Decir que la Nación Chichas
cumple su tercer aniversario puede sonar hasta sacrílego para las y los que
pretendemos su reconstitución porque en base a los registros, datos e
investigaciones sabemos que se trata de un pueblo ancestral y, obviamente,
precolombino. Sin embargo, en términos “formales” y en el marco del último
proceso impulsado desde hace algunos años atrás, se conmemora el 17 de noviembre
como la fecha, simbólica, de la Reconstitución de la Nación Chichas como parte
de una etapa donde se recupera esta bandera y se la legitima desde diferentes
sectores sociales, cívicos y políticos de los Chichas. Así, desde la gestión
2012 contamos con este hecho fundamental que fortalece nuestra lucha en la
búsqueda de autodeterminación demandada desde hace muchas generaciones atrás,
sentimiento que trasciende la república y la colonia, por ser una base del ser
chicheño y chicheña. No obstante, previamente al reconocimiento y aplicación
del 17 de noviembre como refundación de la Nación Chichas tuvo que superarse
varios momentos, posiblemente necesarios, para construir una nueva visión y
perspectiva del derrotero a seguir.
No cabe duda que la región de los
Chichas se destacó, y destaca, por ser un espacio de mucha producción académica
e investigativa lo cual lleva a contar con un importante número de libros y
otras publicaciones referentes a este territorio en diferentes temáticas,
incluso especializadas. Sin embargo, el enfoque republicano aplicado
anteriormente trataba a los Chichas como un espacio poco vinculado e integrado,
el cual siguió la lógica provincialista y localista que fue generando un mayor
alejamiento entre poblaciones, y en el peor de los casos incluso rivalidades.
De esta manera, fuimos corresponsables de la segregación subjetiva e
identitaria de los Chichas. Afortunadamente, según manda el devenir de la
historia esta perspectiva se modificó con un quiebre troncal que nuevamente
tiene la unidad e integración como principal andamio para proyectar el
horizonte de los Chichas en un mediano y largo plazo. De esta manera, surge el
discurso y la práctica de la Reconstitución de la Nación Chichas como el
proyecto histórico de nuestros pueblos recuperando una sola bandera para las
provincias que fueron reducidas durante la república y divididas en tres (Nor
Chichas, Sud Chichas y Modesto Omiste) además de otras que quedaron en los
departamentos de Tarija y Chuquisaca y en otros países como Argentina y Chile.
De
esta manera, en estos últimos años se superó el pensamiento sesgado y señorial
de los Chichas lográndose significativos avances como la generación de
documentos fundantes a decir del “ABC de la Nación Chichas” y el “Acta
Refundacional de la Nación Chichas”, entre otros. Asimismo contamos con
investigaciones y trabajos publicados que toman a la Nación Chichas como eje
central y donde se rescata aspectos relevantes que continúan aportando y
llenando vacío del proyecto reconstitutivo como ser el libro “Kunza el idioma
de la Nación Chichas” de Freddy Tarcaya que junto a otros autores y autoras
continúan generando argumentos y elementos para justificar este proyecto
reivindicativo. El debate queda abierto y todavía hay mucho por trabajar
considerando la relevancia de la reconstitución que además comienza a
posicionarse en espacios nacionales e internacionales mediante diversas
estrategias. Hoy más que nunca los Chichas cuentan con una propuesta incluyente
de la cual todos y todas deben formar parte para, también, evitar que la
reconstitución sea cooptada por intereses personales o sectarios que vayan en
detrimento y devalúen la propuesta. Tres años han transcurrido y los avances
son muy significativos desde la temporalidad lo cual denota que la lucha debe
seguir con mayor fuerza y vitalidad con el aporte desde todas las disciplinas y
sectores poblacionales. La autonomía está en curso y se debe profundizar sin
miramientos ni divisiones, hay que seguir sumando e incluyendo; ha llegado el
tiempo de la unidad e integración, pese a las voces disonantes, porque la
Nación Chichas está vigente para ser legitimada por su propia población y
deberá ser incluida y reconocida por el Estado boliviano como uno de sus
principales pilares que aporten a la construcción de la plurinacionalidad.
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