lunes, 22 de febrero de 2016

NO, EL VASO MEDIO LLENO

A lo largo de las últimas semanas se llevaron adelante las “típicas” campañas preelectorales rumbo al referéndum modificatorio del Artículo N° 168 de la Constitución Política del Estado Plurinacional, abriendo la posibilidad de que el actual Presidente y Vicepresidente sean candidatos el 2019. Así, por un lado se presentaron argumentos sugerentes para las opciones maniqueas de este proceso electoral que nos llevaron a bifurcar nuestro camino entre los verdes y los colorados sin lugar a matices. Entre medio también encontramos aspectos considerados como guerra sucia con fuentes puestas en entredicho y en otros casos siendo confirmadas como mentiras en pleno. En este escenario lo más lamentable fue la falta de profundidad en algunas posiciones que se confrontaron a los logros y avances del denominado proceso de cambio, que no quedó exento de errores en el camino que fueron generando las críticas a la gestión oficialista.

Luego de conocerse los resultados de la votación en el referéndum a nivel nacional, lo primero que queda es la consolidación de la democracia directa e incluyente con la aplicación de este tipo de procedimientos electorales, formalizados luego de la Asamblea Constituyente, donde la población en su conjunto toma decisiones fundamentales para los derroteros del Estado boliviano en los próximos años. Lo segundo, es que los resultados muestran la diferencia tan estrecha entre el SI y el NO lo cual mantiene, todavía, un respaldo a la gestión actual que, en comparación, supera los porcentajes de los tiempos de la democracia pactada y el caduco sistema de partidos. En tercer lugar, es importante mencionar que la victoria lograda no es aplicable de forma automática a ningún candidato ni fórmula de la oposición por tanto no existe un líder visible de la opción roja en el mencionado referéndum. En el mismo sentido, tampoco debería ser una victoria del aspecto discriminatorio y racial de las visiones arcaicas existentes en otros tiempos y que fueron las que resistieron por mucho tiempo atrincherados en la mirada hacia el norte, donde se elegía, incluso, a un presidente que hablaba mejor el inglés que el castellano.


Quedan algunos años por delante y la unidad lograda para este proceso quedará polarizada y atomizada en muchos frentes y rostros desde las opciones de oposición el 2019. Para el actual partido de gobierno también queda una tarea pendiente fundamental para las elecciones generales próximas, donde la emergencia de nuevos cuadros y líderes o lideresas serán puestos a prueba en el amplio marco que se tiene dentro del Movimiento Al Socialismo. Sin duda, los cambios que se vayan a dar en este tiempo serán refrescantes en todo sentido, donde también habría que esperar una renovación dentro de la oposición que veía como la única alternativa de una posible victoria el alejamiento de Evo Morales como candidato presidencial. Hay mucho por hacer y mucho por reflexionar con retos complejos para verdes y colorados, donde la oposición se enfrenta a la necesidad de estructurar un proyecto de país coherente con la realidad actual luego de la emergencia y consolidación de los nuevos actores y actoras sociales y políticas del último tiempo, sobre todo en referencia a los pueblos indígenas originarios. Entonces, para la oposición se pone cuesta arriba hacia la búsqueda de un liderazgo y proyectos representativos e incluyentes, luego de los importantes avances del denominado proceso de cambio que solo requerirá nuevos aires que posiblemente refuercen y fortalezcan el proyecto hacia la consolidación de la agenda 2025.

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