En este sentido, los últimos días las capitales de Departamento y ciudades intermedias se han visto encerradas en jornadas de movilización, e incluso de violencia, a raíz de diferentes problemáticas gremiales que fueron agrupadas por la Central Obrera Boliviana para impulsar la lucha conjunta. No obstante las demandas son muy diversas y diferenciadas que por momentos hasta parecen antagónicas entre si. De este modo, algunos sectores sociales han aprovechado esta situación para incluir sus agendas hacia el gobierno por lo que la situación se enreda aun más para buscar la solución efectiva a este entreverado. De esta manera, después de algún tiempo se presenta un escenario conflictivo complejo donde siguen aumentando las peticiones con lo que se difumina el encuentro de una salida, sobre todo con posicionamientos radicales y empecinados de algunas dirigencias y, en ocasiones, del gobierno.
A todo esto se ha sumado el inicio de la IX Marcha en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) que viene desde las tierras bajas pero articuló a organizaciones de diferentes lugares del país, habiéndose roto con diferenciaciones de cualquier tipo. No obstante, nuevamente nos encontramos en medio de la especulación que generan las declaraciones de ambas partes que en la mayoría de los casos se quedan en los discursos pero que no logran aterrizar en una realidad comprobable y certera. Así comienzan varias jornadas que marcarán la agenda de los medios de difusión y los líderes de opinión, entre otros, donde esperemos no se genere escenarios de mayor conflictividad, como en la anterior Marcha, que hasta nuestros días no termina de esclarecer algunos sucesos. Dentro de esta coyuntura se desatan puntos ambivalentes que ponen en cuestión la actuación de los marchistas como ser el alejamiento de su dirigenta Justa Cabrera, nombrada subalcaldesa del Municipio de Santa Cruz que quiérase o no pone en duda la posición política de la misma. Por otra parte, Fernando Vargas se encuentra ausente del inicio de la marcha con lo que ésta se encuentra bajo otras circunstancias, por lo menos en esta etapa. Desde el gobierno se dieron los cambios en algunos Ministerios y cargos jerárquicos que modifican la configuración de actores los cuales ahora tienen la misión de encausar esta marcha hacia una salida consensuada y legítima en el problema neurálgico del TIPNIS. En medio de estas circunstancias se vienen aplicando estrategias políticas que pretenden marear a la opinión pública e ir debilitando las diferentes movilizaciones en curso o caso contrario las propuestas de solución que plantea el gobierno; con lo que seguimos viviendo bajo el escenario de movilización y conflicto como si fuera una tradición histórica del quehacer político boliviano.