lunes, 28 de mayo de 2012

MADRES, NUEVA ERA


Junto al avance de la historia la sociedad se va adaptando a los cambios que ésta lleva consigo, lo cual también implica modificaciones dentro de las estructuras y los roles que cumplen las personas en un grupo. En este sentido, las mujeres han tenido que ir pasando y luchando contra un gran lastre que ha sido implantado por una visión errónea de machismo y dominio del varón sobre la mujer, fundamentado por la capacidad productiva y de generación de recursos para la familia que eximían al hombre de otras responsabilidades como ser los temas domésticos y de cuidado de los niños, entre otros. Sin embargo, con el paso del tiempo, y bajo otras condiciones de vida, las mujeres han tenido que introducirse progresivamente en los temas productivos lo cual ha implicado la triple función que cumple ésta, donde se alterna entre la producción y reproducción multiplicando así, aun más, las responsabilidades por cumplir y necesidades que cubrir.

            De la misma manera, dentro de la sociedad se fue asimilando este pensamiento otorgándole a la mujer un nivel inferior y supeditado por el varón que adoptó la figura de cabeza de familia con lo cual se generaron otros malestares como ser la violencia intrafamiliar, de carácter endémico en este último tiempo. Lamentablemente, este tipo de prácticas violentas, suelen estar accionadas por mecanismos subconcientes que se comienzan a establecer en la infancia cuando los padres ejercen violencia sobre sus hijos bajo el argumento de que es por amor con afirmaciones como: “es por tu bien”. De esta manera, ya en la madurez y la conformación de las parejas emergen estas asociaciones psicológicas que establecen un nexo directo entre amor y uso de la violencia por lo cual quedan como una práctica permanente y legitimizada. Así, en la mayoría de los casos la diferencia vertical entre géneros comienza a manifestarse a raíz de la formación cíclica de los padres que vuelven una recurrencia en la sociedad fortalecida por la tradición y costumbres expresadas en el cotidiano y con diversas formas de manifestación como la música (himnos), el cine o las continuas propagandas, entre muchos otros.

            Partiendo de estas características establecidas, se ha ido gestando nuevas posiciones ideológicas, y políticas como el feminismo, que proyectan a la mujer más allá de su rol de madre y más bien ponen a la maternidad como una opción y no como obligación lo cual seguramente tiene sus consecuencias para el grupo social que se vería imposibilitado de contar con la reproducción y permanencia de la especie. No obstante, este es un debate abierto y actual que permite replantear la división de labores y responsabilidades para varones y mujeres en sus distintos espacios de desarrollo y principalmente dentro de la familia, como lugar preeminente de dominación por ser un espacio privado. De esta forma, las actuales condiciones de existencia han obligado a que se vuelva a analizar este tipo de cuestiones que en un nuevo siglo parecen algo superado pero que a la vez se encuentra vigente en el día a día. La maternidad sigue siendo una de las labores más importantes y admirables de la sociedad pero a su vez esto ha llevado a incluir un índice de victimización sobre la madre que con el argumento de la abnegación debe llevar consigo prácticas de connotación negativa y que va en detrimento de sí misma. Dentro de la realidad vigente, la familia debe convertirse en una equitativa distribución de roles laborales, domésticos y formativos; donde además se debe tomar en cuenta el aspecto de complementariedad para nuestro contexto, en base a las prácticas comunitarias con mucha sabiduría, algunas veces distorsionada. Nuevamente, el día de la madre es un pretexto para debatir estas temáticas a profundidad más allá de que sea solo un día de reconocimiento que para mañana será olvidado e ignorado hasta el próximo año.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alex: Vaya te estas volviendo, muy cinico en tus escritos, no te vayas al otro extremo.

Anónimo dijo...

Alex: ¿Sabes cual es el lema de las mujeres europeas? hijos : si, maridos : no