martes, 9 de marzo de 2021

NUEVO TABLERO, NUEVAS LUCHAS



El pasado año, 18 de octubre exactamente, el pueblo boliviano acudió a las urnas para elegir democráticamente al gobierno pluri-nacional luego de una compleja crisis sociopolítica que venía desde octubre de 2019 y que tomó otros derroteros con la pandemia en el 2020 aumentando la crisis de salud a todo ese entramado. En ese momento nos encontrábamos en una etapa de contradicciones donde parecía haberse ampliado la fisura en lo que pensadores indianistas denominaron las dos bolivias. Sin embargo, como consecuencia de este proceso también se comenzó a establecer un hecho social y político, por demás sugerente, con la rearticulación de sectores sociales de diferente característica en un recambio de liderazgos ante la ausencia de personajes políticos que quedaron fuera de las luchas por diferentes motivos. Este fue el tablero en el cual se llevó adelante las elecciones del pasado año, donde se recondujo el proceso de cambio con nuevos rostros y nombres en la coyuntura política como parte de las demandas que habían surgido luego de casi 14 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS).

 

Sin embargo, luego de la restitución de un gobierno democráticamente electo y legitimado mediante el voto popular y mayoritario (55,11%) se comienza otra etapa con un nuevo viraje en las políticas gubernamentales con las secuelas del gobierno transitorio de muy pocas luces y más bien demasiadas sombras. Fue corto el lapso y el devenir electoral otra vez comenzó con los aprestos rumbo a las subnacionales del 7 de marzo, recién pasado. Sin duda, este nivel de gobiernos han sido un reto importante para la organización política más importante del país en los últimos años (el MAS) ya que los resultados que se alcanzaron de forma consecutiva a lo largo de más de una década no se traducen en los otros niveles de gobierno, a decir de gobernaciones y municipios. Es aquí donde se abre todo un paraguas de propuestas y figuras regionales y locales que apelan a una serie de estrategias para captar el apoyo y que, sin duda, patean el tablero nacional.

 

En este marco, luego de las elecciones subnacionales ratificamos el postulado anterior notándose que la hegemonía del MAS no permea a los departamentos y municipios, pintando de diversos colores el tablero político en el país y contrarrestando la denominada ola azul. No obstante, los resultados, todavía no oficiales, además de las pugnas partidarias que se pueden generar, nos dejan nuevas luchas políticas por seguir hacia adelante que deben cuestionar las raíces mismas de nuestra sociedad más allá de banderas, siglas o colores. Estamos ingresando en un nuevo periodo donde la gestión pública determinará el devenir de nuestros pueblos con personajes de diferente laya que, lamentablemente, mediante elecciones han llegado a cargos públicos y se encontrarán en espacios de poder y toma de decisiones. Aquí rompemos la falsa frontera entre lo público y lo privado para establecer relaciones y cuestionamientos sobre las personas que, eventualmente, se convierten en “autoridades”.

 

En este panorama, las luchas políticas se transfiguran en luchas sociales enmarcadas en los derechos, principalmente de poblaciones en situación de vulnerabilidad; estas son las luchas contra la violencia hacia las mujeres, niñas-niños; luchas contra el racismo, la homofobia, el fascismo, fundamentalismo y demás cuestiones que son altamente amenazantes para la convivencia, sobre todo en sociedades plurales y diversas como la nuestra. Así, hacia adelante tendremos una serie de gobiernos subnacionales con características múltiples, pero que estarán fluctuantes entre la gestión y pugnas político partidarias, posiblemente apostando a intereses sectorial o individuales en un futuro próximo. Con estas consideraciones, el tablero político boliviano todavía sigue reconfigurándose y la saga está empezando, queda la esperanza que en medio de estos entramados la clase política no siga rompiendo nuestros tejidos sociales comunitarios que, aunque puedan ser dañados, jamás serán destruidos.

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