lunes, 3 de diciembre de 2018

ANDROCENTRISMO POLÍTICO


Se ha cerrado la etapa para la presentación de candidatos (candidatos-masculinos con mínimas excepciones) que se aprestan hacia las primarias, que seguramente pugnarán contra la papeleta en blanco o el nulo, ya que estas postulaciones se cerraron con binomios únicos lo cual le quita el sentido a estas elecciones preparatorias para las generales de 2019. De esta manera, hemos visto de manera llamativa que, casi la totalidad de, los candidatos son hombres tanto para la Presidencia como Vicepresidencia en los diferentes partidos que se presentaron hasta la pasada semana. Así la población boliviana ha quedado enmarcada en una perspectiva tradicional dentro de la lógica androcéntrica lo cual sigue sesgando un planteamiento político más amplio donde las mujeres han quedado relegadas, una vez más, del liderazgo nacional respecto de la representación dentro del Órgano Ejecutivo del Estado. Adicionalmente, nos enfrentamos a un derrotero de androcentrismo gerontocrático, sin que este planteamiento resulte discriminatorio para la población adulta mayor pero que si recae en cierta exclusión de la posibilidad de incluir en las propuestas y candidaturas a jóvenes o adulto jóvenes que podría tener importantes aportes al proyecto de país.

En referencia al carácter gerontocrático de nuestros candidatos, además, es importante visibilizar una tendencia hacia un retorno al pasado donde vuelven a atisbar planteamientos tradicionales pertenecientes a un sistema de partidos desaparecidos al igual que candidatos de otra etapa y que contradictoriamente se presentan como la nueva alternativa. Entonces, más que cuestionar la edad propiamente dicha del candidato debemos hacer una lectura más amplia que se vincula con el anquilosamiento de las personas en pensamientos, ideologías y proyectos superados por la carga histórica de nuestras sociedades. En este sentido, todavía no se logra pasar del slogan a la propuesta por lo cual escuchar planteamientos como la ciudadanía o el republicanismo quedan todavía vacíos y se deberán fundamentar esta propuestas, por ejemplo ¿qué significa recuperar la República? Entonces el pensamiento que sirve de base a las candidaturas y proyectos de país que se vayan a postular el próximo año parece haber quedado en el siglo pasado y habrá que darle vueltas para comprender si se trata de un proceso de recambio o de qué es lo que se trata la propuesta para un viraje en el siglo XXI.

Entrando al detalle, podemos hacer énfasis en los personajes que ingresan en listas como candidatos, lo cual es aún más complejo porque implica entender las subjetividades, ideas y creencias individuales. Así, muchos de ellos ya son rostros tradicionales de quienes hemos visto su proceder en este y en otros tiempos; pero también están quienes se presentan, junto al paso del tiempo de manera, “corregida y mejorada”, con perspectivas aún más conservadoras que nos abre una gran interrogante sobre lo que podrían asumir como políticas públicas de llegar al gobierno. Frente a un vacío de propuestas, comenzamos a leer y escuchar sugerentes, y hasta irrisorias, ideas sobre las maneras de construir país post “proceso de cambio”. Y es que se debe hacer una lectura adecuada y prudente luego de que en nuestro país se ha transcurrido una serie de avances sociales de inclusión étnica, de género y generacionales, entre otras, con propuestas que han emergido desde las demandas históricas. Con este marco es muy complicado y contraproducente pretender anular estos avances, solo por tener argumentos político electorales diferentes al del actual gobierno para marcar diferencia, lo cual recae en cometer un error en la lectura de nuestra realidad política, social y económica boliviana. Seguimos avanzando rumbo a los procesos electorales, internos y generales, lo cual otorga algún tiempo para ir profundizando en propuestas y proyectos coherentes con el devenir de nuestros tiempos, todavía sesgados en la lógica androcéntrica gerontocrática.

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