Hace unos días se han recordado dos años de la promulgación del la Ley
Marco de Autonomías bajo el amparo de la nueva Constitución Política del
Estado.
En este sentido, existen algunos aspectos por considerar en cuanto al
avance o no de este proceso en los diferentes niveles de gobierno o más bien la
Entidades Territoriales Autónomas (ETAs). Entonces, primero debemos recapitular
que en la estructura estatal boliviana se ha reconocido cuatro tipos de
autonomías, la Departamental, Municipal, Regional y la Indígena Originario
Campesina. Para cada una de las cuales se ha lanzado como primer reto, luego de
la elección directa de sus autoridades, la elaboración de sus documentos
fundamentales como son los Estatutos Autonómicos Departamentales y las Cartas
Orgánicas. Sin embargo, parece que el proceso autonómico se ha concentrado en
este trabajo como lo único por hacer pese a que ya nos encontramos en un
régimen con autonomías en cuanto a la configuración estatal. De esta forma, desde
una visión legalista se viene esperando la culminación de estos documentos para
que luego de lo cual se concrete la autonomía como tal, aspecto por lo cual se
sigue postergando este proceso.
Sin embargo, más allá
de este tipo de trabajo, obviamente necesarios, para la implementación
autonómica dentro de la cultura política boliviana se mantienen algunos
aspectos subjetivos en cuanto a la relación y responsabilidades de los niveles
de gobierno en cuanto a las políticas a realizarse en beneficio de la sociedad
civil. Así, seguimos siendo partícipes de la forma de entenderse a la
administración de Estado como si el único responsable sería el gobierno central
ante lo cual los otros niveles, o ETAs, quedan casi exentos de exigencias o
responsabilidades ya que es la propia población la que vuelca su atención solo
hacia el gobierno central. De esta forma, aquí se presenta otro de los
obstáculos para el avance de las autonomías en el país, esta vez relacionado
con otro sector determinante para esta situación como es la sociedad civil con
un bajo perfil autonómico.
Dentro del avance
logrado por la elaboración de los estatutos autonómicos y las cartas orgánicas
existen diferencias entre uno y otro, ya sean Departamentos o Municipios, lo
cual está involucrando un proceso profundo de saneamiento de problemáticas como
ser, entre las más importantes, las de territorio determinante en este proceso.
Considerando así características diferenciadas entre los Departamentos, donde
se requiere de un trabajo más detallado y complejo, y los Municipios que traen
consigo otros problemas pero que deberían ser más fáciles de resolver en la
construcción de sus cartas orgánicas. Inmerso en este panorama las, novedosas,
autonomías indígenas originario campesinas (AIOCs) son las que parecen brindar
más empeño en este proceso ya que son las que llevan la delantera en esta labor
más allá de que no existen antecedentes a partir de los cuales se vaya
realizando este trabajo respecto de la AIOC. De esta manera, se trata de
avanzar en este paso de implementación de las autonomías entre los cambios de
mentalidad para ir alejándonos de la visión centralista y las trabas legales y
burocráticas que, parecerían, estar pretendiendo un lento avance de este
proceso que adicionalmente representa un reto político para las ETAs, que en su
mayoría son de la línea política del Movimiento Al Socialismo y por tanto lo
que se plasme en estos documentos será fundamental, a partir de lo
administrativo y la gestión, para el devenir del proceso de cambio a mediano y
largo plazo.
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