Alfredo Domínguez Romero,
sin duda, ha sido y es el mayor exponente de la música de los Chichas a nivel
internacional lo cual ha marcado el nombre de Tupiza en los libros del arte y
la cultura vinculada a esta área específica. A partir de este emblemático
personaje se despliegan, cronológicamente, hacia atrás y adelante otros nombre
que también marcaron momentos dentro de lo que respecta la música de los
Chichas. En este sentido podemos citar a Felipe Rivera uno de los más antiguos
exponentes. No obstante, si nos remitimos hasta tiempos precolombinos, debemos
mencionar el trabajo realizado por las y los habitantes chicheños originarios que
nos dejaron un legado importante hasta nuestros días con instrumentos que son aún
más representativos para la región y el territorio ancestral. En este sentido
identificamos, principalmente, a la caja, el erke, la caña, la quenilla, donde
se incluyen el sicu y la anata; este grupo de instrumentos han logrado
posicionarse hasta la actualidad como elementos indispensables del calendario
festivo agrícola tanto para las comunidades como para habitantes de la urbe.
Desde esta perspectiva, aquí tenemos una gran transversal de integración entre
pobladores y provincias ya que estos instrumentos se encuentran presentes en
gran parte de la región chicheña.
Tomando
otro enfoque, encontramos a representantes que han ido brindando sus aportes a
la música y que en menor o mayor grado han sido reconocidos por la sociedad.
Así podemos nombrar a Luis Rico, Humberto Leytón, Willy Alfaro, Lelis Molina,
entre muchos otros, que han logrado posicionarse en un plano más allá del
local. Sin embargo, en algunas de estas expresiones todavía existe un sesgo que
requiere ser cubierto y complementado para poder abarcar una temática mayor y
con más representatividad si queremos hablar de la música en los Chichas. En
este cometido, se han realizado trabajos que pretenden ser compilatorios de la
música de esta parte del país que continúan con este sesgo que también se debe
a la temática que se aborda en las composiciones potenciando esos localismos
que colateralmente contribuyen a la segregación territorial y poblacional de
los Chichas.
De
esta manera, la música conocida como regional chicheña todavía tiene pendiente
ampliar su temática y adscribirse a las nuevas proyecciones como ser la
Reconstitución de la Nación Chichas que lleva como precedente obligatorio la
integración. Por otra parte, con el ingreso de diferentes géneros musicales
vemos a las nuevas generaciones incluyendo otros enfoques en cuanto a cómo nos
entendemos e identificamos dentro del territorio chicheño. Entonces, el intento
de virar la perspectiva del ser chicheño y chicheña y sus formas de expresarlo
es parte de la revolución cultural que se deberá afrontar dentro del nuevo
contexto y coyunturas que se viven en la región. Asimismo, aunque con menos
fuerza, el pensamiento señorial deberá ser erradicado como pilar de la construcción
identitaria para tener una mayor integralidad en este proceso del entendimiento
de la cultura en nuestra región. Así, la música se convierte en un recurso
elemental para la ampliación de este enfoque cultural que se debe adecuar a la
realidad vigente y las proyecciones de integración que se tienen en nuestros
días. De esta manera, deberemos seguir, primero, un proceso intracultural de
ampliación en estas formas de entendernos como chicheños y chicheñas, para
después avanzar hacia la interculturalidad como paso ineludible en la
proyección cultural hacia otros espacios de convivencia y posicionamiento para
que todo este aporte no quede relegado al territorio propio sino que sea
referente de la propuesta amplia y diversa de todo el territorio nacional.
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