Como una interesante coincidencia, en La Paz ha
llegado septiembre con el encuentro de dos eventos culturales que deberían ser
primacía para cualquier gusto. Nos referimos a la Feria Internacional del Libro
y el FestiJazz que de forma paralela vienen llevándose adelante en varios
espacios de la sede de gobierno. Dada la realidad de nuestro contexto, este
ambiente se desarrolla como una alternativa al devenir cotidiano del resto del
año donde podemos encontrarnos con otras actividades menos singulares y, tal
vez, más comerciales. Así, para hablar de libros y de jazz debemos enmarcarnos
en una parte reducida de la población, lo que puede resultar como algo
negativo, principalmente cuando nos referimos al gusto por la lectura dentro de
un país que lee muy poco y que tiene a los libros entre las últimas
preferencias a las que presta atención.
En este marco, es siempre grato encontrar a paisanos
chicheños partícipes de este tipo de eventos. Por una parte debemos mencionar
la presentación del libro “Zoe Meditaciones” del autor René Cortés agendado
dentro de la serie importante de publicaciones que salen a la luz en estos
eventos de encuentro internacional. Así, en la feria del libro nos adentramos
en un mundo de información, amenidad y otras aristas que nos permiten, siempre,
abrir un poco más la mente e incluso conocer mundos reales y fantásticos que de
otra manera nos pueden resultar lejanos y hasta inalcanzables. Para mencionar
al jazz, tenemos la participación de Tincho (Martín) Castillo dentro de la
programación a presentarse en el Teatro Municipal Alberto Saavedra el último
día de jazz (16 de septiembre) a la espera del próximo año con nuevos
repertorio y ese espacio alternativo de la música y los otros sentidos,
trayéndonos este estilo particular con los, siempre bienvenidos, aires
chicheños herederos de la tierra colorada.
De esta manera, dos escenarios culturales alternos a
lo cotidiano han tenido un encuentro sugerente, además, con la intervención de
paisanos en representación de los Chichas luchando por mantener vigente esa
capacidad gestora cultural que permita decir presente con esa producción
cultural que destacó por muchas generaciones atrás. Igualmente, esta capacidad
de producir cultura deberá fortalecerse en el propio territorio de los Chichas,
considerada la cuna del teatro, la capital cultural de la juventud, entre
muchos otros nombramientos recibidos a lo largo de la historia. Esta situación también
debería estar vinculada a la Revolución Cultural permitiendo realizar un
trabajo de fortalecimiento identitario en toda la región que integre al
territorio y la población, teniendo como un gran articulador a la cultura muy
presente en las capitales y comunidades chicheñas con lazos de hermandad
fortalecidos. Sin duda los eventos culturales, como los antes mencionados, son
percutores de movimiento en el lugar donde se los realice y por tanto los
Chichas deberán destacar a personas, hombres y mujeres, que trabajan día a día
para producir, investigar y contribuir al acervo cultural del país con esa
mirada chicheña particular que enriquece de sobremanera a los aportes del nivel
nacional. Hablar de cultura se convierte en un paraguas amplio para desarrollar
las potencialidades de cada localidad, a partir de las características propias
con que se cuente y que permita traducirse en desarrollo en el marco de las
fortalezas identificadas.
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