lunes, 3 de febrero de 2014

EDUCACIÓN Y OPORTUNIDADES


La primer semana de febrero comienzan las clases, casi, en todas la Unidades Educativas del país, exceptuando algunas regiones donde la naturaleza cobra factura a raíz del deterioro ocasionado también por los propios hombres y mujeres habitantes en ese espacio. No obstante, pese a estos contratiempos los estudiantes comienzan sus labores encarando diversas perspectivas y retos en una nueva gestión escolar. En primer lugar, se encuentran los más pequeños que deberán superar un desafío fundamental dentro de su proceso de formación que todavía tiene varios años por delante hasta alcanzar una educación superior y profesional. Así se podrán ver en varias partes los noveles estudiantes del nivel inicial en el proceso de adaptación a otros círculos sociales lo cual puede influir drásticamente el devenir de sus mecanismos de inclusión en la sociedad. Una vez comenzado el ciclo educativo, el resto parece convertirse en una tediosa recurrencia que solo encuentra novedades en los cambios de nivel (primaria y secundaria) para culminar en los estudios superiores algo desubicados y con quiebres conflictivos con lo sucedido en la anterior etapa en el Colegio.

            No obstante, este es el sistema educativo en Bolivia que además debe lidiar con profesores conflictivos y una dirigencia que responde a una de las líneas izquierdistas más radicales e intolerantes, a decirse del trotskismo. Asimismo, la presente gestión será un reto para las autoridades educativas que deben enfrentar el desafío de implementar varios cambios en una nueva reforma educativa que ofrece modificaciones muy sugerentes pero dificultosas en cuanto a su aplicación y el cambio de visión en maestros, padres de familia y estudiantes. De esta manera, el actual gobierno plantea una Ley de Educación Nº 070 denominada Avelino Siñani Elizardo Pérez, en homenaje a los ideólogos de Warisata y su Escuela Ayllu que pretendían concretar una educación más integral y completa en concordancia a la cosmovisión de los pueblos. A partir de esta reforma se pretende lograr los cambios en todo el sistema que responda a otra manera de entender y ver la realidad modificando la formación social boliviana afín a la nueva Constitución Política y enmarcada en la descolonización y eliminación de la dependencia económica y política de nuestros pueblos.

            Con lo mencionado, principalmente desde el gobierno nacional se viene trabajando en el tema educativo con cambios sustanciales para transformar las formas de entender nuestro país a partir de fundamentos subjetivos e históricos a los que se suma el interés por la formación técnica y científica como el complemento necesario dentro de este proceso. Así, el Estado debe responder a una de las principales necesidades de la población que busca tener igualdad de oportunidades con lo cual se eliminen las brechas y desigualdades sociales entremezcladas, sutilmente, con aspectos como el racismo y la discriminación que fueron adoptados como patrimonio de grupos reducidos de la población a partir de la visión sesgada e ignorante que se suele tener. Con estos avances, la educación se convierte en un pilar fundamental de la construcción (y deconstrucción) de la sociedad dentro de la perspectiva de un socialismo comunitario que se siga esbozando desde las propias experiencias de cada uno de los pueblos. La educación es uno de los principales bastiones para el cambio en nuestro país que incluye la misma forma interactuar con mayor respeto entre culturas y que las oportunidades estén presentes en todos los espacios con un conocimiento que supere la simple educación escolar y trascienda a todos los planos de la realidad de la forma más completa posible.

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