lunes, 5 de noviembre de 2018

7 DE NOVIEMBRE


El 7 de noviembre constituye una fecha especial en territorio chicheño, donde recordamos una saga ocurrida en 1810 en los campos de Suipacha, cuando guerrilleros lograron la primera victoria armada frente a los realistas iniciando así la Guerra de los 15 años en busca de la independencia del Alto Perú. Sin embargo, en la lógica integradora en la región debemos mencionar la Batalla de Cotagaita, del 27 de octubre de 1810, que fue el factor previo que permitiría esta primera victoria de los patriotas, bajo una lógica de Guerra de Guerrillas. Así, destaca la figura de Pedro Arraya, comandante de los sublevados contra el régimen colonial, que hasta ahora representa a otros tantos hombres que participaron en este tiempo de búsqueda de independencia junto a la caballería chicheña otro pilar de identidad. Así, han pasado más de dos siglos y hemos transcurrido por varios periodos desde constituirnos como la República de Bolívar-Bolivia, hasta la actualidad en la que somos un Estado Plurinacional, marco en el que proyectamos y trabajamos hacia la Reconstitución de la Nación Chichas.

Bajo estos antecedentes de la historia, además de conmemorar de manera festiva por estas fechas, este hecho ha sido muy significativo para que se vayan estableciendo otro tipo de situaciones como un merecido homenaje a este suceso. Entre lo mencionado tenemos la existencia del Colegio Nacional Mixto Suipacha constituido en el primer colegio secundario provincial en Bolivia. Asimismo, y ahora con especial atención, tenemos la existencia centenaria de la Escuela 7 de Noviembre. Ambos espacios educativos son reconocidos como lugares de la tradición e identidad chicheña, especialmente de Tupiza. En este marco, la Escuela 7 de noviembre celebra este año el primer centenario de existencia en la formación primaria, que en otros tiempos lo conocíamos como el ciclo básico. En este espacio estudiamos muchos habitantes de Tupiza encontrando en sus aulas lo primeros años de educación formal.

Recuerdo especialmente a una persona, Hugo Guillén, quien solía pararse frente al ingreso de la escuela para entonar los versos “Con la frente altiva y serena/con los ojos mirando al porvenir…”, del himno a la escuelita 7 de noviembre, sin necesitar una fecha especial para rendir el sentido homenaje a dicho lugar, posiblemente recordando tiempos de la infancia y niñez que para muchas personas tienen un sentimiento especial. Esta escuela también nos recuerda al Batallón Colorados que es representado, hoy en día, por niñas y niños que en fechas cívicas visten el uniforme característico de los defensores del Pacífico asociando así el anhelo de reivindicación marítima boliviana. De esta manera, la presente gestión gira la mirada hacia este espacio educativo para rendir especial homenaje luego de 100 años de funcionamiento al servicio, primero de niños y ahora, de niñas y niños, seguramente con muchos retos por delante para responder de manera asertiva a las demandas de nuestros tiempos. Por ejemplo, cimentar desde los primeros años de formación los principios de equidad e igualdad entre mujeres y hombres para conformar una sociedad más justa y en igualdad de oportunidades. El centenario no es gratuito y por tanto esta escuela deberá estar acorde a las necesidades sociales que requieren urgentemente medidas prudentes que vayan a lograr los cambios generacionales más allá de contenidos formales y aportando a la construcción de seres humanos integrales y complementarios a la educación que se brinda dentro de las familias. La niñez es uno de los grupos fundamentales para lograr avances determinantes en las sociedades y esa deberá ser la labor hacia adelante para nuestra centenaria escuelita 7 de noviembre.

(Diseño de imágen: Camilo Rosso Leaño)

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