lunes, 18 de enero de 2016

ESTADO Y SOCIEDAD PLURINACIONAL

La sociedad boliviana concurrió por diferentes momentos cargados de una serie de elementos que fueron reconfigurando las relaciones colectivas e individuales. En este sentido, debemos introducirnos en un primer momento con un tipo de organización, ahora muy lejano, a decir del incario y las relaciones con otros pueblos y naciones que se encontraban dentro del territorio que se convertía en una pugna o negociación, dependiendo las condiciones y capacidad de relacionamiento, siempre con la visión imperial presente. Posteriormente, llegamos a la colonia donde la verticalidad de la sociedad fue mayor generándose mecanismos como la mita que llevaron a nuestra gente a la semi esclavitud bajo una figura de empleo paupérrimo con un trasfondo de explotación cotidiana a cargo de los colonos españoles hacia los indios americanos.

Una vez ingresada la república, superados los procesos independentistas en varios lugares del continente, se logra la independencia lo cual no garantizó unas relaciones horizontales o algo más inclusivas sino que solo significó la generación del colonialismo interno consolidando a nuevas elites excluyentes, por lo general, herederas del anterior sistema colonial y con relaciones de parentesco con los potentados españoles. Bajo este paragua de relaciones desiguales se fue configurando el nuevo Estado que pasó por diferentes etapas y condiciones particulares, teniendo algunos avances en cuanto a inclusión y generación de mayores derechos para los habitantes, los cuales sin embargo eran muy poco significativos. De esta manera, se tuvo que llegar hasta 1952 para que mediante un proceso revolucionario se implementen cambios mayores como ser el voto universal, una característica básica de una verdadera democracia en Bolivia. Posteriormente los movimientos sociales e indígenas y campesinos se van configurando como nuevos actores históricos desde la lucha social para demandar al Estado el aumento y reconocimiento de derechos individuales y colectivos.


Bajo este panorama llegamos a la última etapa con la crisis del neoliberalismo y la emergencia de estos actores consolidados dentro del escenario nacional, reclamando una serie de elementos que fueron base de los cambios actuales como ser la Asamblea Constituyente y la nueva Constitución Política del Estado, la cual lleva implícita esta nueva configuración estatal y las relaciones sociales de horizonte socialista comunitario. Así, los sucesos de los últimos 10 años nos abren a una sacudida de la sociedad boliviana donde se interpela y pone en cuestión de forma estructural a las relaciones de poder y el orden establecido. También nos encontramos en un momento de grupos empoderados donde se encuentran, principalmente, los pueblos indígena originario campesinos siendo parte fundamental de esta nueva estructura y organización de la sociedad boliviana plurinacional. En este sentido, se va más allá al plantear a la plurinacionalidad como una característica del Estado boliviano, lo cual involucra estos cambios de profundidad con una serie de connotaciones en varios aspectos que pasan por el social, político, cultural, económico y el cotidiano. Con lo mencionado, debemos relacionar la influencia del Estado en cuanto al tipo de sociedad que se presenta en cada contexto, donde éste es el encargado de generar condiciones que permitan tener relaciones horizontales comenzando por la inclusión y respeto por los derechos de todos y todas sin distinción, de lo cual este nivel estatal es el garante principal. Por tanto, en la última etapa histórica, junto a la nueva Constitución Política, se comienza con cambios importantes que permean en las relaciones sociales expresadas en la cotidianeidad tomando en cuenta la abolición de racismo y discriminación entre personas y potenciando identidades regionales y locales en el marco de la plurinacionalidad teniendo como objetivo concreto las autonomías que generen mejor administración de recursos y toma de decisiones a partir de las necesidades priorizadas por los actores primarios de cada entidad territorial. En última instancia, más allá de un gobierno u otro el valor de las políticas de Estado se encuentran en el tipo de sociedad que vaya a generar donde se reduzcan las desigualdades en todos los sentidos y se cuente con mismas oportunidades como un punto de partida elemental para este tiempo.

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