lunes, 24 de diciembre de 2012

SIMBOLISMO Y DESCOLONIZACIÓN


Hace unos días atrás, el Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, llegó hasta Tupiza para firmar un convenio para la construcción de la carretera Uyuni-Tupiza además de comprometer la construcción de un Coliseo Cerrado para 5000 personas; todo esto con la sugerente frase de “Tupiza merece”. No obstante, paralela a la agenda de gestión realizada lo que llamó la atención fueron diferentes elementos simbólicos que distinguieron a esta de visitas anteriores. En este sentido, debemos hablar de uno de los principales objetivos del presente gobierno que busca eliminar las diferencias y desigualdades históricas estructuradas a lo largo de los años a decirse del colonialismo interno, que como contraparte tiene a la descolonización. Es a partir de este debate que se pretende deconstruir lo que se creía cimentado en las estructuras sociales, políticas y económicas en nuestro país pero que a partir de la interpelación a una diversidad de factores se puede avanzar en este proceso.

            Así, lo sucedido en esta ciudad puede ser considerado un proceso simbólico dentro de un país que pone en un sitio primordial este tipo de aspecto los cuales, en muchos casos, definen identidades y tipos de grupos sociales. En este sentido, debemos considerar una reflexión a cerca de Tupiza que a lo largo del la historia, hasta nuestros días, en el imaginario colectivo tiene una figura ajena a la realidad nacional existiendo un conflicto de identidad y una negación hacia lo indígena. Sin embargo, frente a este escenario complejo de la autoidentificación hay que tomar en cuenta los elementos que han llevado a que esta situación subjetiva sea de esta manera. Así, llegamos a entender que la tradición minera de la zona ha traído consigo este tipo de percepciones además de haber sido también residencia de grupos aristocráticos donde se destacan las tres generaciones de Aramayo. Desde esta perspectiva, estos personajes mineros fueron representantes de los estratos sociales que contaban con ciertos beneficios frente al resto de la población; que además tenían una serie de elementos materiales que los diferenciaba de los demás, sobre todo ante la incapacidad de acceder a estas pertenencias.

Con estos antecedentes, primero debemos reflejar lo ocurrido con el ingreso del Presidente Morales a la Plaza Principal lo cual fue realizado en una carroza republicana movida por caballos. Posteriormente se realizó la revista a las unidades militares presentes las cuales llevaban como uniforme una indumentaria típica de la región (sombrero alón, poncho, botas de caballería y lanzas, principalmente). Asimismo estos soldados y militares ante el saludo presidencial respondieron la, ahora, tradicional arenga de “Patria o Muerte Venceremos”; consecutivamente, se desarrolló el programa oficial para la visita. Con estos hechos se pudo hacer la deconstrucción de los componentes alegóricos que habían sido una especie de patrimonio de un sector privilegiado pero que esta vez, a partir de otro tipo de poder, son apropiados para llevar adelante el proceso descolonizador desde los elementos simbólicos del poder económico y político del Siglo XX. Con estas señales, la descolonización avanza desde diferentes espacios incidiendo en las principales causales coloniales de cada región en la búsqueda de una sociedad más horizontal y sin desigualdades, donde uno de los procesos más importantes es el subjetivo para cambiar la forma de pensar de los principales agentes, ya sea, de colonización o descolonización; los individuos.

No hay comentarios: