Como se pudo percibir en
esta gestión, y en otras anteriores, en los sectores de oposición se nota una
gran división sobre todo cuando se trata de pugnar por espacios de poder,
situación que ahora se produjo dentro de la Cámara de Senadores donde se acusa
a dos representantes de Convergencia Nacional de haberse “vendido” al
Movimiento Al Socialismo para obtener cargos dentro de la directiva. Así, salen
a la luz aspectos de fondo que suelen presentarse en acuerdos poco sustanciales
que solo buscan objetivos electorales sin contar con un programa concertado y
bien estructurado en base a consensos fuertes. De esta manera, la práctica del
cuoteo que se ha eliminado dentro de la nueva Ley Electoral se sigue
reproduciendo en alianzas políticas como la realizada por Nueva Fuerza
Republicana y Plan Progreso, liderizados por dos ex Prefectos que fueron
revocados mediante el voto popular. Asimismo, dentro de esta Convergencia
vinieron a ubicarse varios personajes de la política que han demostrado un
enérgico rechazo hacia el proceso de cambio como principal argumento para su
articulación.
Con esta mención, podemos ubicarnos
dentro de la gestión electoral actual donde se comienzan a perfilar diversas
agrupaciones políticas y candidatos que pretenden llegar a ganar las elecciones
nacionales de finales del 2014 para lo cual se hacen varias propuestas que no
superan el simple objetivo de derrotar a Evo Morales, a como de lugar. De esta
forma, escuchamos menciones que buscan conseguir un gran acuerdo político
nacional donde se articulen todas las fuerzas políticas posibles y tener un
todos contra el MAS y así poder vencer en las elecciones presidenciales. Bajo
esta posición se encuentra Unidad Nacional que de manera sugerente lleva dentro
de su sigla, nuevamente, el concepto de “unidad” que implícitamente propone
este gran acuerdo nacional para concretar el objetivo electoral. Así, solo
algunos candidatos se encuentran dentro de este lineamiento presentándose de
forma independiente y trabajando propuestas alternativas a la del actual
partido de gobierno que extrañamente platean el cambio de una u otra forma
pretendiendo apropiarse de una agenda trabajada desde las organizaciones
sociales y que fue abanderada por el MAS desde la victoria del 2005.
El planteamiento, desde la
oposición, del frente único seguramente se seguirá barajando como una
posibilidad pero hasta donde se ha visto resulta poco productivo para el país que
esta opción se concrete porque debemos remitirnos al antiguo sistema de
partidos que encontró su final en este tipo de alianzas teniendo como caso
extremo al último gobierno del Movimiento Nacionalista Revolucionario.
Recordemos que el año 2003 se dio fin a una etapa política en el país, lo cual
dejó secuelas que hasta ahora viene saldando los partidos de la, actual,
oposición; pese a que bajo el paraguas del MNR se cobijaron casi todos los
partidos sin importar sus ideologías o posiciones de derecha o izquierda, si es
que en algún caso la hayan tenido. Ya en ese momento se recurrió a esta
estrategia de todos contra Evo con lo cual por única vez lograron su cometido
pero esta victoria efímera fue correspondida con la movilización popular que
eliminó de forma abrupta a todo este sistema de partidos y gran parte de sus
representantes dando paso al denominado proceso de cambio vigente desde el 2005
dentro del gobierno formal y con un marcado apoyo y legitimidad desde esa
gestión. Actualmente, resulta llamativo que la oposición siga haciendo este
tipo de propuestas en la búsqueda del partido único donde con seguridad no se
tendrá una solidez y simplemente se volverá a caer en acuerdos superficiales
que sigan demostrando la incapacidad opositora de lograr estructurar una
propuesta de país, alternativa, sólida y bien sustentada.
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