El territorio chicheño ha
dejado pendiente una gran demanda histórica como una manera de reivindicación
de los derechos de todo un pueblo mediante la capacidad de autodeterminación. Esta
situación comenzó, de manera proyectiva, a fines del siglo XIX prolongándose
hasta mediados del siglo XX. Los diferentes proyectos impulsados en estas iniciativas
estuvieron ligadas a la creación del décimo departamento que se iría a llamar
Chorolque o Chichas con un territorio total de 42.110 kilómetros cuadrados, en ese tiempo vinculado a la gran
producción minera como principal argumento y poder de influencia, lo cual tiene
constancia en los personajes que llevaban adelante esta empresa: Adolfo Torres
Carpio, Enrique Baldiviezo y Félix Avelino Aramayo. Así, encontramos los
primeros intentos de recuperar un legado histórico proveniente desde los
Chichas originarios y que trascendió por varias épocas pasando por la colonia,
república y, retomándose, en el actual Estado Plurinacional.
En tiempos contemporáneos,
con la aprobación de una nueva Constitución Política del Estado, trabajado
dentro de una Asamblea Constituyente, se lograron importantes y sugerentes
avances en diferentes términos pero en este caso el que no interesa es la aplicación
de cuatro niveles de autonomías como una alternativa de desarrollo desde una
mirada propia. Así, para las naciones indígenas y originarias se presentó una
gran posibilidad para reconstituir sus territorios y sobre todo con la
capacidad de autodeterminación, sin embargo ya en el proceso de aplicación de
este tipo de autonomía fueron apareciendo diferentes problemas que terminaron
truncando los procesos de conversión hacia la autonomía indígena o reduciendo
geográficamente estas proyecciones, sobre todo a jurisdicciones municipales que
se transformaron en municipios indígenas pero que no lograron concretar las
proyecciones originales para optar por este tipo de Entidad territorial
Autónoma.
Con lo acontecido en los términos antes
descritos, el mes de septiembre en varios departamentos del país se realizará
el referéndum para aprobar o rechazar los Estatutos Autonómicos donde Potosí
también se someterá a la decisión de toda su ciudadanía. No obstante, estamos
partiendo en un acelerado proceso de intentos de socializar este documento que
será de mucha importancia para la gestión en los próximos años y que también
determinará el nuevo tipo de relacionamiento con las provincias. Desde esta
perspectiva, ya se conoce como un dato importante que la Nación Chichas ha
quedado al margen del reconocimiento dentro del Estatuto lo cual tiene una
significancia de menosprecio hacia las identidades territoriales que implican
la existencia de estructuras complejas en proceso de Reconstitución como
Naciones lo cual ya tiene varias connotaciones que son dignas de debatir y analizar.
Más allá de esta información sobre el contenido del Estatuto, todavía queda un
gran margen por conocer a partir de lo cual se deberá tomar una postura
colectiva sobre la aprobación o rechazo en todos los municipios, provincias y,
sobre todo, naciones existentes dentro del departamento potosino. Posiblemente el
proceso de construcción de este documento no fue el más óptimo y participativo
por lo cual es muy posible que nuevamente se vean plasmados solo los intereses
de algunos grupos reducidos de la capital dejando relegadas a las provincias,
nuevamente. Todavía quedan poco más de veinte días para conocer de manera
profunda estos artículos lo cual implicará una reflexión crítica para que el 20
de septiembre se otorgue o no el visto bueno para aprobar el, por ahora,
Estatuto potosino.