lunes, 5 de agosto de 2013

LOS CHICHAS, OTREDAD O IDENTIDAD

Las Ciencias Sociales, y sobre todo la Antropología, plantean el concepto de “otredad” en referencia del otro, básicamente, que se interrelaciona de diferentes maneras. Así, la otredad no implica, de todos modos, que el otro deba ser discriminado o estigmatizado; por el contrario, las diferencias que se advierten al calificar al prójimo como un otro constituyen una riqueza social y pueden ayudar al crecimiento de las personas. Desde esta perspectiva, perecería que para las instancias técnicas involucradas en el procesamiento de la información del Censo se concibe al otro como una amenaza por lo cual se prefiere reducir la existencia de las Naciones o pueblos indígena originarios lo más que se pueda, sin permitir la validación formal de las que fueron subalternizadas y discriminadas de forma directa o indirecta. De esta forma, nuevamente se genera el riesgo de un etnocentrismo que otorga una mayor jerarquía o importancia a algunos pueblos originarios que pueden resultar más favorables a una u otra corriente política en el país. En este sentido, la noción de otredad está muy ligada a las identidades nacionales, porque las prácticas de admisión y segregación pueden formar o mantener las fronteras y el carácter nacional que para Bolivia debería ser vista como una complejidad de identidades relacionadas de manera complementaria y con una lógica intercultural. Con todo lo mencionado, se puede percibir que existen algunas inconsistencias en la construcción del Estado Plurinacional que debería ser favorable al fortalecimiento de las Naciones originarias pero en los hechos no se cumple este lineamiento.

Tiempo después de realizado el Censo Nacional de Población y Vivienda, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los resultados del mismo donde se presentan cifras interesantes que se deberán analizar con detalle y que generarán muchos debates, y polémicas. Así, entre estas, se presenta el concerniente al porcentaje de población autoidentificada con algún pueblo o nación indígena originaria porque la misma lleva implícitas varias aristas de análisis y sobre todo para el caso específico de los Chichas donde se ha excluido, minimizado o, tal vez, incluido dentro de la difusa categoría de otros en los resultados de la pregunta 29 del pasado Censo. Es aquí, donde deberemos prestar atención a la cifra de 42.188 habitantes ubicados dentro de la categoría de “otros” que pueden ser una aproximación de la cifra a los autoidentificados con la Nación Chichas, luego de la importante respuesta favorable, en toda la región y otras capitales, para la autoadscripción realizada antes del Censo en noviembre del 2012. En este sentido, se debe entender que esta información detallada otorgaría un fuerte impulso a la lógica de la Plurinacionalidad como pilar fundante de nuestro país y nuestro Estado, que de lo contrario dejaría de tener vigencia y coherencia. Por otra parte, este fue el sendero que se siguió hace muchos años en la lucha sociopolítica de reivindicación y autodeterminación de los pueblos que culminaron, en el mejor momento, dentro de la Asamblea Constituyente que sin embargo todavía no logró los avances esperados, por diferentes, motivos y circunstancias entre estos por la incapacidad de los representantes.

Los habitantes y oriundos de los Chichas están cursando un complejo proceso identitario en el hecho de autoreconocerse con una identidad de fuente originaria precolombina, frente a una imaginario diferente que más bien fortalecía el etnocentrismo y regionalismo adverso a los intereses de integración. Así, la identidad Chichas resulta el percutor del sentimiento de unidad; primero regional, con un sesgo intracultural, y después otro a nivel nacional rompiendo con el estereotipo ajeno a lo indígena originario minimizado por considerarse como el otro inferior. No obstante ahora se ha configurado una coyuntura favorable en este cometido articulador y complementario que nos permite potenciar esa visión en el sentido de Nación Chichas como una identidad fortalecida que nos proyecte a nivel macro con capacidad de relacionarnos en un escenario sociocultural complejo. Con todo ello, es lamentable lo ocurrido con los resultados del Censo pero el proceso iniciado en la Región va a continuar donde, luego de este fortalecimiento identitario interno, ahora corresponde lograr la formalización y constitucionalización de la Nación Chichas para seguir avanzando. Desde otra perspectiva, con lo sucedido, se fortalece también una lucha política de los Chichas que trasciende la lírica culturalista y nos permitirá ahondar otros elementos de nuestra identidad que pese a las adversidades parece estar más fuerte que nunca en el horizonte constitutivo del “yo también soy chicheño”.

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