Con lo ocurrido en el vecino país del Brasil, donde
Jair Bolsonaro resultó electo Presidente, se han abierto una serie de
vertientes críticas hacia sectores ultra conservadores de la sociedad que
incluso se acercan a la condición retrógrada de la ideología y política. Así
escuchamos en varias ocasiones cómo este personaje, ahora Presidente electo,
realizó muestras abiertas y directas de homofobia, machismo, misoginia, racismo
y discriminación hacia varios sectores que se encuentran fuera de la lógica
patriarcal androcéntrica blancoide. Por todo ello, ha sido muy llamativo y
alarmante que Bolsonaro resulte elegido con un importante porcentaje de respaldo
dejando solo a los peores presagios de lo que se pueda hacer mediante
decisiones y políticas públicas en el país vecino, justamente para los sectores
ubicados en la mira de esos odios que lleva internalizados este personaje. Así
nos ponemos a pensar en las influencias que han tenido diferentes sectores
poblacionales y ciudadanos que otorgaron su voto a dicho candidato, según dicen
algunxs, como un “voto castigo” a la forma de política llevada adelante por el
Partido de los Trabajadores, como parte de la ola del Socialismo del Siglo XXI.
En este contexto, y coyuntura regional, no faltaron
personajes en Bolivia que de forma muy equívoca y reaccionaria se alegraron por
este resultado en Brasil, con expresiones posiblemente no medidas y que
tuvieron una reacción de cuestionamiento y censura en las mayorías de nuestro
país, más allá de izquierdas y derechas. Esta situación resultó sugerente, y
sobre todo coherente, con los avances que se están teniendo a nivel social en
cuanto a una mayor apertura y respeto por los derechos de los grupos
poblacionales en situación de vulnerabilidad, en el objetivo de lograr
igualdad, equidad y armonía, más allá de las diferencias que puedan existir. En
este sentido, entendemos que una gran mayoría de nuestra población se encuentra
inmersa en este compromiso por el respeto de la otra y el otro, majo el
paraguas de los Derechos Humanos y las leyes nacionales que van en el mismo
derrotero. Sin embargo, entre estos grupos todavía hay sectores, esperemos que
minoritarios, que plantean ideas conservadoras y nos hablan de la familia como
una concepción romántica de la misma, vinculada a la familia ideal
heteronormada. Obviamente, bajo este planteamiento se encuentran las ideologías
religiosas dogmáticas, similares a las que son el sustento de la vitoria de
Bolsonaro, pero que pretenden estructurarse bajo este tipo de discursos que
pueden resultar contraproducentes y reaccionarios en nuestro contexto.
Así, desde hace algún tiempo nos encontramos inmersos
en un juego de acción reacción en temas “polémicos” de la cotidianeidad como
ser las familias diversas, la población LGTBIIIQ, la despenalización del aborto,
entre otros. En este panorama se construyó un eslogan que manifiesta “con mis
hijos no te metas”, embanderado sobre todo por las iglesias cristianas en
oposición abierta a la ideología de género, y muy bien-mal aprovechada dentro
de las redes sociales, un espacio peligroso en algunas circunstancias. En este
último tiempo, hemos ingresado a un tiempo pre electoral, con una fuerte
politización enmarcada en la elecciones primarias, y salió a la palestra uno de
los candidatos que representara a Unidad Cívica Solidaridad, con un discurso
abiertamente encuadrado en este planteamiento ultraconservador, opuesto a
cualquier intento progresista de las sociedades; lo cual no dejó de ser
alarmante y tener una serie de réplicas cuestionando dicha posición. De esta
manera, tenemos a uno de los candidatos posibles para las elecciones generales
del próximo año con el discurso develado que nos hace pensar en lo que podría
ocurrir si este tipo de posiciones llegaran hasta la presidencia del Estado y
las consecuencias respectivas. Asimismo se ha desatado, con fuerza, un debate
interno sobre estas situaciones como la relación de la religión y la política,
la influencia de las iglesias en los gobiernos, la condición del ser Estado
laico y otras que deberán ser asumidas de una manera completa y amplia para
desmontar estos discursos, más allá de izquierdas y derechas, y posicionando a
temas como el respeto entre seres humanos.