domingo, 15 de julio de 2012

UN DÍA DE JULIO

La Paz ha articulado de manera estratégica un día conmemorativo a su emancipación siendo el mismo el 16 de julio de 1809; así hoy celebra 203 años de libertad frente al yugo español. No obstante no se debe dejar de lado, para este análisis que, como se hace en general dentro de las poblaciones, se fue quitando el valor de la fecha de descubrimiento o fundación de La Paz (20 de octubre de 1548) para ser reemplazada por otra que expresa el espíritu libertario de la actual sede de gobierno de Bolivia. De esta forma, es posible que en la ciudadanía se haya creado una confusión entre estas fechas donde no se tiene en claro lo que se celebra realmente el 16 de julio pero que sin duda tiene una legitimidad innegable.

            Así, La Paz celebra hoy su fiesta cívica más representativa que parece, por lo menos por una vez, quitarle el peso de los conflictos y manifestaciones ahora si por los desfiles y expresiones de civismo generalizado. Esta ciudad en el transcurso de la historia ha estado marcada por una serie de hechos que en gran parte determinaron el devenir de toda la República sobre todo después de 1900 donde es trasladado el centro del poder político hasta este lugar. Sin embargo, esto fue uno de los principales motivos para que La Paz se convierta en el centro de las movilizaciones y protestas que se focalizan hacia los gobiernos de turno con expresiones sociales que demandan mejores condiciones o alguna otra exigencia gremial, pasando así desde los movimientos más generalizados y estructurales hasta las muestras más insignificantes pero que están presentes en un mismo espacio compartiéndolo o pugnándolo. De esta manera, la política, o la burocracia y todo su aparato, son uno de los principales identificadores de esta ciudad que tiene como sinónimo siempre el ser la sede del gobierno central del Estado Boliviano por lo que hasta la historia suele alinearse en este sentido para escribir con un sesgo andinocéntrico, y más aun aymaracéntrico.

            Pero más allá de esta caracterización, La Paz lleva consigo una serie de rostros que la convierten en la única ciudad, en el más amplio sentido de la palabra, del país donde se ha ido adaptando un espíritu cosmopolita donde convergen diferentes identidades sin que esto conlleve mayores conflictos regionalistas o locales. Por el otro lado, está el rostro indígena o campesino asimilado en el comercio informal que demarca gran parte de lo que no corresponde a lo netamente gubernamental pero que asimismo lleva implícito un sentido críticamente político del sistema imperante en el país por lo que fue una de las cunas para la revolución de los últimos tiempos centrada en una de sus inmediatas vecinas, la ciudad de El Alto que crece como parte misma y determinante para entender a La Paz. Superando el aspecto urbano, debemos ir más allá hacia las Provincias del Departamento donde se encierran una infinidad de historias, particularidades y cosmovisiones; además de diferencias geográficas pasando desde los Andes nevados hasta el trópico y sus valles. Entonces, replicando el lema de “los discordes en concordia” La Paz celebra una fecha importante en el proceso de emancipación para el Alto Perú que debe servir de ejemplo para que los demás no sigamos haciendo loas a la conquista, fundación y opresión; sino que nos enfoquemos en acciones que nos permitieron la libertad. Existe una gran diferencia entre una fecha de fundación para el sometimiento y otra que haya demarcado la emancipación enfrente de esa opresión colonial; contra la que paradójicamente seguimos luchando hasta la actualidad en medio de nuestra política performativa propia.

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