Con las palabras que se encuentran en el título del presente artículo
también comienza una estrofa del himno a Potosí lo cual denota diferentes
aspectos del imaginario colectivo de esta capital. En primer lugar, nos encontramos
frente al aferramiento de su población al denominado Cerro “Rico” de Potosí del
cual entre leyendas, anécdotas e historia todos hemos escuchado en algún
momento y que trae consigo una gran carga simbólica de explotación y abuso
hacia los originarios de estas tierras frente a la colonia española. Con este
emblema potosino tenemos un primer recurso que nos permita acercarnos hasta su
realidad. De igual manera, la herencia colonial (precedida por sus emblemas
igual de sugerentes) está muy presente en este espacio donde la identidad ha
sido estructurada a partir de este supuesto orgullo del ser producto del
periodo colonial del cual quedan una serie de edificios que se construyeron en
ese tiempo de los cuales resalta la Casa de la Moneda, entre otros museos e
iglesias. De esta manera, recorremos brevemente la “Villa Imperial” con el aire
histórico que lleva consigo y con la necesidad de deconstruir y replantear su
identidad.
Para complementar esta lógica, a solo unos kilómetros se encuentra
Sucre (edificada en territorio de la Nación Charcas) donde se puede tener una
gran similitud de esta herencia colonial aunque, también, con diferencias
marcadas por sesgos discriminatorios que se tienen en este otro espacio. Así,
al aspecto colonial se suma el carácter señorial que establece una desigualdad
y diferenciación con el otro y la otra a partir de aspectos, esta vez, étnico
raciales. En Sucre se construyó la primera universidad que terminó consolidando
a la tradición de los doctorcitos de Charcas que llevan consigo el mito del ser
culto lo cual lamentablemente recae en la exclusión y una supuesta superioridad
hacia los y las pobladoras de otros lugares del país, mucho más si se trata de
comunidades campesinas e indígenas. Pero esta solo es una especie de contraparte
a lo dicho en Potosí al tratarse de dos pueblos muy ligados por el proceso
histórico que fue configurando su formación social regional y que en el último
tiempo ha comenzado a manifestar la consigna de “Potosí Federal”, sin mayor
argumento que un sentido opositor encabezado por sectores reducidos de la
capital potosina y muy alejada del sentimiento real de sus provincias y
municipios.
Sin embargo, Potosí no solo trata de esa capital,
antes mencionada, sino que está habitada por una serie de poblaciones y
naciones originarias con características propias y lógicas contrarias al legado
señorial. Así, desde el periodo republicano se fue ampliando un alejamiento con
esta capital, esto a raíz de la poca atención y abandono hacia las provincias
por parte de las autoridades de turno. De esta manera, incluso se elaboraron
denominativos como el de “Pueblos olvidados del sur” en referencia a las
provincias Nor Chichas, Sud Chichas y Modesto Omiste que asimismo generó
proyecciones para constituir un décimo departamento denominado Chorolque o
Chichas. No obstante, esta iniciativa no prosperó y hasta la actualidad se
continúa con la división político administrativa constituida por 9
departamentos que se ha consolidado luego de la promulgación de la nueva
Constitución Política del Estado. De igual manera, la carta magna actual ha
permitido ampliar las competencias de las regiones y municipios a partir del
reconocimiento de 4 tipos de autonomías que pueden significar un mayor
desarrollo local para estos territorios alejados del ruido de las capitales. En
la actualidad, las proyecciones son otras y se enmarcan en esta nueva
constitución con interculturalidad, integración y descolonización, por eso, en
este caso, se viene trabajando la autonomía en uno de estos territorios
ancestrales y precolombinos ahora mediante la Reconstitución de la Nación
Chichas.
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