lunes, 5 de enero de 2015

LOS OVEJAS NEGRAS

“Hay que bonito se siente, ya estoy llegando a mi pago”, así dicta una de las estrofas con las que comienza un tema muy emotivo que precede a un retorno casi forzado y obligatorio hacia el planeta rojo. Pero más que esto la nueva propuesta musical realizada por un paisano chicheño, conocido como Oveja Negra, rompe con una latencia que estaba presente hace varios años atrás con lo que se conocía como música tradicional sureña. Así, este innovador género parece significar una revolución de la forma de entender la música chicheña que de por si adquirió una gran relevancia en un marco nacional e internacional con representantes fundantes de la música boliviana hasta nuestros días. De esta forma, Oveja Negra-Aldrin Sivila viene elaborando una nueva línea que influye incluso en la construcción del tejido social y la identidad colectiva a la que pertenecemos.

            Desde este vértice introductorio podemos hacer un paseo por varia facetas que nos permiten profundizar en la propuesta que bordea unos años y con mayor relevancia desde la grabación de su CD donde se plasman  una serie de canciones con mensajes complejos y directos que además rompen con una mirada simplemente regional e introduce estratégicamente problemáticas sociales que deberían llamarnos la atención a todos y todas. Llegando al “centro neurálgico” de Tupiza nos encontramos con una escultura realizada en madera que resalta por el sentido y abre la mente para permitirnos interpretar este trabajo performativo desde las propias visiones del mundo realizadas por su autor, Oveja Negra. Esta misma escultura inspiró una canción que tenía unos aires muy sugerentes y existenciales.  

De igual manera, en este último tiempo ha comenzado a ser conocida la banda Ovejas Negras que realizan diferentes presentaciones como la realizada hace algunas semanas en la ciudad de Cochabamba para poder interpretar sus composiciones y agrupar a los que gustan de este género innovador chicheño. Desde el mismo nombre adoptado por Oveja Negra se hace una interpelación a una sociedad que suele caer en un adormecimiento y doble moral donde todos pretendemos hacernos ver como la oveja blanca en el redil sin que esto sea lo socialmente necesario sino una máscara forzosa e impuesta por el qué dirán. Oveja Negra ha aumentado su redil y ahora tenemos la presencia de los Ovejas negras de Tupiza  que además incluyen esa ubicación específica que irrumpe en espacios como la Fiesta de Reyes para romper con el orden establecido y permitir a nuestra población ver más allá de lo permitido. Los procesos sociales y culturales siempre nos sorprenden con nuevas propuestas que interpelan deconstruyen y contrastan para seguir enriqueciendo nuestra identidad de acuerdo a la grandeza de nuestros pueblos y la complejidad de sus pensamientos.  

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