lunes, 5 de febrero de 2018

EL TURBIÓN

En el ocaso del día, continúa lloviendo, acá, muy lejos del pago; con un sentimiento de pesar e inquietud buscando palabras acordes a la tragedia que ocurrió a muchos kilómetros de este lugar, pero que se reducen en el sentimiento de hermandad y adhesión; en este contexto se hace muy difícil escribir cada palabra aquí referida, porque ahora más que nunca nuestra gente necesita hechos y no palabras.

Recuerdo que en los albores del nuevo siglo XXI, estando de visita por tierras chicheñas, una noche de paseo como era de costumbre, comenzó a llover fuertemente, sin que por ello veamos la necesidad, ni mucho menos la urgencia, de ponernos a buen recaudo. De esta manera, tiempo después nuestra plaza principal se fue llenando de agua producto de una serie de vertientes que venían de zonas más altas de la ciudad. Así, la situación se fue agravando cuando el propio centro de la ciudad fue cubierto por agua, misma que comenzaba a amenazarnos en los refugios improvisados que habíamos encontrado, consecuentes con nuestra irresponsabilidad. De esta manera, tuvo que llegar un vehículo que nos evacue de este lugar sin antes haber sentido la furia de la naturaleza, incluido un fuerte rayo, característico de nuestra tierra, que según dicen es, por los elementos metálicos que componen nuestro territorio minero; el cual se sintió tan fuerte como si habría caído en nuestra propia sombra. Esta situación traía a la memoria historias perdidas como la del Turbión que había arrasado con comunidades cercanas a Tupiza, o a tiempos de mi niñez donde las aguas pasaban amenazantes a pocos milímetros de invadir nuestra casa, sin contar con ninguna posibilidad de socorro o ayuda en ese momento de miedo e intriga.

Años después, 2018, no se trata de recuerdos ni de historias perdidas, sino que observamos, desde lejos, cómo el río tradicional de nuestra Festividad Mayor arrasó con casi 50 viviendas, dejando a decenas de familias afectas tanto en área urbana y rural de Tupiza. Esta vez no estamos ahí, para poder comprender en su verdadera magnitud este desastre nunca visto por las actuales generaciones y que solo quedaba en sugerentes coplas o tonadas que hacían recuerdo de esta ferocidad del Río Tupiza, desbordando su banda a banda. Muchas veces vimos la amenaza latente, en tiempos de lluvia, pero sin duda ahora todas las expectativas han sido superadas generando reacciones y sentimientos inesperados, todavía ajenos a lo que realmente están pasando las familias afectadas, con un largo camino hacia adelante para superar esta adversidad. Por ahora tal vez no haya culpables, pero siempre supimos del riesgo vigente, el cual no fue atendido y prevenido para no estar lamentado esta tragedia; aunque también se dirá y es sabido que ir contra la naturaleza es muy difícil, o tal vez imposible.

En contraparte, es destacable la reacción de decenas, o cientos, de personas movilizadas, tanto en Tupiza como, en todo el país para poder brindar algún apoyo solidario a la población afectada. Quedan hogares por reconstruir y vidas por retomar en medio de un complejo porvenir. En este marco, todxs sabremos la forma de colaboración a lo sucedido en este oscuro inicio de año, y con seguridad estas palabras puedan resultar efímeras frente a las necesidades tangibles de estas personas, que ahora mismo (mientras escribo estas líneas) deben requerir soporte material, moral y espiritual. Habrá que ir con optimismo hacia un porvenir mejor, donde autoridades trabajen para prevenir este tipo de situaciones que sin duda nos lastiman como comunidad. Vienen días de contención en nuestra tierra, donde familias enteras superen lo ocurrido. Desde otros lugares aportaremos, en alguna medida, para mitigar la crisis, pero sobre todo con un sincero pesar porque somos tupiceñas y tupiceños. Mucha fuerza a nuestra tierra; fortaleza y cariño a nuestras familias, a nuestras niñas y niños. Y gracias a la gran comunidad boliviana por responder raudamente en estos momentos de contingencia desde diferentes espacios y de mil maneras. La prolífica historia de Tupiza ha sido enlutada esta vez.


Que no vuelva a suceder…

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