martes, 14 de febrero de 2012

MACHISMO DEL NUEVO SIGLO


En la construcción de imaginarios sociales, dentro de la historia de la humanidad, el machismo y patriarcado ha tomado fuerza hasta niveles excesivos dentro de diferentes contextos, pero con bases generalizadas de manera homogénea en el afán de minimizar y menospreciar a la mujer dentro de la sociedad. De esta manera, con el paso del tiempo mediante diferentes formas, el tema de género ha ido tomando fuerza en diversos espacios para ir eliminando las diferencias existentes entre lo masculino y femenino. Por una parte, desde las luchas de reivindicación de los propios movimientos de mujeres, primero, en búsqueda de un reconocimiento de derechos y después el tema de la equidad, alteridad o complementariedad dependiendo del caso. En el otro lado está el orden establecido en círculos formales como el Estado que a través de políticas viene reconociendo estos derechos y tratando de eliminar actitudes tan irrisorias como la conducta machista de la sociedad.

            Sin embargo, más allá de los debates que se desarrollan en esta temática el problema sigue entroncado en lo más profundo de la sociedad lo cual se manifiesta en formas muy sutiles que se confunden con la normalidad del día a día. Es entonces donde nos encontramos con lo más agudo del problema porque se ha asumido al machismo como algo cotidiano que ya ni siquiera llama la atención, salvo excepciones. Todo esto responde a una construcción cultural y de larga data lo cual se ha convertido en algo común. Desde este punto de vista esta problemática se convierte en algo muy difícil de erradicar de nuestra conducta porque requiere de toda una deconstrucción que traspase generaciones que no asumen esta situación como un problema dentro de la sociedad y por tanto no hay necesidad de trabajar en la búsqueda de cambios conductuales. De esta forma nos encontramos con algo muy complejo que requiere de muchos elementos que actúen dentro de cada persona y desde diferentes espacios como ser la familia y la escuela principalmente.

            En este sentido es lamentable que en nuestro país se tenga manifestaciones tan exacerbadas donde se expresa la visión machista y discriminadora de la peor manera como es el caso del Colegio Bolívar en la ciudad de Cochabamba. Aquí nos encontramos con que son precisamente los padres de familia y profesores del establecimiento quienes socapan actitudes violentas y reprochables de los estudiantes varones en contra del reducido número de mujeres que pretenden estudiar en este colegio. De esta forma, en pleno siglo XXI somos testigos de escenas retrogradas y reaccionarias contra principios que hoy en día son más que generalizados en el devenir de las sociedades del mundo. Con este hecho se muestra nuevamente que esta situación no ha avanzado mucho en cuanto a la reducción del machismo y la discriminación, pese a la existencia de varias leyes que defienden los derechos de las mujeres, incluso dentro de la Constitución Política. Por tanto, debe ser un nuevo llamado de atención a toda la sociedad para que se vaya trabajando desde lo subjetivo y en las maneras de entender el mundo que se van construyendo actualmente donde son los varones, y peor aun las propias mujeres, quienes reproducen este tipo de estructura patriarcal totalmente fuera del contexto actual.

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