El folklore, desde la acuñación de éste concepto, ha llevado implícito una serie de connotaciones que pueden causar cierta confusión en cuanto a su entendimiento y lo que realmente significa; así, esta palabra apareció en 1846, donde el inglés William John Thoms la concibió para explicar las antigüedades populares. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha llegado a tener otros significados que encierran a todo lo concerniente con las tradiciones, costumbre y herencias de los pueblos más allá de su característica urbana o rural. Por tanto, el término folklore se fue ampliando considerablemente en sus significaciones y sus usos que han llegado hasta contextos diferentes como el nuestro que encuentra en el folklore una vertiente importante de la cultura, sobre todo, popular, la cual lleva algunos riesgos en cuanto a los trasfondos que puede ocasionar en otros niveles como el social y, hasta, el político. En este sentido, encontramos manifestaciones que vienen desde las propias comunidades indígenas las cuales traen inmersas manifestaciones más profundas como ser las diversas cosmovisiones que requieren de una decodificación detallada para entender el profundo significado de las mismas. Estas representaciones rompen con una visión simplemente culturalista y trastocan sus propias estructuras sociales que nos manifiestan una lógica a partir de la cual desarrollan sus actividades cotidianas sin desprenderse de esta línea principal que se ha mantenido dentro de estos pueblos como un patrimonio intangible y muy particular.
Así, debemos considerar que estas manifestaciones folklóricas están muy asociadas a lo autóctono que no se debe asumir de manera frívola y superficial sino como un entramado de lógicas que llegan hasta niveles políticos y económicos transversalizados por la cultura como una expresión de estas visiones del mundo transmitidas por varias generaciones, y como se suele decir desde tiempos inmemoriales. Asimismo, se presenta la asociación con las historias orales que enriquecen en gran manera a la historia oficial que ha generado una segregación alineada solo en espacios “formales” sobre todo asociados a una perspectiva presidencialista de la historia nacional. De esta manera, nos acercamos a una visión más simbólica que muestra una infinidad de expresiones que encierran una variedad de conceptos que requieren una mayor complejidad en cuanto al análisis que se puede hacer de los mismos. Bajo este tenor, podemos hacer mención del “Festival Intercultural de Música y Danza Autóctona” que se realiza en la ciudad de La Paz con la participación de decenas de danzas proveniente de las 20 provincias del Departamento, con lo cual se interpela toda lógica de una entrada urbana que más bien en algunos casos rompe con el verdadero mensaje que se busca a partir de una determinada danza autóctona.
La llegada de estos visitantes genera también una escena de contrastes que nuevamente saca a la luz la compleja composición social que existe en nuestro país haciéndonos notar también la presencia determinante de estos sectores que ahora comparten su cultura pero que principalmente, a lo largo de todo el año, son los proveedores permanentes de los insumos para la ciudad. Con todo ello, se establece y trasluce una relación que pugna por reducir y eliminar las desigualdades superficiales gestadas en los imaginarios sociales y que han confrontado a las visiones urbana y rural como antagonistas. Pero con este tipo de situaciones se va presentando la necesidad de potenciar una forma de vida en el marco de la complementariedad que resulta, además, primordial en las transversales del debate sociopolítico actual como la descolonización. Asimismo, lo acontecido hace algunos días nos permite ampliar nuestras lógicas de la realidad donde rompemos con las limitaciones de la ciudad para permitirnos un reencuentro con otras formas de relacionamiento, principalmente con la naturaleza. De esta manera, el folklore debe alejarse de la superficialidad con la tendencia hacia una folklorización donde se deja de lado los complejos trasfondos sociales y políticos que encierran cosmovisiones y que en otros espacios y contextos cobran solo un pretexto de diversión que más bien alteran y dañan gravemente el legado de estos pueblos y culturas.