lunes, 3 de febrero de 2020

LA EDUCACIÓN Y SUS VERICUETOS

El año escolar ha comenzado, en referencia a la educación regular y alternativa, en ese sentido ingresamos a considerar a la segunda institución social donde mujeres y hombres, desde la infancia, accedemos con tal seguridad y confianza de que nos dirigimos al, denominado, segundo hogar. Y es que podría ser cierto ya que allá pasamos, como mínimo, cuatro horas al día con un total de 14 años (incluido nivel inicial), lo cual no es poco en nuestro ciclo de vida, además del tiempo invertido la influencia ejercida en la construcción social y subjetiva. Así, nos adentramos en un espacio donde madres y padres pierden la capacidad de tuición, aunque a veces la ceden voluntariamente, para que el profesorado se ocupe durante ese tiempo del estudiantado bajo una lógica, casi, de tutoría plena en un espacio de guardería. Entonces, ya nos ubicamos con los primeros problemas y contradicciones que se presentan, en este caso, entre la familia y el sistema escolar o la escuela.

En los últimos años, desde el Estado (otra institución social) se ha venido impulsando una serie de políticas y normativas que pretenden trabajar socialmente y de forma transversal para responder a diferentes problemáticas, desde la educación escolarizada. En este sentido, se ha trabajado la Ley N° 070 “Avelino Siñani-Elizardo Perez” que deben su nombre a la Escuela Ayllu de Warisata donde se tuvo un modelo sugerente y revolucionario en lo que concierne para la educación tradicional bancaria. Esta Ley fue planteada como una reforma educativa que promueva una revolución democrática y cultural desde las aulas. Sin embargo, desde su promulgación hasta la actualidad no se ha logrado percibir los avances reales de la normativa aplicada, porque esta situación se debería comprobar en el cambio generacional. Esta ley considera una serie de bases como lo comunitario, tecnológico y demás, no obstante lo más sugerente es el planteamiento que se hace en la prevención de violencia, donde la educación es fundamental para lograr cambios en un mediano y largo plazo, evitando llegar hasta el hecho de violencia porque ya se trabajó previamente en la prevención. Entonces, además de la familia, la escuela debe ser pilar fundamental de este trabajo para deconstruir estereotipos de mujeres y hombres, feminidad y masculinidad tradicional, que fundan las desigualdades, el machismo y el ejercicio de violencia contra las mujeres, todo ello dentro de un proceso complejo con una gran carga de construcciones sociales y subjetivas.

En este espacio, se presenta la educación laica que responde a un mandato constitucional que establece al Estado boliviano como Estado laico el cual ha surgido como una demanda y necesidad de que la administración estatal se desvincule, y libere, de condicionamientos institucionales religiosos. Así, resulta interesante conocer que la condición laica ya se había propuesto en la primera Constitución Política Boliviana, o Constitución Bolivariana de 1826, que por intereses e influencias fue dejada de lado para volver a involucrar al Estado con el poder de las iglesias, en ese caso fue la iglesia católica. En tiempos contemporáneos, nos encontramos en un nuevo tiempo donde la política ha sido influenciada por fuerzas religiosas institucionales, ya no solo la católica, que pretenden cooptar al Estado en una lógica de dependencia, algo peligrosa. Así, cuando relacionamos a la religión con el Estado en una línea coherente, llegamos hasta la educación que puede ser afectada por el dogmatismo al considerar aspectos como los mandatos y planteamientos bíblicos como el que la mujer viene de la costilla del hombre, para citar solo un ejemplo entre muchos. Entonces debemos entender que el libro sagrado responde, y fue escrito, a una realidad especifica con prácticas abiertamente machistas sustentadas desde el poder y el sistema patriarcal, que afecta a las mujeres sin ninguna consideración y que hasta la actualidad, cientos de años después, pretende seguir siendo aplicado de forma dogmática y, hasta, fanática sin un mínimo de sentido crítico y lectura de la realidad actual.

Con lo manifestado, es importante tener presente que el denominado segundo hogar tiene la capacidad de plantear y formar modelos de mujeres y hombres, muchas veces estereotipando, otra vez, bajo lógicas tradicionales y de desigualdad, las cuales resultan peligrosas para los tiempos presentes donde los derechos humanos en pleno buscan mayores campos de acción y que no sean vulnerados. Catorce años de vivencias, experiencias dentro de cuatro paredes pueden tener como consecuencia la cuadriculación de nuestras mentes, las cuales son muy utilitarias para los objetivos del sistema que reproduzca desigualdades, individualismos y egoísmos en la carrera de la competencia, con total falta de equilibrio en las condiciones de partida, mucho peor si introducimos un enfoque de género. La educación debe ser liberadora y descolonizadora, sobre todo en un país como Bolivia, donde estos lastres bicentenarios siguen presentes como una sombra que afecta nuestra convivencia y cotidianidad, en la cual la educación y su sistema ha sido cómplice permanente.

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