lunes, 24 de junio de 2013

NOSTALGIA PROVINCIANA

Con el devenir de la historia junto a las facetas sociales, económicas, ideológicas, raciales, y muchas más; se desarrolló el paradigma de la modernización que llegó como un boom lleno de novedades por demás llamativas. Así, la revolución industrial llevaba implícitos un sin fin de aspectos que habían mejorado las condiciones de vida, que sin embargo con el paso del tiempo tienen consigo las secuelas que se generaron décadas después. Así, el paradigma propuesto con estas revoluciones consecutivas en el tiempo han ido gestando un último proceso que está ligado a la revolución tecnológica, paralelamente a la de las comunicaciones con lo que se ha modificado hasta las formas de relacionamiento entre personas, lo cual puede modificar la estructura social y sus formas de construirse y de entenderse.

            De esta manera, desde hace mucho tiempo atrás hubo la lógica y percepción que, posiblemente, sobredimensiona las bondades de este estilo de vida moderno que va como sinónimo del progreso y desarrollo de la vida. Con todo ello hasta la actualidad venimos tratando de superar los bemoles de esta perspectiva desarrollista que se introduce como la máxima para las políticas gubernamentales de gran parte de los países, donde también se incluye el nuestro. Si embargo, en los últimos años, a partir de los mismos pueblos indígenas se viene reivindicando otro modelo para mejorar las condiciones de vida que lleva como denominativo del vivir bien como paradigma para nuestros pueblos. De esta forma, se busca articular los saberes desde diversos puntos de vista en cuanto a las propias experiencias en lo que se puede entender como desarrollo, ya sea desde el viejo mundo o desde lo endógeno. Así, Bolivia se lanza de manera propositiva hacia el mundo con este tipo de planteamientos que expresan otra perspectiva de vida tratando de generar un mayor equilibrio entre las visiones lineales que se habían propuesto desde hace mucho tiempo atrás.

             Con estos antecedentes, debemos hacer mención de la perspectiva que se tiene de la gente de las comunidades o provincias, pese a que esto se esté superando en el último tiempo, a lo que se describe como los “provinciano” de manera despectiva en relación al hombre y mujer de ciudad siempre dentro del paradigma de la modernidad. No obstante, como dijimos en los anteriores párrafos, parecería que toda esa corriente del desarrollismo y el progreso ha ido cobrando duras secuelas al planeta en su conjunto con problemáticas como el calentamiento global y la exacerbación de las desigualdades dentro de la sociedad capitalista, y hasta socialista. Así, con este cuestionamiento al orden establecido y sus estructuras es necesario hacer una reflexión para replantear estos paradigmas donde se rescate la sabiduría de estos pueblos desde las comunidades y provincias que antes habíamos deprimido y visto como periféricas en el análisis. Entonces, bajo estos presupuestos emerge una nostalgia provinciana para volver a ese seno del que con seguridad todos, o casi todos, hemos sido parte en algún momento aunque sea considerando las líneas de ascendencia, desde nuestros ancestros y desde los, añorados, tiempos inmemoriales.

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