lunes, 16 de junio de 2014

MUNDIAL, INTERNACIONAL Y NACIONAL

(Hablar de futbol y poder ya resulta difícil, luego del descenso del “Equipo de Pueblo”, Aurora, pero ahí vamos). La realización del Mundial de Futbol en el vecino Brasil ha despertado una serie de reacciones de origen interno, principalmente, donde diferentes sectores sociales se han levantado contra el evento que significó un gran gasto para el Estado. A partir de esta situación han surgido voces que denuncian abusos y excesos de todo tipo por parte de los aparatos represivos, entre estos se encuentra los “barridos” que se realizaron el las favelas con argumentos como la reducción de la delincuencia y el solo hecho de brindar una “mejor” imagen del país, retirando también a los niños de la calle. Asimismo, se ha cuestionado una posible malversación de recursos en la construcción de escenarios deportivos para la realización de los partidos en las sedes y ciudades donde se lleva adelante el mundial. Estos son solo algunos de los aspectos criticados y que fueron publicados por medios de información, los cuales en su mayoría han preferido mostrar las, supuestas, bondades del evento futbolístico.

            Con este escenario, ha comenzado el encuentro en tierras brasileñas con un acto de inauguración donde se mostró una imagen ambientalista y protectora contradictoria a su realidad extractivista y explotadora de recursos humanos y la Amazonía. De igual manera, aunque ya nos vamos acostumbrando, se presentó la canción oficial del mundial que fue interpretada, en mayor parte, en idioma inglés extrañamente dentro de un país que habla portugués integrante de una amplia comunidad de países vecinos hispanos, posiblemente como una muestra de imperialismo, esta vez, futbolístico y ligado a la FIFA como un espacio de poder. Ahora, la única opción para dignificar este deporte queda en el campeonato como tal donde se encuentren las diferentes selecciones y pongan en juego las capacidades de sus jugadores en un 11 frente a 11, más allá de influencias externas desde el sistema.

            Bajo este marco mundial, en nuestro país se encuentra en pleno el G77 con mucha expectativa generada previo a este encuentro y la Presidencia de Evo Morales. Este evento ha cobrado una vigencia y cobertura amplia por parte de los medios nacionales, y algunos internacionales, además de una importante inversión realizada por el gobierno nacional en la ciudad, y el departamento, de Santa Cruz posiblemente también como una estrategia pre electoral de acercamiento y aceptación en este espacio, tradicionalmente, antagónico. En este mismo cometido, desde la oposición no se espera mayores avances o resultados por un documento de conclusiones previamente elaborado y sin la llegada mayoritaria de mandatarios sino de funcionaros y representantes. Ante todo este movimiento y parafernalia se suma el Gran Poder como una de las manifestaciones folklóricas más importantes de La Paz pero también muy ligada a la expresión frívola de la ostentación económica de sectores populares con importantes capitales que se manifiestan en este tipo de actividades. Con lo mencionado, durante estos días hemos vivido varios eventos en niveles y espacios diferentes donde parecería que el común denominador es el poder (político económico) como el mayor indicador que sigue generando desigualdades dentro de la población y los sectores sociales que perviven, o sobreviven, dentro.

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