Los Chichas son herederos de una
serie de hechos y periodos históricos dentro de los cuales se logró ser actores
fundamentales del acontecer para el país en su conjunto, incluso desde antes de
la República. En este marco, logramos identificar periodos como el de los
originarios Chichas de quienes perviven restos arqueológicos de una validez
inconmensurable ubicada a lo largo y ancho de las tres provincias que hasta el
día de hoy forman parte del territorio milenario (Nor Chichas, Sud Chichas,
Modesto Omiste). Posteriormente, no acercamos a la fase colonial de la cual
provienen hechos como los levantamientos indígenas donde también se tuvo un
papel protagónico en esta parte del continente que cobra mayor relevancia en el
ocaso colonial y las batallas que ya son más que conocidas: Cotagaita, Suipacha
y Tumusla de las cuales quedan los espacios físicos donde se llevaron a cabo y
otros implementos que formaron parte de este periodo emancipatorio. Entre el
fin de la colonia y la república, contamos con una serie de personajes y
familias que, pese a las connotaciones, formaron parte de esta historia a
partir de las cuales se desarrollan hechos particulares que, sin embargo,
influyen en la identidad y proceso de los Chichas actuales. En tiempos más
cercanos, están los personajes que resaltan como ser Alfredo Domínguez y Víctor
Agustín Ugarte entre muchos otros, los cuales son representativos de toda la
región chicheña para Bolivia y el mundo.
De esta manera, hacer un recuento
de los hechos y personajes de la historia chicheña es un trabajo a detalle y de
largo aliento para evitar la omisión de cualquier tipo. No obstante, esta vez
se debe hacer una asociación entre este legado (físico y tangible) con las
políticas culturales que se vienen realizando desde hace algún tiempo. Así,
podemos realizar un paseo imaginario por todos los escenarios existentes los
cuales llevan consigo un significado importante de los que fueron y nos ayudan
a ser los Chichas. Primero, alejarnos de la urbe hace que nos detengamos en los
sitios arqueológicos que día a día se van deteriorando por una falta de
resguardo y mantenimiento que permitan contar con sitios turísticos aptos para
ser visitados además de ser protegidos por los propios visitantes, ya sean
locales o extranjeros. Después, ingresando al centro urbano, u otras
poblaciones de importancia en su momento, el panorama es similar ya que el
patrimonio arquitectónico todavía en pie ha sido descuidado casi por completo o
afectado a partir del desconocimiento o desinterés de los y las que se
encuentran bajo su cuidado o en posesión, y en el peor de los casos hasta ha
sido destruido.
Esta
situación se debe a diversos factores que ponen trabas a una mejor atención y
generación de políticas culturales que contribuyan al resguardo de este
patrimonio colectivo de los Chichas. Por una parte, y como lo más importante,
está la falta de presupuesto para llevar adelante este tipo de trabajos lo cual
se ahonda aún más con los recortes que se realizó a los municipios hace poco
tiempo. Como un segundo elemento podemos encontrar la misma cultura del cuidado
y protección que tiene la propia población que es la primera en afectar este
patrimonio en el día a día. Sin embargo, como alternativas a la problemática se
debe comenzar el cambio de visión y una mayor voluntad política para llevar
adelante proyectos de resguardo y conservación que además deberán ser tomados
como una inversión en favor de posteriores ingresos que beneficien y sean
administrados por los municipios. Este cambio de perspectiva tendrá que ser
parte de una revolución cultural donde en primera instancia se realice un
diagnóstico y relevamiento de todos estos lugares patrimoniales como una
oportunidad de desarrollo en un mediano plazo. En este sentido, debemos
reiterar que los Chichas no son simple historia, sino que el pasado solo deberá
significar un recurso para proyectar el desarrollo y mejores días para todos y
todas aprovechando el potencial heredado en los diferentes periodos de nuestra
historia.
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