lunes, 19 de noviembre de 2018

DOGMAS E IDEOLOGÍAS


Con lo ocurrido en el vecino país del Brasil, donde Jair Bolsonaro resultó electo Presidente, se han abierto una serie de vertientes críticas hacia sectores ultra conservadores de la sociedad que incluso se acercan a la condición retrógrada de la ideología y política. Así escuchamos en varias ocasiones cómo este personaje, ahora Presidente electo, realizó muestras abiertas y directas de homofobia, machismo, misoginia, racismo y discriminación hacia varios sectores que se encuentran fuera de la lógica patriarcal androcéntrica blancoide. Por todo ello, ha sido muy llamativo y alarmante que Bolsonaro resulte elegido con un importante porcentaje de respaldo dejando solo a los peores presagios de lo que se pueda hacer mediante decisiones y políticas públicas en el país vecino, justamente para los sectores ubicados en la mira de esos odios que lleva internalizados este personaje. Así nos ponemos a pensar en las influencias que han tenido diferentes sectores poblacionales y ciudadanos que otorgaron su voto a dicho candidato, según dicen algunxs, como un “voto castigo” a la forma de política llevada adelante por el Partido de los Trabajadores, como parte de la ola del Socialismo del Siglo XXI.

En este contexto, y coyuntura regional, no faltaron personajes en Bolivia que de forma muy equívoca y reaccionaria se alegraron por este resultado en Brasil, con expresiones posiblemente no medidas y que tuvieron una reacción de cuestionamiento y censura en las mayorías de nuestro país, más allá de izquierdas y derechas. Esta situación resultó sugerente, y sobre todo coherente, con los avances que se están teniendo a nivel social en cuanto a una mayor apertura y respeto por los derechos de los grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad, en el objetivo de lograr igualdad, equidad y armonía, más allá de las diferencias que puedan existir. En este sentido, entendemos que una gran mayoría de nuestra población se encuentra inmersa en este compromiso por el respeto de la otra y el otro, majo el paraguas de los Derechos Humanos y las leyes nacionales que van en el mismo derrotero. Sin embargo, entre estos grupos todavía hay sectores, esperemos que minoritarios, que plantean ideas conservadoras y nos hablan de la familia como una concepción romántica de la misma, vinculada a la familia ideal heteronormada. Obviamente, bajo este planteamiento se encuentran las ideologías religiosas dogmáticas, similares a las que son el sustento de la vitoria de Bolsonaro, pero que pretenden estructurarse bajo este tipo de discursos que pueden resultar contraproducentes y reaccionarios en nuestro contexto.

Así, desde hace algún tiempo nos encontramos inmersos en un juego de acción reacción en temas “polémicos” de la cotidianeidad como ser las familias diversas, la población LGTBIIIQ, la despenalización del aborto, entre otros. En este panorama se construyó un eslogan que manifiesta “con mis hijos no te metas”, embanderado sobre todo por las iglesias cristianas en oposición abierta a la ideología de género, y muy bien-mal aprovechada dentro de las redes sociales, un espacio peligroso en algunas circunstancias. En este último tiempo, hemos ingresado a un tiempo pre electoral, con una fuerte politización enmarcada en la elecciones primarias, y salió a la palestra uno de los candidatos que representara a Unidad Cívica Solidaridad, con un discurso abiertamente encuadrado en este planteamiento ultraconservador, opuesto a cualquier intento progresista de las sociedades; lo cual no dejó de ser alarmante y tener una serie de réplicas cuestionando dicha posición. De esta manera, tenemos a uno de los candidatos posibles para las elecciones generales del próximo año con el discurso develado que nos hace pensar en lo que podría ocurrir si este tipo de posiciones llegaran hasta la presidencia del Estado y las consecuencias respectivas. Asimismo se ha desatado, con fuerza, un debate interno sobre estas situaciones como la relación de la religión y la política, la influencia de las iglesias en los gobiernos, la condición del ser Estado laico y otras que deberán ser asumidas de una manera completa y amplia para desmontar estos discursos, más allá de izquierdas y derechas, y posicionando a temas como el respeto entre seres humanos.

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