lunes, 24 de febrero de 2014

PERIODISMO CIUDADANO

Las nuevas tecnologías que han sufrido una explosión y aumento en los últimos tiempos representan cambios significativos para la sociedad donde se ha afectado, incluso, las formas de relacionamiento que esta vez se encuentran mediadas por estos dispositivos y programas. De esta manera, las redes sociales son una de las manifestaciones más claras de las formas de interacción social a las que casi la totalidad de los adolescentes y jóvenes, principalmente, de áreas urbanas tienen acceso y están en permanente contacto. Estas aplicaciones son utilizadas para diversos fines y objetivos desde una simple necesidad individual de dar a conocer la personalidad, gustos y afinidades hacia otros además de identificar grupos de intereses similares para congregarse e intercambiar criterios dentro de los mismos. No obstante, este objetivo mencionado suele estar cargado de un simplismo personal que solo bordea un existencialismo fútil para ir generando y fortaleciendo una determinada identidad que comienza del yo y se proyecta a la asociación de semejanzas con otros individuos.

En otra arista de las redes sociales se puede identificar a otro sector más complejo donde se viene procesando información la cual se comparte y socializa por estos medios para que las noticias se difundan de forma inmediata con actualizaciones permanentes y el intercambio de criterios correspondientes con una interesante democratización de la generación informativa. Así, se manifiesta un género periodístico denominado periodismo ciudadano que en los últimos tiempos cobra mayor fuerza y es incluido por los propios medios de información tradicionales que consideran como fuentes importantes a estos periodistas ciudadanos para profundizar en la noticia respectiva. Con todas las virtudes que puede tener este género, no se dejan de lado las malas prácticas especulativas o exacerbantes que pueden quedar en manos de los usuarios de las redes sociales que dependiendo de los criterios propios pueden llegar a generar una situación compleja y, hasta, caótica cuando una noticia se sale de control sobre todo si esta es desinformativa.

            De esta manera, debemos entender, también, las dimensiones de una información que se pueda compartir en estos medios ya que la misma puede ser solo de interés de algunos grupos reducidos y muy específicos con lo cual se despliega solo una polémica interna que no trasciende otros espacios. Pero también se encuentran otras menciones que pueden llevar al levantamiento de toda una ciudad o un país donde se incendian las ideas de forma colectiva y masiva con riesgos insospechados, o no, de las consecuencias que un comentario puede traer. Con todo ello, el periodismo tradicional cuenta con algunos factores de certidumbre que brindan la confianza necesaria, en su mayoría, para la población que sigue a uno u otro medio. Aunque dentro de este conglomerado, también, existen algunos pocos que a partir de su línea editorial presentan las noticias a medias o incluso pueden desinformar, pero por suerte estos medios son muy pocos a los cuales se pueden sancionar con mecanismos respectivos dentro de sus propias instituciones y organizaciones. En este último punto es donde principalmente se escapa el control de las menciones, comentarios e informaciones que pueden salir desde el periodismo ciudadano ya que estos mecanismos son inexistentes por lo cual los riesgos son mayores. Sin embargo, esta es una realidad y el periodismo ciudadano se sigue consolidando, ante lo cual se deberá generar toda una cultura, y más aun una formación, para que los que quieran introducirse en este ámbito tengan la responsabilidad necesaria para difundir una u otra noticia asumiendo además las consecuencias que se presenten posteriormente.

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