconocimientos “oficiales” y otros más espontaneos (meritorios de por si). La escritura se constituye en un nexo, ineluible, con la academia, con el arraigo necesario de una identidad y, hasta, con la política ingrata a veces (mucho peor en determinadas coyunturas). Dos lustros han pasado y los retos continuan hacia adelante, los cuales están bien identificados y delineados, que dios mediante esperemos aporten de alguna manera a la relatividad de nuestra existencia dejando algun legado mínimo a la construcción de nuestras sociedades (incluyentes, equitativas, justas y libres de violencia), nuestras culturas e identidades, desde el espacio que ocupamos, en el intento de existir.

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