Ha comenzado una
nueva etapa dentro del fútbol y a nivel mundial los diferentes países vienen
disputando partidos clasificatorios para Rusia 2018. Así nuevamente reaparecen
los sentimientos nacionalistas bolivianos en miras de poder contar con un cupo
en este encuentro internacional y ver a nuestra camiseta representando a todos
los y las habitantes de Bolivia. Sin embargo, es importante considerar que para
esta versión se tienen “novedades” sugerentes en varios ámbitos. Primero, y uno
de los más esperados, es el cambio en la dirigencia del fútbol nacional
lográndose algo que se venía pidiendo hace mucho tiempo como una necesidad que
de un nuevo aire al fútbol boliviano. De igual manera, el ex mundialista Julio
Cesar Baldivieso asumió la dirección técnica del equipo boliviano en el mismo
derrotero de otorgar innovación en este ámbito del deporte. Como un tercer
aspecto, tenemos la inclusión de la camiseta alterna de color rojo que ya
debutó en el partido frente a Ecuador, recuperando este uniforme que se había
propuesto algunos años atrás.
A hablar de
fútbol, para los y las bolivianas no deja de estar presente el recuerdo
entremezclado con el ansia de lo que se espera del nuevo equipo boliviano que
se encuentra apuntando hacia el próximo mundial de fútbol. En este sentido, los
reducidos logros y victorias alcanzadas por nuestra selección son siempre el
antecedente utilizado para brindarnos una nueva esperanza de tener resultados
positivos en cada partido de cada eliminatoria o campeonato internacional. Así,
primero hablamos del campeonato logrado en 1963 donde se encontraban hombres
como Víctor Agustín Ugarte que marcaron la memoria colectiva hasta nuestros días.
Un segundo momento se encuentra en la clasificación al Mundial de Estados
Unidos ’94, hace más de 20 años, que es algo más cercano a los que ahora son
adultos y adultas; pero que para las nuevas generaciones es solo un logro que
deben imaginar y del cual no formaron parte vivencial.
Con todo lo
mencionado, pese a las dos derrotas sufridas en esta eliminatoria, es
importante destacar la reacción que surgió con los cambios suscitados en el
último tiempo. Nos referimos al apoyo brindado por parte del público asistente
al partido de apertura en La Paz, donde luego de la derrota se alentó este
nuevo tiempo que se espera traiga alegrías a la población boliviana. Entonces,
este es un cambio que hace notar una reacción oportuna de respaldo a la
selección dirigida por Baldivieso la cual deberá ser mayor al sentimiento
derrotista de algunos comentaristas deportivos que cambian el discurso según
miran los resultados. En referencia al color de la camiseta, el cambio es
sugerente sumándose a la corriente de modificaciones sufridas en el fútbol
boliviano. Pero como es sabido, más allá de estos hechos falta un camino de
largo plazo para que el fútbol boliviano sea pretexto para fortalecer la
identidad nacional entre las tan reducidas cosas que son capaces de generar unidad
en nuestro país y que se trabaje en un mismo sentido. Y cuando llegue el
partido como locales ante Chile resultaría muy interesante utilizar la camiseta
alterna, mucho más en el contexto del proceso que se lleva en la Corte
Internacional de Justicia de La Haya, a lo que deberá seguir una victoria
teniendo una, nueva, victoria importante ante el país vecino, esta vez de forma
simbólica y con juego en igualdad de condiciones que nos sirva como un buen
presagió en cuanto a lo que ocurra con el acceso al mar con soberanía.
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