Ahora, como una forma consuetudinaria adoptada por los maestros parece seguro que se aplique medidas en protesta contra la nueva currícula lo que conlleva la paralización de clases de estilo recurrente, como cada año, con este o mil pretextos. De esta forma, su dirigencia parece actuar de manera netamente política y alejada del plano educativo o pedagógico donde además se adscriben la preeminencia en cuanto a erudición en el tema. Con estos aspectos nos adentramos en un complejo proceso de aplicación de las modificaciones de la “Avelino Siñani”; por lo que se hace necesario buscar espacios de convergencia entre maestros y gobierno para que el nuevo modelo educativo sea fructífero para la sociedad boliviana que requiere urgentemente un cambio en este aspecto para que se refleje en las mismas condiciones de vida de toda la población.
En los últimos años hemos sido testigos de los problemas que existen dentro del sistema educativo que tiene como punto de partida el ciclo básico que después se debería complementar con la educación superior conformándose así una educación integral. Entonces, al respecto, dentro del nuevo paradigma en cuanto a la cosmovisión boliviana del último tiempo, la educación se convierte en uno de sus pilares que deben sustentar en cuanto a formas de percibir y entender la realidad para poder aplicar el modelo de Estado que se viene constituyendo actualmente. Esto también irá a incidir en el cambio de los imaginarios sociales que vayan cambiando los sesgos nefastos para una sociedad como han sido la discriminación o el racismo. Entonces nos encontramos con otro argumento que se plantea desde el magisterio en contra de la nueva currícula que busca minimizar la importancia de la cosmovisión de los pueblos ya que los mismos son “precientíficos”. Con esto se abre el debate entre lo científico y no científico que con mirada miope nos trae a los maestros como los detractores de estos aspectos; en un momento en el que la historia nos ha demostrado las consecuencias que trajo el desarrollo tecnológico en el planeta, donde se hace cada vez más necesario recuperar el criterio de sostenibilidad y la sabiduría que tuvieron los pueblos en la antigüedad. Lamentablemente, la etapa del debate y el diálogo, en cuanto a todos estos aspectos para la construcción curricular, ya ha pasado y ahora se debe aplicar los cambios en el sistema educativo que esperemos, esta vez, sirvan realmente en la educación de hombres y mujeres con formación integral dadas las condiciones de nuestra realidad actual.
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