Como todos sabemos, el
20 de enero próximo, se llevará a cabo el Referéndum Aprobatorio y Dirimitorio,
con lo que se presenta la posibilidad de que entre en vigencia una nueva
Constitución Política del Estado para todos los bolivianos. Dentro de la
propuesta constitucional, uno de los temas más polémicos y conflictivos para el
acontecer político ha sido el de las autonomías, que después de muchos meses y
de sucesos violentos por este motivo, por fin se logró un consenso en este
tema. Este resultado va ser fruto de una serie de convocatorias al dialogo,
hayan sido o no fructíferas, y por último de un gran acuerdo en el Congreso
Nacional de la República. Con todo ello se va a viabilizar este proceso
democrático del Referéndum para tomar las decisiones, dejando de lado la
confrontación e imposiciones entre sectores políticos y sociales, y lo más
importante dándole a todos los bolivianos un poco de tranquilidad y de paz en
esta ultima etapa del año.
Pero ahora viene el umbral de este
proceso político, este se presenta cuando gran parte de los sectores
“autonomistas”, es decir prefectos y cívicos, se levantan y plantean el votar
por el no en el próximo Referéndum, dejando de lado todo lo acontecido hasta
estos días, y lo más indignante, poniendo nuevamente a la población en la
incertidumbre. Dentro de la tantas incoherencias y contradicciones que
plantearon lo “autonomistas”, esta parece ser una de las peores, al pretender
llevar a fojas cero esta reivindicación de las regiones con la demanda de
autonomía. Es aquí donde viene una pregunta: si no quieren la aprobación de una
autonomía constitucional, qué es lo que quieren o pretenden; la luchas por una
autonomía constitucional ha sido larga e incluso costó vidas, pero ahora nada
vale para estos dirigentes, cambiando la lucha histórica por caprichos e
intereses políticos personales. ¿Será que no se dan cuenta de que una autonomía
no se puede llevar adelante si no está constitucionalizada? Simplemente no, y
por tanto, cuál será la propuesta que tienen para que se viabilice de una vez
la autonomía en estos departamentos, parecería que más allá de las
reivindicaciones están las pugnas por el poder y el control de los recursos naturales,
con lo que vemos nuevamente el accionar incoherente que tienen los opositores,
y he ahí una de los motivos de su debilitamiento extremo.
En fin, ahora resta esperar cuál será
las futuras actitudes que tomarán frente al próximo referéndum, esperando que
no sean percutores nuevamente de violencia y enfrentamiento, en lo que resta
del año y en los próximos meses, y que no comencemos el próximo año asediados
de amenazas y hostilidad entre bolivianos. Por lo menos esperemos que este mes
que representa el reencuentro y la paz, lo sea así realmente, dejando de lado
temas tan molestos como la confrontación política en el país, para ello se
necesitará, sobre todo, de la voluntad de los medios de comunicación, que han
sido los principales gestores de hastiarnos con la confrontación. Y con ellos
está el compromiso personal de generar una época de reencuentro entre hermanos,
además de una muy necesaria reflexión y autocrítica, para que el próximo año
sea prospero para el país en su totalidad, y para nosotros que somos los
responsables que lo siga siendo.
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